Un artículo en la publicación digital estadounidense Politico señala que la iniciativa del presidente Barack Obama para normalizar las relaciones con Cuba presenta a Estados Unidos una perspectiva verdaderamente alucinante: Su socio más confiable en la isla probablemente va a ser el estamento militar que, gracias al cambio de política de Estados Unidos, "muy pronto va a estar haciendo un montón de dinero".
El autor, James Bruno, fue representante del Departamento de Estado en conversaciones con militares cubanos para cooperar en asuntos prácticos: Evitar tensiones en el perímetro de la base de Guantánamo, prevenir y apagar incendios y repatriar a cubanos rescatados en el mar.
Bruno señala que si bien el Partido Comunista de Cuba puede constituir el liderazgo político del país, es percibido cada vez más por la población como un anacronismo, y podría salir de la escena después que lo hagan Fidel Castro, de 88 años, y Raúl, de 83.
Para él, la Asamblea Nacional del Poder Popular, es un apéndice que refrenda todas las propuestas del Partido y también cuenta con poca estimación popular; los organismos civiles han demostrado ser ineptos y escleróticos en la gestión de los programas de Gobierno; el poderoso Ministerio del Interior, temido como burdo instrumento de la represión, también es probable que sea barrido por la marea del cambio.
Sólo quedarían, entonces, las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR). Observa el ex diplomático que, bajo la dirección de Raúl Castro desde 1959, el estamento militar de 60.000 efectivos es ampliamente considerado como la mejor gestionada y más estable entidad oficial de Cuba. Por otra parte, según afirma, nunca ha sido llamada a reprimir a los cubanos.
El articulista considera que los cambios en la política estadounidense hacia la isla serán rentables para las FAR, y anticipa que los norteamericanos que viajen a la isla en los próximos años estarán fortaleciendo probablemente al estrato castrense.
Soldados-tecnócratas
Apunta Bruno que tras la caída del bloque soviético, Raúl Castro, entonces ministro de Defensa, se propuso reemplazar el sistema de planificación y mando centralizado de estilo soviético de las FAR con métodos de gestión y contabilidad de estilo occidental. Envió a algunos de los oficiales más brillantes de las FAR a Europa y América Latina, para que se formaran en prácticas de negocios capitalistas, creando así una nueva clase de "soldados tecnócratas" que administrarían el creciente número de empresas bajo el control de las FAR.
Para ilustrarlo, el autor cita al propio yerno de Raúl Castro –casado con su hija Deborah– y Director Ejecutivo del enorme holding de las FAR, Grupo de Administración Empresarial S.A., o GAESA. Luis Alberto Rodríguez López-Callejas, "un General de Brigada del ejército (ascendido en marzo del 2014) que habla Inglés con un acento impecable de clase alta británica".
En la actualidad, altos oficiales están a cargo de importantes rubros generadores de divisas de la economía como la producción de azúcar, el turismo, la importación-exportación, la tecnología de la información y las comunicaciones, la aviación civil y la producción de habanos.
Bruno ofrece algunas estadísticas: Al menos el 60% de la macroeconomía de Cuba y el 40% de sus ingresos en divisas están en manos de los militares. El 20% de los trabajadores de la isla son empleados por GAESA.
"Los turistas que beben un mojito en la playa de Varadero, que abordan vuelos internos a exuberantes balnearios en los Cayos cubanos, visitan lugares de interés histórico, disfrutan de la alta cocina en un hotel de cinco estrellas, o encienden un Cohiba después de una de esas comidas, están engrosando inconscientemente, con varios miles de millones de dólares al año, las arcas de la Fuerzas Armadas Revolucionarias y el Gobierno comunista", escribe el ex diplomático.
Sin embargo...
Y pronostica que cuando el embargo de Estados Unidos se levante, las compañías estadounidenses interesadas en invertir en Cuba tendrán que asociarse con empresas cubanas bajo el control de los militares, y en consecuencia el Gobierno estadounidense tendrá que sellar de hecho compromisos económicos y comerciales con las FAR.
De cualquier modo, la clase castrense también ha expandido su presencia en la cúpula gobierno-partido: El Comité Ejecutivo del Consejo de Ministros está dominado por ellos, mientras que ocho de los 27 ministerios son dirigidos por oficiales activos o retirados; y la mitad del Buró Político del Partido Comunista la integran individuos con antecedentes militares.
Concluye diciendo James Bruno en Politico que las Fuerzas Armadas de Cuba son una institución con la que Washington tendrá que lidiar mucho más allá de la era de Castro; "un gorila de 800 libras" que, según la visión del ex analista de la CIA Brian Latell "o bien dominarán un régimen sucesor pretoriano o, como los militares en los ex países comunistas de Europa Oriental, serán cómplices voluntarios del desmantelamiento del marxismo".