Se trata del primer caso en que las autoridades estadounidenses han podido vincular directamente fraudes de Medicare en el sur de Florida con la salida de fondos hacia Cuba.
Oscar Sánchez, de 47 años y origen cubano, fue condenado hoy a cuatro años de cárcel por participar en una operación de lavado de unos 31 millones de dólares hacia bancos de Cuba, procedentes de un fraude al sistema de salud pública para ancianos y discapacitados (Medicare).
Según detalló la Fiscala del Distrito Sur de Florida en un comunicado, la sentencia del condenado, nacionalizado estadounidense y residente en el sur de Florida, consiste en 55 meses de prisión, 20 meses de reclusión domiciliaria, tres años de libertad vigilada, el embargo de 10 millones de dólares y la prestación de 1.600 horas de servicios comunitarios en el primer año de cárcel.
Sánchez ya se había declarado culpable de conspirar para lavar dinero procedente de Medicare a través de una trama en la que estaban implicadas setenta compañías del sur de Florida, que presentaron reclamaciones fraudulentas por 375 millones de dólares, informa la agencia EFE.
Se trata del primer caso en que las autoridades estadounidenses han podido vincular directamente fraudes de Medicare en el sur de Florida con la salida de fondos hacia Cuba. "Como resultado de estas reclamaciones, Medicare depositó unos 70 millones de dólares en las cuentas bancarias de estas compañías", de los que 31 millones se transfirieron de EE.UU. a cuentas abiertas en Canadá, el Caribe y, finalmente, "a un lugar desconocido" de Cuba, explicó la Fiscala el pasado junio, cuando orden la detención de Sánchez por miedo a que se fugara del país.
Alicia Valle, consejera especial de la Fiscala, aseguró posteriormente que no existan alegaciones ni pruebas de que el Gobierno cubano estuviera implicado en el caso. Según la acusación, la operación para esconder el dinero procedente del fraude a Medicare se articuló mediante la apertura de quince cuentas bancarias en Canadá y Trinidad y Tobago para, posteriormente, transferir unos "63 millones de dólares de EE.UU. al sistema bancario cubano".
De acuerdo con la acusación, Sánchez, que operó entre 2005 y 2009 para "una organización internacional de lavado de dinero", reciba una retribución por el dinero proporcionado a los "cerebros del fraude a Medicare".
Sánchez, que acumulaba importantes inversiones en el mercado inmobiliario de Florida, les provea de dinero en efectivo después de que ellos le entregaran cheques y transferencias de empresas implicadas en el fraude.
En su historial penal figuran antecedentes por robo de vehículos y cultivo de marihuana. Se declaró en bancarrota en 2002, aunque años después tena varias propiedades inmobiliarias en el sur de Florida.
Según detalló la Fiscala del Distrito Sur de Florida en un comunicado, la sentencia del condenado, nacionalizado estadounidense y residente en el sur de Florida, consiste en 55 meses de prisión, 20 meses de reclusión domiciliaria, tres años de libertad vigilada, el embargo de 10 millones de dólares y la prestación de 1.600 horas de servicios comunitarios en el primer año de cárcel.
Sánchez ya se había declarado culpable de conspirar para lavar dinero procedente de Medicare a través de una trama en la que estaban implicadas setenta compañías del sur de Florida, que presentaron reclamaciones fraudulentas por 375 millones de dólares, informa la agencia EFE.
Se trata del primer caso en que las autoridades estadounidenses han podido vincular directamente fraudes de Medicare en el sur de Florida con la salida de fondos hacia Cuba. "Como resultado de estas reclamaciones, Medicare depositó unos 70 millones de dólares en las cuentas bancarias de estas compañías", de los que 31 millones se transfirieron de EE.UU. a cuentas abiertas en Canadá, el Caribe y, finalmente, "a un lugar desconocido" de Cuba, explicó la Fiscala el pasado junio, cuando orden la detención de Sánchez por miedo a que se fugara del país.
Alicia Valle, consejera especial de la Fiscala, aseguró posteriormente que no existan alegaciones ni pruebas de que el Gobierno cubano estuviera implicado en el caso. Según la acusación, la operación para esconder el dinero procedente del fraude a Medicare se articuló mediante la apertura de quince cuentas bancarias en Canadá y Trinidad y Tobago para, posteriormente, transferir unos "63 millones de dólares de EE.UU. al sistema bancario cubano".
De acuerdo con la acusación, Sánchez, que operó entre 2005 y 2009 para "una organización internacional de lavado de dinero", reciba una retribución por el dinero proporcionado a los "cerebros del fraude a Medicare".
Sánchez, que acumulaba importantes inversiones en el mercado inmobiliario de Florida, les provea de dinero en efectivo después de que ellos le entregaran cheques y transferencias de empresas implicadas en el fraude.
En su historial penal figuran antecedentes por robo de vehículos y cultivo de marihuana. Se declaró en bancarrota en 2002, aunque años después tena varias propiedades inmobiliarias en el sur de Florida.