Este año la Unión Europea ha acordado eliminar la Posición Común, que condicionaba las relaciones con Cuba al respeto de los derechos humanos, mientras Estados Unidos ha sostenido conversaciones con funcionarios de la isla sobre esta materia. Sin embargo, el desempeño de La Habana aún dista mucho de las esperanzas generadas por los simpatizantes del acercamiento y el diálogo.
Cuando el planeta celebra el Día de los Derechos Humanos, entre ellos los políticos, disentir en Cuba sigue siendo visto y sancionado como un acto de “contrarrevolución”.
Cuando Cuba fue reelecta en octubre pasado para un nuevo período como miembro del Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas, el suceso no repercutió para los cubanos, aseguró en aquella ocasión el presidente de la Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional, Elizardo Sánchez.
“No podemos estar esperando por resoluciones internacionales o esfuerzos de gobierno alguno, porque su posibilidad de influir en la realidad cubana, en términos prácticos, realmente es poca”, dijo y agregó que el gobierno "actúa no solo al margen de las leyes internacionales sino nacionales", dijo Sánchez quien pronosticó que el régimen "seguirá pisoteando muchos derechos fundamentales, sobre todo los derechos civiles y políticos”.
Your browser doesn’t support HTML5
Diálogo con la Unión Europea
En junio se celebró en La Habana la segunda ronda de conversaciones sobre Derechos Humanos, la primera que ha tenido lugar en la isla.
Tras la reunión, la Unión Europea detalló en un comunicado que en su diálogo con La Habana discutieron sobre los aspectos "constitucionales, legales y administrativos" de la libertad de asociación, en particular la de los "activistas pacíficos de la sociedad civil" así como sus posibilidades de "participar libremente en la sociedad civil".
El Servicio de Acción Exterior de la UE dijo en el comunicado que abordaron cuestiones como la igualdad de género, el racismo y la xenofobia, y el trato a grupos vulnerables, como migrantes, refugiados y solicitantes de asilo y temas de derechos humanos en un contexto multilateral".
"Se evidenciaron profundas diferencias de posiciones y enfoques en varias cuestiones sustantivas debatidas", dijo el bloque europeo.
Sin embargo, dos décadas después y tras casi dos años de negociaciones, La Habana y el ejecutivo europeo esperan este 12 de diciembre que en presencia del canciller cubano, Bruno Rodríguez se firme en Bruselas el Acuerdo de Diálogo Político y Cooperación que, entre otras cosas, termina la Posición Común.
Vigente desde 1996, el mecanismo había intentado presionar a la isla para favorecer un proceso de transición hacia una democracia pluralista y el respeto de los derechos humanos y libertades fundamentales, así como una recuperación y mejora sostenibles del nivel de vida del pueblo cubano.
Your browser doesn’t support HTML5
La evaluación más reciente sobre Cuba, contenida en el informe anual sobre Derechos Humanos de la UE, publicada el pasado mes de septiembre asegura: “En 2015 continuaron las detenciones arbitrarias y de corta duración de miembros de la oposición, activistas y defensores de los derechos humanos. En diversas ocasiones se ha transmitido preocupación a las autoridades cubanas en el diálogo político a todos los niveles”.
El documento alude a que entre las prioridades de la Unión Europea para el 2015 en el caso de Cuba estuvo “insistir en la ratificación de los Pactos de las Naciones Unidas de Derechos Civiles y Políticos, así como el de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, en particular respecto a la no discriminación y la violencia contra las mujeres, la libertad de expresión y asociación".
Estados Unidos y Cuba hablaron de Derechos Humanos
Delegaciones de Cuba y Estados Unidos discutieron el espinoso tema de derechos humanos, como parte del acercamiento diplomático que ambas naciones iniciaron en diciembre de 2014.
El tema es uno de los más sensibles en la relación bilateral, pues Washington presiona a Cuba para cambios en su modelo político que incluyan el pluripartidismo y la libre asociación o apertura a medios de prensa no estatales, la libertad de expresión y asociación. Mientras que La Habana suele acusar a Estados Unidos de politizar los derechos humanos e incumplir normas básicas como salud y educación gratuita que en la nación caribeña son universales o por el trato discriminatorio a las minorías raciales.
El secretario de la Oficina de Derechos Humanos y Democracia del Departamento de Estado, Tom Malinowski comentó al finalizar la segunda ronda bilateral sobre este tema celebrada en octubre que no hubo avances en la situación de los derechos humanos en la isla, que calificó de "bastante pobre".
La directiva presidencial firmada en octubre por el Presidente Obama, dedicó un fragmento al tratamiento de los derechos humanos en la relación bilateral.
Titulado "Respeto por los derechos humanos universales, las libertades fundamentales y los valores democráticos" el texto asegura:
Nosotros no buscaremos un cambio de régimen en Cuba. Continuaremos dejando claro que los Estados Unidos no puede imponer un modelo diferente en Cuba porque el futuro de Cuba depende del pueblo cubano. Deseamos un mayor respeto por parte del gobierno cubano a los derechos humanos universales y las libertades individuales de cada persona. El avance en este aspecto tendrá un impacto positivo en los otros objetivos. Alentaremos al gobierno cubano a respetar los derechos humanos, apoyaremos a la emergente sociedad civil de amplia base en Cuba y alentaremos a los asociados y a los actores no gubernamentales a sumarse a nosotros en abogar a favor de las reformas. Mientras mantenemos nuestro compromiso de apoyo a los activistas democráticos como lo hacemos en todo el mundo, también participaremos con líderes comunitarios, blogueros, activistas y otros líderes en temas sociales que puedan contribuir al diálogo interno en Cuba sobre la participación cívica. Seguiremos intentando participar con la sociedad civil por medio de la embajada de los Estados Unidos en La Habana y durante las visitas oficiales del gobierno de los Estados Unidos a Cuba. Buscaremos institucionalizar un diálogo regular sobre los derechos humanos con el gobierno cubano para impulsar el progreso en materia de derechos humanos. Seguiremos apoyando programas democráticos que sean transparentes y consistentes con la programación en otras sociedades similarmente situadas en el mundo. Hemos de utilizar nuestra creciente capacidad para participar con asociados regionales, tanto bilateralmente como por medio de las entidades regionales, para alentar al respeto a los derechos humanos en Cuba. Consultaremos con actores no gubernamentales, como la Iglesia católica y otras entidades religiosas. Finalmente, trabajaremos con la Unión Europea y entidades internacionales y países con ideas similares para impulsar al gobierno cubano a que respete los valores universales.