Cuba: del miedo a la internet americana, al gran salto a la tecnología 5G

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Cubanos se conectan a Internet a través de un punto Wi Fi, en La Habana.

Para compañías de EE.UU. dotar a Cuba de plena conexión a internet es por ahora un sueño de humo.

Bloomberg BNA, una subsidiaria, de la corporación especializada en negocios Bloomberg L P, se enfoca en un reciente análisis dirigido a asesorar a hombres de negocios en el dilema del interés que ha despertado la Cuba post 17-D ─con un mercado casi virgen─ en las empresas de tecnología y telecomunicaciones de EE.UU., y lo irrealizables que se muestran sus proyectos debido a los recelos de La Habana hacia las compañías estadounidenses del sector.

Señala que, por un lado, una óptima conectividad a Internet, con redes sólidas. es un elemento clave para todas las industrias estadounidenses que tratan de acceder al mercado cubano, mientras evalúan la posibilidad de invertir en un país que se mantuvo cerrado para ellas más de medio siglo.

Cuba además debería estar motivada para actualizar a marcha forzada su infraestructura, ya que el mejoramiento de sus redes de telecomunicaciones es vital para lograr las metas declaradas de llevar a otro nivel sus sistemas de educación, salud pública y transporte

Una oficina comercial de ETECSA en Cuba

Sin embargo, fuentes del sector en EE.UU. explicaron a Bloomberg BNA que su deseo de invertir en una moderna red de telecomunicaciones para la isla es por ahora una quimera, ya que el autoritario gobierno cubano mantiene un estricto control sobre su infraestructura de comunicaciones a través del ministerio del ramo y el monopolio estatal Empresa de Telecomunicaciones de Cuba SA (ETECSA).

Los dirigentes de la isla siguen presentando las ofertas de empresas estadounidenses para invertir en el mercado cubano de telecomunicaciones como un terreno movedizo por el que resbalarían hasta caer bajo el dominio de EE.UU.

Aún así, decenas de grupos de esa industria en Estados Unidos continúan cabildeando con el Congreso para incrementar los acuerdos bilaterales en materia de comercio y negocios.

Entre ellos se cuentan la Asociación de Transacciones Electrónicas (ETA), cuyos miembros incluyen a los principales actores de la industria de la tecnología financiera, desde bancos y compañías de pagos a través del teléfono móvil hasta gigantes tecnológicos como Amazon Inc., Apple Inc., Alphabet, casa matriz de Google Inc., y Hewlett Packard Enterprise Co.

Proyecto original del cable submarino ALBA1

​Cuba no será un país líder mientras continúe desconectada de la Internet

La Internet es un componente esencial para abrir la puerta a la inversión estadounidense en la industria de la tecnología financiera, que a su vez respalda a muchos otros sectores. "Para aceptar tarjetas de crédito y débito, los comerciantes necesitan tener acceso a Internet, y tiene que ser un acceso rápido y seguro", dijo a Bloomberg BNA Scott Talbott, vicepresidente primero de ETA para asuntos de gobierno.

Si bien la industria de la tecnología financiera está interesada en vender sus productos y acceder al mercado cubano, lo más probable es que los avances sean lentos, dada la ausencia de sólidas redes de banda ancha y la desconfianza del gobierno cubano hacia los empresarios extranjeros, especialmente los americanos.

James Williams, presidente de la coalición anti-embargo “Engage Cuba” aplaude lo que el gobierno cubano ha hecho hasta ahora en este campo, pero dice que no es suficiente para motivar a las empresas internacionales a construir oficinas, plantas, centros tecnológicos, y biotecnológicos u otras instalaciones que operan con sistemas basados en Internet. Las telecomunicaciones, dice, desempeñarán un papel clave en el desarrollo sostenido de la isla y su capacidad para atraer importantes inversiones de empresas globales.

Explica que el comercio internacional hoy es imposible sin internet. "No sé cómo pueden hacer que crezca su economía, cómo Cuba se convertirá en un país líder ─y pensamos que podría ser un motor económico de primer orden en el Caribe─ mientras continúe desconectada de la Internet", se cuestiona Williams

El secretario de Estado estadounidense John Kerry (d) saluda al canciller cubano, Bruno Rodríguez (i) durante su encuentro en el Departamento de Estado en Washington, Estados Unidos hoy 20 de julio de 2015 .

