En el nombre del Padre…

La Habana a menos de veinte días de la llegada del papa Francisco

En este tiempo de la historia, convulso y difícil, recemos porque el Papa Francisco llegue a Cuba y sea el lugar en el que Dios se encuentre con el hombre y le devuelva su libertad, en el Nombre del Padre.

Cuando en mi casa suena el teléfono de madrugada ya nadie se sobresalta: la llamada es de Cuba .

Este domingo volvió a sonar y efectivamente era una llamada de Cuba. Las detenciones brutales de cada domingo debían ser denunciadas y la lista de nombres de los arrestados, golpeados y sitiados en sus domicilios me fueron anunciados para que tomase nota del último atropello contra la disidencia interna.

Esta vez un hombre delicado de salud, pero incansable en su lucha, padre del prisionero político Ernesto Borges Pérez era el denunciante : “Imagínate , además de golpearme por estar junto al grupo de Damas de Blanco me han puesto un dispositivo de seguridad tremendo como si yo fuera un delincuente, en la casa y no puedo moverme desde hace horas”.

Raúl Borges tiene tres bay pass, un corazón sumamente débil tras su operación a corazón abierto, pero una voluntad de pelea digna de admiración, porque su vida pende de un hilo en cada uno de estos altercados represivos.

Así sucede cada domingo, con mayor o menor número de detenidos, maltratados, insultados y hostigados y alguien tiene que contarlo.

Procuramos que la prensa recoja, siempre en pequeñas notas, nuestras denuncias. Como recoge la indignación o la sorpresa de quienes siguen dando palmas con las orejas por los cambios que dicen, se vislumbran en Cuba.

Esta semana es la Sra. Jacobson quien se siente “consternada” por los acontecimientos del pasado domingo.” Qué faena, entre la “consternación “ de Jacobson y la “enorme preocupación” de Kerry los problemas de la administración Obama están alterando los preparativos de la visita del Papá a la Casa Blanca

Y ¿que pasará con el viaje del Santo Padre a Cuba, después de los últimos acontecimientos? se preguntan algunos.

El Papa pasará por Cuba en visita de la que nada se espera, tras las noticias de la excarcelación de casi tres mil cubanos, ninguno de ellos presos políticos, “pecata minuta “ está suelta de presos si se compara con el gran acontecimiento que supuso la apertura de relaciones entre Cuba y EEUU, por el que su santidad está tan satisfecho y feliz.

Las sorpresas de las visitas papales acabaron con los anteriores viajes a la isla de Juan Pablo II y Benedicto XVI. Aquella recomendación de la primera visita papal “Que Cuba se abra al mundo …” acabó con el reconocimiento del propio Papa de que aquel viaje fue uno de los grandes errores de su papado y así lo reconoció el propio Juan Pablo II, poco tiempo después.

Desde aquel año 1998, hasta la visita de Papa Benedicto en 2012, estuvimos esperando la apertura cubana, mientras lloramos la muerte de Orlando Zapata en prisión tras una terrible huelga de hambre reclamando derechos humanos.

Con exquisito cuidado los dos Papas que visitaron la isla pasaron de puntillas por el tema de los presos políticos y los derechos humanos. Recordemos las palabras de Benedicto XVI “llevo en mi corazón a los que sufren en el cuerpo y en el espíritu” Enseguida los traductores del sentimiento papal publicaron que era una clara y valiente referencia a los presos políticos (¿?) Y en cuanto a la disidencia interna y la violación de derechos y libertades, como si no existieran.

Los muertos, siempre de nuestro lado, estarán presentes en nuestra mente también durante el viaje del Papa: Laura, Oswaldo, Cepero, Carlos, Armando, Mario y Pablo. Las víctimas del Remolcador 13 de Marzo y todas las victimas desaparecidas en el estrecho de la Florida, en las cárceles o por acciones represivas.

Exigimos la libertad de Ernesto Borges y en su nombre la libertad de todos los presos políticos en Cuba, para que se cumplan las justas aspiraciones de todos los cubanos.

En este tiempo de la historia, convulso y difícil, recemos porque el Papa Francisco llegue a Cuba y sea el lugar en el que Dios se encuentre con el hombre y le devuelva su libertad, en el Nombre del Padre.

Escrito de Mari Paz Martínez Nieto