Tras sufrir su segunda derrota en igual número de salidas en el Clásico Mundial de Béisbol, al caer ante Italia 6-3 en extra innings, la selección cubana ya puede empezar a empacar sus maletas para volver a casa.
Tal como pasó en el debut ante Países Bajos, la ofensiva de los cubanos se mostró anémica ante los italianos, dirigidos por el miembro del Salón de la Fama de Cooperstown Mike Piazza.
En esta ocasión, la producción de los bateadores antillanos fue limitada a ocho imparables y tres carreras en diez episodios, y en los dos primeros partidos Cuba exhibe un lastimoso average colectivo de .175 (63-11), con 20 ponches.
Para que se tenga una idea de cuán pobre se ha comportado la ofensiva, basta decir que solamente en una ocasión, en el séptimo capítulo, los bateadores han podido ligar dos imparables consecutivos.
Además, la defensa de Lorenzo Quintana detrás del plato ha dejado mucho que desear, por su incapacidad de bloquear envíos desviados, que se han traducido en wildpitches, así como su nula posibilidad de capturar rivales que intentan robar bases.
Luego del primer revés contra los holandeses, el manager Armando Johnson movió la alineación en busca de mejorar el ataque, pero tampoco le resultó.
Yoelkis Guibert fue subido al primer turno, luego de conectar uno de los tres hits del equipo en el juego inaugural, pero esta vez se fue en blanco en tres turnos.
La gran decepción han sido los refuerzos convocados, que juegan fuera del control de la Federación Cubana de Béisbol (FCB).
Yoan Moncada y Luis Robert, ambos de los Medias Blancas de Chicago, así como Yoenis Céspedes, otrora estrella de las Grandes Ligas, han aportado poco o nada a la causa de la selección antillana.
Moncada, colocado segundo en la tanda, lleva de 8-0, con dos abanicados, mientras que Robert, aunque suma dos imparables y una impulsada en nueve veces, se ha ponchado en cinco de ellas.
Céspedes, a sus 37 años, ya no tiene nada que hacer en el béisbol, no sólo por lo mostrado en el plato (6-0), sino también por su limitado desplazamiento en el jardín izquierdo, posición en la que ganó un Guante de Oro en el 2015, cuando brillaba en las Mayores.
Ofensivamente, el que mejor ha lucido es Erisbel Arruebarruena, por lo que no es de extrañar que Johnson lo suba a un turno de mayor responsabilidad en el partido ante Panamá, que se juega a las 11:30 pm de este jueves, hora de Cuba.
Con semejante apoyo ofensivo, no se puede aspirar a mucho, a pesar de las buenas demostraciones del cuerpo de lanzadores en sentido general.
El zurdo Roenis Elías, con experiencia en Grandes Ligas, estuvo impecable en cinco episodios como abridor, en los que limitó a dos hits sin carreras a la squadra azzurra.
Y aunque fue el pitcher que cargó con la derrota, el relevista Raidel Martínez exhibió un potencial digno de Grandes Ligas.
Martínez juega bajo contrato de la FCB en la liga japonesa con los Dragones de Chunichi y es considerado el mejor cerrador de ese circuito, luego de registrar 39 rescates y efectividad de 0.97 en la temporada del 2022.
Para el tercer partido ante los panameños, Cuba no podrá disponer de sus relevistas Liván Moinelo (Halcones de Fukuoka) y Onelki García, pues ambos trabajaron en los dos primeros choques y las regulaciones del torneo impiden que los apagafuegos aparezcan en dos juegos consecutivos.
Tampoco tendrán a Elías y a Yariel Rodríguez, abridor frente a Países Bajos, por haber sobrepasado los 65 pitcheos reglamentarios para la primera ronda del evento.
Aunque el manager no ha anunciado oficialmente a su abridor, debe ser el derecho Elián Leyva, otro de los refuerzos independientes, que juega con los Naranjeros de Hermosillo en la Liga Mexicana del Pacífico.
Cuba está con el agua al cuello, obligada a vencer a Panamá y a Taiwán, además de estar pendiente de los resultados de los otros juegos del grupo, donde Holanda va a la cabeza con 2-0, Italia tiene 1-0 y los istmeños 1-1.