El peso cubano y el patito feo

El CUC juega un importante papel en la economía cubana y es la moneda de referencia en el mercado minorista. Los pesos son generalmente usados en las transacciones entre empresas estatales y para comprar frutas y verduras o pagar las cuentas de agua, ele

Sobre cómo los cubanos se preparan ante el esperado proceso de unificación monetaria.
Aunque es la de menor valía entre todas las monedas que circulan de manera oficial dentro de la isla, el peso cubano (CUP), ese en el que le pagan el salario a la mayoría de los trabajadores estatales, ha dejado de ser el patito feo al que todos despreciaban.

Luego del anuncio en el mes de octubre por parte del gobierno de acabar con la dualidad monetaria, quienes tenían algunos fondos canjearon sus monedas en dólares estadounidenses o en euros pero también en CUP, que según el periodista independiente habanero Iván García “es el que se va a quedar”.

Durante los primeros días de anunciado el cambio algunas CADECAs de la capital tuvieron que cerrar por falta de pesos (CUP) mientras clientes de las diferentes sucursales del Banco Nacional de Cuba cancelaban sus cuentas en “chavitos” o CUC.

Ante la posibilidad de que vayan a reevaluarse, adquirir pesos se ha convertido en un hecho atractivo para los cubanos más acaudalados.

“Existen rumores (en La Habana) de que en diciembre va a pasar algo” con la moneda, explica García, refiriéndose al proceso de “devaluación progresiva de los chavitos”.

El “patito feo” (CUP) de la economía cubana es ahora mejor visto ante los ojos de la velazqueña Damaris García. Con miedo a perder lo poco que tienen “la gente no sabe que hacer; algunos dicen no vamos a comprar más CUC” a pesar de que “el cubano de a pie no puede guardar porque todo es muy caro”.

La salida que han encontrado otros, dice la economista de Pinar del Río, Karina Gálvez, son las inversiones. A diferencia de cualquier sitio del mundo en Cuba “la lógica no funciona; cualquier cosa puede pasar y conozco a personas que han comprado vacas, un caballo o una casita en la playa”.

Para la matancera Caridad González “no hacemos nada con que cambie una moneda si no bajan el precio de los productos y suban los salarios”. Desde 1990 hasta la fecha el poder adquisitivo de los cubanos cayó un 35 por ciento y aunque los salarios se duplicaron, el precio de la vida se multiplicó por ocho.

Por su parte, Juan Francisco Sigler, esposo de Caridad “lo que hoy vale 20 dólares (500 pesos según la tasa de cambio actual de 25 pesos CUP por un CUC) va a costar 450” pero eso “no va a resolver el problema”.

Expertos en economía aseveran que la eliminación de la dualidad monetaria va dirigida a solucionar el problema de las empresas cubanas fundamentalmente. Se debate en las especulaciones populares si la devaluación del CUC traerá aparejada la homologación con el dólar y hasta donde se beneficiara o afectara este último.
Con el río sonando para unificar las dos monedas, los cubanos tratan de protegerse de las piedras que puede traer la corriente cambiaria.

A pesar de las promesas del gobierno cubano de no afectar a los ahorristas en CUC o CUP, las experiencias con el cambio de la moneda de circulación nacional en agosto de 1961 y luego en 1994 con la despenalización del dólar, muchos temen con no pocos motivos.

Al final de todo este proceso, el más beneficiado será el peso cubano CUP, a quien el Período Especial había dejado como el patito feo. Hoy su historia parece que está cambiando de curso.