El pelotero profesional José Ariel Contreras acaba de realizar una visita de 15 días a Cuba, ¿cambió la política migratoria cubana para los deportistas que desertaron en competencias internacionales o abandonaron ilegalmente el país?
Evidentemente existe un cambio en la política migratoria hacia los deportistas que de alguna u otra forma, abandonaron la delegación cubana en eventos deportivos internacionales o salieron ilegalmente del país.
La nueva ley migratoria cubana contempla la posibilidad de que estos atletas regresen al país una vez transcurrido ocho años de su deserción o abandono. Pero no es una condición general o un derecho inmediato que el atleta puede hacer valer de forma oficial.
La ley está escrita de manera tal que si bien reconoce el derecho que pudiera tener el atleta a regresar al país transcurrido este tiempo, preceptos posteriores establecen que la autoridad migratoria tiene el derecho exclusivo de decidir si la persona puede regresar o no al país.
Así que sería muchos más preciso decir que transcurrido ocho años de su deserción o abandono el atleta adquiere el derecho a que el estado decida sobre su posibilidad de visitar o no a Cuba.
En esta nueva regulación migratoria, José Ariel Contreras ha marcado la pauta, su viaje a Cuba ha sido autorizado por razones humanitarias y la presencia del deportista mundial en Cuba le ha servido al gobierno para mostrar internacionalmente una imagen de tolerancia y cambio que bien le vienen.
Por su parte, José Ariel ha ajustado su presencia en Cuba al ámbito familiar para el que fue autorizado, sin realizar cuestionamientos políticos o críticas al sistema que pudieran significar una crisis para el gobierno.
Si bien el deportista manifestó su inconformidad con el actual desarrollo del beisbol cubano y su ausencia del deporte profesional, también ha celebrado a deportistas y entrenadores nacionales y asegurando su fidelidad al equipo que lo vio nacer como atleta.
La visita de José Ariel ha significado un parte aguas, una especie de lineamiento sobre lo que se permitirá a los deportistas con estas características que quieran visitar la isla.
No se puede negar que se trata de un cambio migratorio, pero un cambio controlado y sujeto a la decisión exclusiva de la autoridad migratoria cubana.
Evidentemente existe un cambio en la política migratoria hacia los deportistas que de alguna u otra forma, abandonaron la delegación cubana en eventos deportivos internacionales o salieron ilegalmente del país.
La nueva ley migratoria cubana contempla la posibilidad de que estos atletas regresen al país una vez transcurrido ocho años de su deserción o abandono. Pero no es una condición general o un derecho inmediato que el atleta puede hacer valer de forma oficial.
La ley está escrita de manera tal que si bien reconoce el derecho que pudiera tener el atleta a regresar al país transcurrido este tiempo, preceptos posteriores establecen que la autoridad migratoria tiene el derecho exclusivo de decidir si la persona puede regresar o no al país.
Así que sería muchos más preciso decir que transcurrido ocho años de su deserción o abandono el atleta adquiere el derecho a que el estado decida sobre su posibilidad de visitar o no a Cuba.
En esta nueva regulación migratoria, José Ariel Contreras ha marcado la pauta, su viaje a Cuba ha sido autorizado por razones humanitarias y la presencia del deportista mundial en Cuba le ha servido al gobierno para mostrar internacionalmente una imagen de tolerancia y cambio que bien le vienen.
Por su parte, José Ariel ha ajustado su presencia en Cuba al ámbito familiar para el que fue autorizado, sin realizar cuestionamientos políticos o críticas al sistema que pudieran significar una crisis para el gobierno.
Si bien el deportista manifestó su inconformidad con el actual desarrollo del beisbol cubano y su ausencia del deporte profesional, también ha celebrado a deportistas y entrenadores nacionales y asegurando su fidelidad al equipo que lo vio nacer como atleta.
La visita de José Ariel ha significado un parte aguas, una especie de lineamiento sobre lo que se permitirá a los deportistas con estas características que quieran visitar la isla.
No se puede negar que se trata de un cambio migratorio, pero un cambio controlado y sujeto a la decisión exclusiva de la autoridad migratoria cubana.