La desconfianza cubana hacia Estados Unidos

Acuerdos como los firmados con Starwood Hotels & Resorts para administrar hoteles en Cuba, y los que darían inicio a vuelos regulares programados de grandes aerolíneas comerciales de EE.UU. indican que el gobierno cubano está dispuesto a permitir que empresas estadounidenses operen en ciertas áreas.

Sin embargo, cuando se trata de la industria de las telecomunicaciones “no dan saltos de alegría por hacer negocios con nosotros", señala Larry Press, un consultor de Telecomunicaciones Internacionales y profesor de Sistemas de Información en la Universidad Estatal de California, filial de Dominguez Hills.

La reticencia parece emanar de la desconfianza entre las dos naciones que tiene sus raíces en la Guerra Fría y el semiderretido, pero vigente, embargo comercial de EE.UU., así como del enfoque del gobierno cubano que concibe las redes de comunicaciones como un asunto de seguridad nacional, en lugar de una herramienta para el desarrollo económico.

El gobernante Raúl Castro confirmó esa perspectiva en un discurso ante la III Cumbre de la CELAC en Costa Rica, en enero de 2015, cuando dijo que “el presidente Barack Obama podría utilizar con determinación sus amplias facultades ejecutivas para modificar sustancialmente la aplicación del bloqueo, lo que está en sus manos hacer, aun sin la decisión del Congreso (…) Pudiera permitir en otros sectores de la economía todo lo que ha autorizado en el ámbito de las telecomunicaciones con evidentes objetivos de influencia política en Cuba”.

Un grupo de jóvenes se conectan a internet en una zona WiFi, en La Habana.

`Un mercado virgen de 11 millones de personas aguarda'

Cuba se conectó a la Internet en 1996, pero ha tardado en desplegar el tipo de redes de alta velocidad y bajo costo que se encuentran en gran parte del mundo, incluso en países autoritarios como China que tienen un acceso fuertemente vigilado y controlado. La mayor parte de la red inalámbrica de la isla se encuentra en la fase 2G, suficiente para soportar servicios de voz inalámbricos, y muy poco más.

Para países como los EE.UU., que operan en redes móviles de banda ancha y alta velocidad, desplazándose rápidamente hacia la próxima evolución de la tecnología móvil, las velocidades de banda ancha disponibles en Cuba pueden parecer anticuadas. Pero es justamente esa falta de penetración de banda ancha lo que hace el mercado cubano tan potencialmente atractivo para la industria estadounidense de las telecomunicaciones

Un mercado virgen de más de 11 millones de personas, en las proximidades de los EE.UU., que requiere incontables mejoras en la infraestructura y las redes, podría ser objeto de un gran volumen de inversiones, señalaron varias fuentes a Bloomberg BNA.

Una mejor infraestructura podría generar una mayor demanda entre consumidores hambrientos de dispositivos móviles. Teniendo en cuenta la población de Cuba y la penetración de dispositivos de menor nivel, podría significar un mercado potencial para millones de unidades avanzadas.

Sin embargo, ese mercado también estará supeditado a condiciones económicas adecuadas para los proveedores y a la capacidad adquisitiva de los consumidores cubanos. El salario mensual promedio de 2015 fue de 640 pesos cubanos, aproximadamente $ 26, según el último informe económico del gobierno.

Pero lo más probable es que el gobierno cubano continúe viendo con escepticismo la posibilidad de un mercado de telecomunicaciones vibrante, ya que podría abrir más a Cuba al mundo exterior. Los asesores legales en materia de telecomunicaciones están aconsejando a sus clientes estadounidenses moderar sus expectativas en torno a la rapidez con que podrían evolucionar sus posibles negocios en la isla.

Cuba con el peor ancho de banda en la región

Los planes de conectividad de Cuba comprenden simplemente modestas mejoras a la red con un enfoque a corto plazo, y las relaciones con potenciales inversores extranjeros llevadas con mucha cautela; cuando en realidad lo que se necesita para el crecimiento de la economía cubana es ampliar la infraestructura (ya sea por cable o inalámbrica) de internet de banda ancha.

Para el 2018 el gobierno cubano quiere que en los bancos, oficinas de correos y entidades estatales haya una internet de banda ancha de al menos 256 kilobits por segundo; y para el 2020, conectar el 95 por ciento de los centros de salud y educación, instituciones científicas, culturales y deportivas, según los planes de desarrollo que el Ministerio de Comunicaciones de Cuba adelantó en 2015.

Pero las metas de ETECSA son más modestas: actualizar sólo 100 estaciones de celulares de 2G a la tecnología 3G.

