Joseph Mahmoud Dibee, acusado de actos de terrorismo y prófugo de la justicia estadounidense por 12 años, fue capturado en Cuba y devuelto a Estados Unidos para enfrentar cargos federales por incendios provocados y planes de destrucción masiva en los estados de Oregón, California y Washington desde 1997.
La captura de Dibee, de 50 años, se produjo luego de que las autoridades estadounidenses conocieron que el fugitivo viajó por Centroamérica y realizó una parada de tránsito en el territorio cubano, el pasado 31 de julio, antes de abordar un avión con destino a Rusia, según informó el Departamento de Justicia. El FBI coordinó con las autoridades cubanas la detención de Dibee, que fue entregado a Estados Unidos el pasado jueves.
El diario The Oregonian reporta que en su primera comparecencia ante una corte el viernes, en el Tribunal Federal de Distrito en Portland, Oregón, Dibee se declaró inocente de tres cargos, de una acusación de 65 en varios estados, los tres relacionados con el incendio intencional de una planta empacadora de carnes en Oregón, en 1997. Le dijo al magistrado John V. Acosta que entendía sus derechos y no manifestó nada más.
Se estableció en principio que el juicio tendrá lugar durante dos semanas a partir del 19 de octubre en Eugene, Oregón. Debido al riesgo de fuga no se le concederá al acusado libertad bajo fianza.
Capturado y entregado
Las autoridades estadounidenses reconocieron que el arresto de Dibee fue resultado de la cooperación de diferentes agencias federales, el Departamento de Estado y la Embajada de Estados Unidos en La Habana, con el Ministerio del Interior (MININT) y el Ministerio del Relaciones Exteriores (MINREX) de Cuba, indicó el comunicado oficial del Departamento de Justicia.
El noticiero nocturno de la Televisión Cubana informó del arresto y entrega de Dibee a las autoridades estadunidenses. Una nota oficial del MINREX indicó que la acción se basó "en los acuerdos bilaterales existentes con Estados Unidos en materia de cumplimiento y aplicación de la ley, y la cooperación que ambos gobiernos desarrollan en ese frente", así como en que Dibee tenía una orden de captura de Interpol, con Alerta Roja.
También la nota precisó que el fugitivo llegó a Cuba el 31 de julio y fue entregado a EE,UU. el pasado jueves 9 de agosto.
Durante el anuncio de la nueva política hacia Cuba, en junio de 2017, el presidente Donald Trump apuntó que la entrega de los prófugos que reclama la justicia estadounidense era una de las condiciones para retomar el diálogo bilateral. Una de las encomiendas presidenciales al Departamento de Justicia fue la actualización de la lista de fugitivos que están refugiados en la isla, aún pendiente.
Chesimard en la mirilla
El tema de la devolución de fugitivos ha estado sobre la mesa de las conversaciones sostenidas por delegaciones de ambos países sobre asuntos legales y judiciales. El caso más espinoso es el de Joanne Chesimard, alias Assata Sakur, quien figura en la lista de los 10 prófugos más buscados por el FBI, con una recompensa de $2 millones por su captura. Chesimard escapó a Cuba tras el asesinato de un patrullero en Nueva Jersey y recibió protección como refugiada política, con el respaldo personal de Fidel Castro, en 1984.
Cuba se niega a entregar a Chesimard, aunque ha devuelto a Estados Unidos un total de 12 prófugos de la justicia estadounidense durante la última década.
Dibee arribó la tarde del jueves al Centro de Detención de Multnomah County, en Portland.
"Cualquiera que sea la motivación, el terrorismo es simplemente inaceptable", dijo el subsecretario de Justicia, John C. Demers, en una declaración. "El terrorismo doméstico no es la excepción. Como resultado de la estrecha cooperación entre nuestros aliados internacionales e intergubernamentales, Dibee ahora enfrentará las consecuencias de sus crímenes. Esto debería enviar un mensaje claro a todos los otros delincuentes en fuga: no importa cuánto tiempo pase, lo encontraremos y lo llevaremos ante la justicia".
La nota del Departamento de Justicia recuerda que se presume que cualquier acusado es inocente a menos que se demuestre su culpabilidad en un tribunal más allá de toda duda razonable, un principio de las garantías procesales que Cuba está tratando de incorporar a una nueva constitución.
La Familia
Dibee, considerado un ambientalista radical, está acusado de destruir la planta empacadora de carne llamada Cavel West, en Redmond, Oregon, el 1 de julio de 1997. En esa acción delictiva, Dibee perforó las paredes de la propiedad y vertió una sustancia gelatinosa inflamable en las perforaciones abiertas, de acuerdo con los documentos judiciales. Uno de los artefactos explosivos se prendió prematuramente y causó un incendio que provocó daños calculados en $1.2 millones de dólares.
En 2006, un gran jurado federal en Oregón acusó formalmente a Dibee y a 12 conspiradores como parte de la operación BACKFIRE tras una larga investigación conducida por el FBI sobre terrorismo doméstico. Los acusados forman parte de una célula terrorista de 20 personas, conocida como "La Familia", a quienes se les atribuyen más de 40 actos de vandalismo, incendios premeditados, actividades violentas contra entidades gubernamentales y planes de destrucción masiva entre 1995 y 2001, con un saldo de $ 48 millones de dólares en daños y perjuicios.
Los conspiradores de "La Familia" se autoproclamaban miembros de los grupos extremistas Frente de Liberación de la Tierra (ELF) y Frente de Liberación Animal (ALF), según los documentos federales. A las acusaciones por las fechorías cometidas en nombre de la salvaguarda ambiental en Oregon, California, Washington, se suma el incendio de una estación de esquí en Vail, Colorado, en 1998, y otros actos vandálicos en el estado de Wyoming, señaló la investigación del FBI.
Ante la inminencia del encausamiento, Dibee huyó de Estados Unidos en diciembre de 2005. El fiscal federal Geoffrey Barrow, encargado del caso, dijo que tras su fuga, el acusado viajó a México, Líbano, Rusia, Siria, Ecuador y El Salvador, portando pasaportes sirio y ruso. En 2008, se estimó que vivía en Siria y las autoridades federales anunciaron entonces una recompensa de $50,000 dólares por su arresto.
Una de las principales colaboradoras de Dibee en la operación BACKFIRE, Josephine Sunshine Overaker, una ciudadana estadounidense de entre 43 y 46 años, huyó a Europa a fines de 2001. Overaker, que habla español, enfrenta 19 cargos por delitos graves. El FBI continúa ofreciendo una recompensa de hasta $50,000 por información que conduzca a su arresto.
"Hace más de dos décadas, un grupo de extremistas ambientales se dispuso a expresar sus puntos de vista utilizando la fuerza, la violencia, el sabotaje, la destrucción masiva, la intimidación y la coerción", manifestó Billy J. Williams, fiscal federal para el Distrito de Oregon. "Ahora Dibee, como antes muchos de sus colaboradores, enfrenta las consecuencias de sus acciones. Usar medios violentos para expresar los puntos de vista nunca será tolerado ni olvidado. Llevaremos ante la justicia hasta la última persona responsable de estos crímenes".