El periodista independiente que reportó las protestas en Caimanera, en Guantánamo, donde el 6 de mayo de 2023 la población se lanzó a la calle a reclamar libertad, fue condenado este martes a dos años de privación de libertad por el Tribunal Municipal de Niceto Pérez, en esa provincia del extremo oriental de Cuba.
Yeris Curbelo Aguilera fue declarado culpable del delito de “lesiones leves” y enviado al finalizar el juicio sumario a cumplir su sentencia en la cárcel Combinado de Guantánamo, sin haberse cumplido el plazo para la apelación.
“Él estaba bajo una medida cautelar de fianza. Cuando llegamos a La Yaya [cabecera del municipio Niceto Pérez], estaba eso lleno de segurosos [agentes de la policía política]. También había tremenda población ubicada frente al tribunal, la patrulla”, dijo la esposa, Odalis Legrá Castellanos.
“La fiscal pidió dos años de prisión para Yeris pero dejó absueltos a los otros muchachos del problema, a pesar de ellos haber reconocido en el juicio que le dieron golpes, piñazos, patadas. Los letrados entraron a deliberar y uno de la Seguridad del Estado entró con ellos. Cuando salieron, la misma sanción”.
De acuerdo con las declaraciones de Curbelo Aguilera, divulgadas el lunes, en un video de la agencia Palenque Visión, los hechos se suscitaron entre abril y mayo del 2024, cuando unos individuos, presuntamente instrumentados por el régimen, injuriaron y atacaron, primero a su hijo de 16 años, y luego al propio activista.
El periodista describió que, el 14 de abril, su hijo recibió fracturas y contusiones y sus agresores solo una multa. Posteriormente, el 16 de mayo, él fue atacado a pedradas por los mismos sujetos.
El comunicador detalló en la grabación el nombre de sus atacantes e insistió en que todo el proceso en su contra fue una táctica del régimen cubano para imputarle delitos comunes mediante actos de provocación y violencia.
A Caimanera lo separan del resto del país alrededor de 20 kilómetros desde la capital provincial, tres puntos de control y otro tanto de retenes policiales. Curbelo Aguilera, activista y comunicador, osó divulgar lo que estaba sucediendo en su comunidad en franco desafío al estricto control que los órganos represivos ejercen contra la población y las personas que intentan llegar al lugar, colindante con la Base Naval de Estados Unidos.