"La idea de que van a instalar inalámbrica 3G es ridícula. Están apostando por desarrollar algo que ya yo tenía en mi casa hace 20 años”, criticó Press, el experto de la Universidad Estatal de California.

La publicación reconoce los beneficios de haber instalado puntos de acceso Wi-Fi públicos en toda la isla, pues de no existir estos los cubanos estarían limitados al uso de los teléfonos inteligentes para responder llamadas de voz y enviar mensajes de texto, a menos que tengan una cuenta de correo electrónico oficial en el sistema de intranet del Estado, dijo Williams.

Mientras tanto, la población de Cuba está ávida de conectarse con sus familias en el extranjero y estar en contacto con el mundo.

De acuerdo con las cifras más recientes de la Oficina Nacional de Estadísticas, el número de usuarios de teléfonos móviles aumentó más de 100 por ciento entre 2014 y 2015, llegando a 3,3 millones.

El gobierno pretende conectar a la mitad de la población cubana para 2020. De acuerdo a una presentación de ETECSA, la idea se limita a mejorar la infraestructura en las oficinas centrales que darían servicio a alrededor del 50 por ciento de los hogares con línea digital (DSL) y no a ofrecer este servicio en la mitad de los hogares cubanos.

Las autoridades cubanas han insistido en que los EE.UU. deben levantar el embargo para seguir negociando con las compañías de telecomunicaciones estadounidenses, pero Press considera que esta demanda podría ser una cortina de humo para evitar las discusiones sobre el control gubernamental de la libertad de expresión y otras políticas.

"Cuando hayan quitado el embargo, entonces pedirán la devolución de Guantánamo”, sospecha Press.

Un portavoz del gobierno cubano se negó a responder a Bloomberg varias solicitudes de comentarios sobre las políticas de banda ancha y la infraestructura de telecomunicaciones del gobierno.

La nota afirma que si el gobierno da luz verde “el escenario está preparado para un aumento en el crecimiento económico de Cuba”. Y según Bill Belt, director senior de Tecnología y Normas de la Asociación de Tecnologías de Consumo, “las autoridades cubanas deben pensar en grande acerca de cómo conectar a su gente con el mundo”, pues ya “es hora para Cuba de hacer movimientos audaces”.

Bell dijo a la publicación que en La Habana deben de dejar las viejas tecnologías y diseñar políticas para comenzar a utilizar redes pensando en el 5G que promete apoyar a dispositivos conectados con velocidades más altas y menor lapso de tiempo entre los datos que se transmiten y se reciben.

Aunque la tecnología del 5G todavía no está disponible en EE.UU., afirma el experto, hay compañías como Verizon que planifican tenerla para mediados del próximo año y Cuba “podría ser un campo de pruebas para la tecnología”.

Esos esfuerzos beneficiarían a las compañías estadounidenses y a la población cubana en los sectores elegidos para el desarrollo nacional, incluyendo el cuidado de la salud, la agricultura, la energía y el aprendizaje móvil, precisa el artículo.

"Si ETECSA sigue siendo el único minorista de teléfonos móviles, la conectividad móvil, la conectividad y la telefonía de línea fija, no van a ir a ninguna parte", dijo Press. Tampoco se ven indicios de que ETECSA tenga intención de permitir a otros proveedores ofrecer servicios en Cuba.

Al gobierno de la isla le toca la ejecución de las redes troncales de Internet urbanas, la propiedad municipal de la infraestructura y el funcionamiento de los servicios de telecomunicaciones.

Al gobierno cubano también le preocupa quién llegará a la Casa Blanca próximamente, pues otro presidente “podría dejar sin efecto la política, en medio de un proyecto de mucho riesgo para todas las partes”.

Debido a la inversión de capital inicial, la construcción de una red más amplia y sofisticada es cara, implica un compromiso importante y podría tomar décadas en realizarse. “Eso complica las cosas para los funcionarios cubanos”, dijo Guzmán.

Mirando al futuro, Bloomberg BNA espera que, con nuevas administraciones en EEUU y Cuba (donde apuestan a que Raúl Castro deje el poder en 2018 y a la mala salud de Fidel Castro, a punto de cumplir 90) las “políticas de telecomunicaciones en Cuba cambien, bajo un nuevo liderazgo, a una visión de largo plazo”.

Por el momento la única actividad probable es que Cuba identifique un proyecto como prioridad y EEUU conceda a la empresa escogida la licencia para implementarlo.

"Cuando la voluntad política y los intereses se alínean, creo que las cosas pueden suceder", dijo Guzmán.