Hace ya tiempo que el Senado tiene dos miembros de origen cubano, pero ahora hay tres con Ted Cruz, republicano de Texas,
En los pocos días de funcionamiento de la nueva etapa legislativa, los legisladores de origen cubano han hecho sentir su presencia más que nunca en la política norteamericana,.
En años anteriores, los cubanos estaban al frente del debate acerca del embargo o los viajes a Cuba, algo previsible pues es habitual que los legisladores se muestren interesados en los países de los que proceden ellos o sus familias.
Ahora, el alcance de los legisladores de origen cubano es mayor: Bob Menéndez, senador de Nueva Jersey, hijo de inmigrantes cubanos, es el nuevo presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado. Marco Rubio, de la Florida, cuyos padres también emigraron de la isla, participa en la misma comisión.
Inmediatamente de comenzar las sesiones de la nueva legislatura, Menéndez y Rubio estuvieron en el primer plano de la actualidad, tanto por las audiencias de confirmación del senador John Kerry, el nuevo secretario de Estado, como por las nuevas propuestas para una amplia reforma migratoria.
Menéndez, al suceder a Kerry como presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores, tuvo un rol protagonista durante su audiencia de confirmación. Pocos días después, compareció junto a Rubio al presentar la iniciativa para una ley migratoria.
Menéndez ha sugerido reformas repetidamente y esta vez tiene el apoyo de muchos republicanos, personificado en Marco Rubio, quien lleva ya tiempo al frente de su partido para modificar las leyes migratorias. El año pasado empezó a trabajar en una propuesta de ley, pero sus esfuerzos quedaron paralizados por la campaña electoral y por la decisión del presidente Obama de firmar una orden ejecutiva para suspender temporalmente las deportaciones de inmigrantes sin antecedentes penales.
Hace ya tiempo que el Senado tiene dos miembros de origen cubano, pero ahora hay tres con Ted Cruz, republicano de Texas, hijo de un emigrante que huyó del régimen castrista y una norteamericana. Cruz participa en tres comisiones diferentes.
Aunque no es miembro de la comisión de Exteriores, Cruz hizo notar su presencia esta semana pues fue uno de los 3 senadores que votaron contra la confirmación de Kerry, quien recibió el apoyo casi unánime del Senado, por 94 votos a favor y 3 en contra.
En cuanto a la Cámara de Representantes, son cuatro los legisladores de origen cubano. En la Florida, los republicanos Ileana Ros Lethinen, quien presidió la Comisión de Relaciones Exteriores hasta que le correspondió dejar el cargo por la rotación prevista en las normas de la Cámara y Mario Díaz Balart, además del demócrata Joe García. De Nueva Jersey hay un representante demócrata, Albio Sires.
Excepto García y Cruz, que acaban de incorporarse al Congreso tras las elecciones de noviembre, los demás legisladores se han destacado por su convergencia de opiniones con respecto a la política que Estados Unidos ha de seguir con respecto a Cuba.
Menéndez tiene un historial constante de enfrentarse a miembros de su propio partido cuando se trata de Cuba pues defiende el embargo y se opone a cualquier liberalización de los viajes. Muchos creen que seguirá con más atención que sus predecesores las relaciones con la isla y con Latinoamérica en general.
En años anteriores, los cubanos estaban al frente del debate acerca del embargo o los viajes a Cuba, algo previsible pues es habitual que los legisladores se muestren interesados en los países de los que proceden ellos o sus familias.
Ahora, el alcance de los legisladores de origen cubano es mayor: Bob Menéndez, senador de Nueva Jersey, hijo de inmigrantes cubanos, es el nuevo presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado. Marco Rubio, de la Florida, cuyos padres también emigraron de la isla, participa en la misma comisión.
Inmediatamente de comenzar las sesiones de la nueva legislatura, Menéndez y Rubio estuvieron en el primer plano de la actualidad, tanto por las audiencias de confirmación del senador John Kerry, el nuevo secretario de Estado, como por las nuevas propuestas para una amplia reforma migratoria.
Menéndez, al suceder a Kerry como presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores, tuvo un rol protagonista durante su audiencia de confirmación. Pocos días después, compareció junto a Rubio al presentar la iniciativa para una ley migratoria.
Menéndez ha sugerido reformas repetidamente y esta vez tiene el apoyo de muchos republicanos, personificado en Marco Rubio, quien lleva ya tiempo al frente de su partido para modificar las leyes migratorias. El año pasado empezó a trabajar en una propuesta de ley, pero sus esfuerzos quedaron paralizados por la campaña electoral y por la decisión del presidente Obama de firmar una orden ejecutiva para suspender temporalmente las deportaciones de inmigrantes sin antecedentes penales.
Hace ya tiempo que el Senado tiene dos miembros de origen cubano, pero ahora hay tres con Ted Cruz, republicano de Texas, hijo de un emigrante que huyó del régimen castrista y una norteamericana. Cruz participa en tres comisiones diferentes.
Aunque no es miembro de la comisión de Exteriores, Cruz hizo notar su presencia esta semana pues fue uno de los 3 senadores que votaron contra la confirmación de Kerry, quien recibió el apoyo casi unánime del Senado, por 94 votos a favor y 3 en contra.
En cuanto a la Cámara de Representantes, son cuatro los legisladores de origen cubano. En la Florida, los republicanos Ileana Ros Lethinen, quien presidió la Comisión de Relaciones Exteriores hasta que le correspondió dejar el cargo por la rotación prevista en las normas de la Cámara y Mario Díaz Balart, además del demócrata Joe García. De Nueva Jersey hay un representante demócrata, Albio Sires.
Excepto García y Cruz, que acaban de incorporarse al Congreso tras las elecciones de noviembre, los demás legisladores se han destacado por su convergencia de opiniones con respecto a la política que Estados Unidos ha de seguir con respecto a Cuba.
Menéndez tiene un historial constante de enfrentarse a miembros de su propio partido cuando se trata de Cuba pues defiende el embargo y se opone a cualquier liberalización de los viajes. Muchos creen que seguirá con más atención que sus predecesores las relaciones con la isla y con Latinoamérica en general.