El número de cubanos que recibió visados estadounidenses de no inmigrantes entre octubre de 2012 y julio de 2013 aumentó 82% en comparación al mismo periodo un año antes, según el Departamento de Estado.
El número de cubanos que recibió visados estadounidenses de no inmigrantes entre octubre de 2012 y julio de 2013 aumentó 82% en comparación al mismo periodo un año antes, según el Departamento de Estado. Se han otorgado 26, 266 visas, asegura el informe.
Los cubanos se las han arreglado para soltar amarras a pesar de lo costoso de los trámites para obtener el pasaporte al precio de 100 CUC más los boletos de ida y regreso en avión.
“Esto es resultado de la adecuación de los mecanismos migratorios, pero la sociedad cubana está polarizada y hay un sector de la población que cuenta con los recursos, con apoyo y cuentan con la posibilidad de cumplir con estos requerimientos. Esto no es generalizado hay quienes tienen posibilidades económicas porque han acumulado ese dinero o los ayudan desde el exterior, pero no es la mayoría de los cubanos”, afirma el periodista independiente Leonardo Calvo Cárdenas desde La Habana.
A partir del anuncio de la nueva Ley Migratoria, muchos cubanos se deshicieron de sus propiedades, aún sin saber si los respectivos consulados les darían visa o no.
Anderlay Guerra Blanco, un joven realizador audiovisual que vive en Guantánamo cuenta que allí “hay personas que han vendido sus moticicletas, sus carros. Incluso hay quienes han vendido sus caminones que es un medio de transporte importante. Incluso para las salidas ilegales, que cuestan entre 5 mil o 10 mil dólares, la gente vende sus propiedades”.
Las restricciones no han acabado del todo puesto que médicos, científicos, militares y otros considerados "vitales para la sociedad" enfrentan restricciones para evitar la fuga de cerebros y nadie puede obtener un pasaporte para ir al extranjero sin permiso si pesan sobre él cargos penales. Las autoridades cubanas pueden negar el permiso de viajar en caso de defensa y "seguridad nacional". Por ello, la vía illegal sigue siendo una posibilidad real.
En ese orden Calvo Cárdenas concluye que: “había una necesidad y un ansia de ejercer esta libertad que esto es explicable por las restricciones que había antes. Siguen vendiendo sus cosas por la falta de horizontes y espectativas en que viven” , concluyó.
Los cubanos se las han arreglado para soltar amarras a pesar de lo costoso de los trámites para obtener el pasaporte al precio de 100 CUC más los boletos de ida y regreso en avión.
“Esto es resultado de la adecuación de los mecanismos migratorios, pero la sociedad cubana está polarizada y hay un sector de la población que cuenta con los recursos, con apoyo y cuentan con la posibilidad de cumplir con estos requerimientos. Esto no es generalizado hay quienes tienen posibilidades económicas porque han acumulado ese dinero o los ayudan desde el exterior, pero no es la mayoría de los cubanos”, afirma el periodista independiente Leonardo Calvo Cárdenas desde La Habana.
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A partir del anuncio de la nueva Ley Migratoria, muchos cubanos se deshicieron de sus propiedades, aún sin saber si los respectivos consulados les darían visa o no.
Anderlay Guerra Blanco, un joven realizador audiovisual que vive en Guantánamo cuenta que allí “hay personas que han vendido sus moticicletas, sus carros. Incluso hay quienes han vendido sus caminones que es un medio de transporte importante. Incluso para las salidas ilegales, que cuestan entre 5 mil o 10 mil dólares, la gente vende sus propiedades”.
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Las restricciones no han acabado del todo puesto que médicos, científicos, militares y otros considerados "vitales para la sociedad" enfrentan restricciones para evitar la fuga de cerebros y nadie puede obtener un pasaporte para ir al extranjero sin permiso si pesan sobre él cargos penales. Las autoridades cubanas pueden negar el permiso de viajar en caso de defensa y "seguridad nacional". Por ello, la vía illegal sigue siendo una posibilidad real.
En ese orden Calvo Cárdenas concluye que: “había una necesidad y un ansia de ejercer esta libertad que esto es explicable por las restricciones que había antes. Siguen vendiendo sus cosas por la falta de horizontes y espectativas en que viven” , concluyó.