Este miércoles se cumplen 50 años de la implementación de la Ley de Ajuste Cubano, una norma que desde 1966, bajo la administración demócrata de Lyndon B. Johnson, ofrece beneficios migratorios excepcionales a los cubanos que consiguen pisar suelo estadounidense.
La ley buscó entonces ofrecer residencia permanente a más de 250.000 cubanos que dejaron el país en abierta oposición a la revolución de Fidel Castro.
Hasta la fecha continúa generando tensiones y desencuentros entre ambas naciones que restablecieron los vínculos diplomáticos pero no consiguen ponerse de acuerdo en este álgido tema.
La propaganda oficial en Cuba la llama "la ley asesina". Estados Unidos ha reiterado que seguirá en vigor.
"Ha durado 50 años. Esto demuestra que el Gobierno cubano nunca cambió, no se ha modificado y las condiciones que llevó a que se creara la Ley de Ajuste Cubano continúa vigente", dijo el abogado especializado en temas migratorios, Willy Alen, en entrevista con Amado Gil.
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La norma ha sido incluso puesta en entredicho por congresistas estadounidenses y hasta por gobiernos de la región que se quejan de los privilegios que tienen los cubanos en detrimento de sus nacionales.
Ley anclada a la democracia en Cuba
El experto en temas migratorio reiteró que la norma no puede ser derogada de forma independiente.
"La Ley está amarrada al acto de la democracia cubana y lo que eso significa es que la Ley de Ajuste Cubano no se puede derogar hasta que el presidente de Estados Unidos no le anuncie al Congreso que en Cuba ha habido elecciones libres, democráticas y transparentes", expresó el abogado.
Su derogación incluso quedó atada a la Ley Helms-Burton de 1996.
Eliminarla, dijo Alen, crearía problemas internos en Estados Unidos.
"Estamos en una época donde menos personas la apoyan pero más personas se benefician", dijo.
Latinoamérica se opone a la Ley de Ajuste Cubano
Cuba ha jugado un papel clave en la reacción regional a la medida, ejerciendo influencia con un blindado discurso que por décadas ha culpado a la ley de incentivar la inmigración ilegal hacia Estados Unidos.
Mientras tanto en Washington, ni siquiera el artífice del histórico acercamiento entre los exenemigos de la Guerra Fría, Barack Obama, ha puesto en entredicho la ley.
En discursos y entrevistas funcionarios de su Gobierno han reiterado una y otra vez que la Ley de Ajuste Cubano no está en discusión.
Lo mismo ha reiterado la delegación estadounidense que participa periódicamente en las conversaciones migratorias, oportunidad que siempre Cuba aprovecha para pedir la eliminación de esta ley.
La presión de Latinoamérica tuvo su punto más alto en agosto pasado, cuando nueve países latinoamericanos como Colombia, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, Guatemala, México, Nicaragua, Panamá y Perú, dirigieron una carta al Secretario de Estado de los Estados Unidos, John Kerry, en que mostraron su frustración por el creciente flujo de inmigrantes cubanos a través de la región.
Los firmantes solicitaron una revisión de las políticas de inmigración estadounidenses que favorecen a los isleños. En su solicitud, los ministros de Relaciones Exteriores identificaron explícitamente a la Ley de Ajuste Cubano y a la política de "pies húmedos y pies secos" como imanes para el flujo "desordenado, irregular e inseguro" de cubanos que pasan por numerosos países para llegar a los Estados Unidos.
Los mayores críticos dentro de Estados Unidos alegan que la ley está siendo abusada por cubanos que salen de la isla en busca de oportunidades económicas como el resto de los latinoamericanos.
El flujo migratorio de cubanos intentando ingresar a Estados Unidos por mar fue de 433 personas en los primeros 18 días del mes de octubre, dijo a Martí Noticias una portavoz de la Guardia Costera estadounidense.
La cifra dada a conocer el 18 de octubre, -y que incluye a los interceptados, los que pisaron suelo estadounidense y los que fueron persuadidos a retornar al lugar de partida-, representa un incremento del 48 por ciento respecto a igual período del 2015.
Mientras que 50.082 cubanos ingresaron a Estados Unidos durante el año fiscal 2016 que terminó el 30 de septiembre, según cifras oficiales de la Oficina de Operaciones en el Terreno del Servicio de Aduanas y Protección de Fronteras, lo que representa un incremento de 17,2 por ciento con respecto al periodo anterior, cuando 43.159 cubanos arribaron a Estados Unidos.