Los régimenes de La Habana y Beijing reafirmaron este sábado sus relaciones políticas con la visita a Cuba del comisario general Wang Xiaohong, consejero de Estado y ministro de Seguridad Pública de China, quien fue recibido por el exgobernante Raúl Castro, según reportes de la prensa oficial.
Castro, cuyas apariciones públicas son cada vez menos frecuentes, agradeció a Wang por la "oportuna ayuda" que el gobierno chino ha brindado a Cuba en medio de la profunda crisis que enfrenta la isla, azotada por dos huracanes y dos sismos en el transcurso de un mes.
Díaz-Canel, por su parte, fue más específico y agradeció al consejero de Estado chino "de manera especial" por “el apoyo que se le ha dado a la cooperación sistemática, estable, entre los ministerios de Seguridad pública de ambos países, en el abordaje de temas que son de interés mutuo y para enfrentar desafíos comunes, entre ellos los retos que nos impone potenciar la ciberseguridad”, recoge en una nota sobre el encuentro el diario oficial Granma.
Según el reporte, Díaz-Canel dijo que la visita del alto funcionario chino era también una "expresión de respaldo al enfrentamiento a las políticas de colonización cultural, hegemónica y también de subversión, que el imperio ejerce sobre nuestras naciones".
Beijing ha sido durante años el proveedor por excelencia de la infraestructura tecnológica para el desarrollo de las telecomunicaciones en Cuba, con el apoyo de empresas como Huawei, ZTE y TP-Link. Junto a la tecnología, La Habana ha importado los medios para ejercer el control y la censura sobre los nuevos canales de comunicación como la telefonía móvil e internet.
El régimen cubano ha menudo bloquea el acceso a las redes digitales durante protestas populares , provocando "apagones de internet en la isla" que han sido confirmados por organizaciones de monitoreo internacionales. el ejemplo más visible fue el del 11 de julio de 2021, durante el estallido de manifestaciones antigubernamentales en toda la isla.
A la visita a La Habana del comisario Wang Xiaohong antecedió este año la de Li Shulei, miembro del Buró Político, del Secretariado del Comité Central del Partido Comunista de China, y jefe del Departamento de Propaganda, que llegó a la isla a mediados de octubre de 2024, en medio del colapso del sistema eléctrico nacional y el azote del huracán Oscar al oriente del país.
Raúl Castro apareció entonces públicamente solo para recibir al alto funcionario chino y la prensa oficial cubana aporvechó para reafirmar la importancia de crear un “entorno de internet sano” y combatir “las acciones subversivas”. También destacó la necesidad de una “estrategia para afrontar la mentalidad de guerra fría de Estados Unidos” como un eje central en el fortalecimiento de los vínculos bilaterales.
Aunque Cuba y China han anunciado varios proyectos conjuntos, las relaciones entre ambos países florecen más en el ámbito político que en el comercial, dijo el economista cubano Omar Everleny a Martí Noticias en octubre pasado. La relación económica, explicó, enfrenta obstáculos significativos debido a la precaria situación financiera de la isla.
China también ha colaborado con el llamado proyecto de "bancarización" en Cuba, inspirado en sistemas de pago digital chinos como WeChat y Alipay.
Everleny señaló que la falta de liquidez y la morosidad financiera de Cuba no han beneficiado la colaboración con China, que en el pasado ha otorgado créditos para financiar suministros como autobuses Yutong y equipos automotrices, que La Habana no ha podido pagar en el plazo acordado. Este incumplimiento, concluyó el economista, ha afectado la disposición de China para otorgar nuevos créditos.
Las relaciones entre ambos países no pasan por su mejor momento. "No están en noviazgo", había dicho antes el experto al Financial Times, entre otras razones porque "Cuba está atravesando una crisis muy fuerte de divisas y, a la vez, no quiere hacer las reformas necesarias para recuperar esas divisas".
El acercamiento entre la nación asiática y el régimen de La Habana ha despertado la suspicacia de legisladores y políticos estadounidenses tras reportes de prensa de que la isla desarrolla en su territorio estaciones de escucha electrónica vinculadas a China. Imágenes satelitales reveladas en julio de este año por el diario The Wall Street Journal muestran un desarrollo en las labores de construcción de al menos cuatro estaciones ubicadas en Bejucal, Wajay y Calabazar, y otra en El Salao, en Santiago de Cuba.
El gobierno cubano ha negado tener bases de espionaje de China en su territorio.