La mayoría de las nuevas cooperativas trabajarán en áreas de comercio y gastronomía, servicios, transporte y construcción
Las cooperativas no agrarias o de servicios continúan expandiéndose como nueva forma de gestión económica en Cuba, donde hoy arrancaron oficialmente unas 70 empresas de ese tipo en diferentes sectores, que se suman a las ya creadas en julio pasado.
La mayoría de las nuevas cooperativas trabajarán en áreas de comercio y gastronomía, servicios, transporte y construcción, como parte de la "actualización" del modelo económico socialista impulsada por el Gobierno de Raúl Castro.
Entre las nuevas empresas destacan Vitria y Calflat, dos cooperativas conformadas por exestudiantes de las escuelas de oficio de la Oficina del Historiador de La Habana (OHC), cuyos socios acaban prácticamente de salir de las aulas y tienen con esta su primera gran experiencia laboral.
La confección de vitrales, lámparas o restauraciones en vidrio son hasta ahora los principales encargos de la empresa que sólo incluye a tres socias y que tiene a la OHC como asesor fundamental, explicó a Efe Adriana de la Nuez, otra de las fundadoras y también de 23 años.
Las jóvenes confesaron a Efe que aún tienen desconocimiento sobre muchos temas económicos del negocio - como documentos para auditorías o la gestión de contabilidad- de los que ellas mismas piensan hacerse cargo.
Por su parte, el presidente de Calflat, José Carlos Mesa, indicó a Efe que sus otros tres socios son colegas y un exprofesor de herrería de los talleres de la OHC, que les facilitó un local arrendado y hasta ahora es su principal cliente.
Al igual que en otras cooperativas abiertas en los últimos tres meses, la gestión de insumos y la ausencia de un mercado mayorista donde puedan comprar y justificar los materiales de su trabajo están entre las preocupaciones y demandas de los asociados.
"En el día de mañana, cuando haya un comercio mayorista que venda el acero al por mayor, puede que le trabajemos al sector particular, pero mientras ese mercado no esté, solo le podemos trabajar al sector estatal", precisó Mesa, de 23 años.
En concreto, el Gobierno cubano espera que esta nueva forma de gestión contribuya a elevar la calidad de los servicios en la isla, donde el pasado 1 de julio comenzaron a surgir formalmente estas empresas tanto del sector privado como del estatal.
Por ejemplo, el instituto de belleza Bella II de La Habana funcionaba hasta hace días como entidad estatal y este martes abrió sus puertas convertido en cooperativa y como único centro de su tipo en la capital cubana que brindará servicios de gimnasio, peluquería, cera y masajes.
La antigua empresa estatal que gestionaba el instituto, ubicado en una antigua casona del céntrico barrio de El Vedado, ofreció facilidades de un año para el alquiler del inmueble y otros beneficios temporales para comprar o alquilar equipos y productos.
Aún así, muchos de los antiguos trabajadores del centro, ahora convertidos en socios, tienen dudas sobre su futuro.
"No estamos acostumbrados a llevar la responsabilidad de ser empresa, que todo el peso y la responsabilidad caiga sobre nosotros, es algo nuevo que comienza y hay que avanzar y esperar a que pase el tiempo y ver qué es lo que pasa", dijo a Efe Adriana Cervantes, presidenta y administradora de Bella II.
Durante la última reunión del Consejo de Ministros en septiembre, las autoridades insistieron en que las nuevas cooperativas pueden operar en las dos monedas que circulan en Cuba, tienen beneficios tributarios para sus inicios, pueden acceder a créditos bancarios y sus precios se regirán por oferta y demanda en la mayoría de los casos.
"Se mantiene el principio de que el Estado continúa siendo dueño de los medios fundamentales de producción, al tiempo que se libera de las actividades que no son fundamentales en el desarrollo económico del país", indicó el vicepresidente del Consejo de Ministros, Marino Murillo.
La mayoría de las nuevas cooperativas trabajarán en áreas de comercio y gastronomía, servicios, transporte y construcción, como parte de la "actualización" del modelo económico socialista impulsada por el Gobierno de Raúl Castro.
Entre las nuevas empresas destacan Vitria y Calflat, dos cooperativas conformadas por exestudiantes de las escuelas de oficio de la Oficina del Historiador de La Habana (OHC), cuyos socios acaban prácticamente de salir de las aulas y tienen con esta su primera gran experiencia laboral.
La confección de vitrales, lámparas o restauraciones en vidrio son hasta ahora los principales encargos de la empresa que sólo incluye a tres socias y que tiene a la OHC como asesor fundamental, explicó a Efe Adriana de la Nuez, otra de las fundadoras y también de 23 años.
Las jóvenes confesaron a Efe que aún tienen desconocimiento sobre muchos temas económicos del negocio - como documentos para auditorías o la gestión de contabilidad- de los que ellas mismas piensan hacerse cargo.
Por su parte, el presidente de Calflat, José Carlos Mesa, indicó a Efe que sus otros tres socios son colegas y un exprofesor de herrería de los talleres de la OHC, que les facilitó un local arrendado y hasta ahora es su principal cliente.
Al igual que en otras cooperativas abiertas en los últimos tres meses, la gestión de insumos y la ausencia de un mercado mayorista donde puedan comprar y justificar los materiales de su trabajo están entre las preocupaciones y demandas de los asociados.
"En el día de mañana, cuando haya un comercio mayorista que venda el acero al por mayor, puede que le trabajemos al sector particular, pero mientras ese mercado no esté, solo le podemos trabajar al sector estatal", precisó Mesa, de 23 años.
En concreto, el Gobierno cubano espera que esta nueva forma de gestión contribuya a elevar la calidad de los servicios en la isla, donde el pasado 1 de julio comenzaron a surgir formalmente estas empresas tanto del sector privado como del estatal.
Por ejemplo, el instituto de belleza Bella II de La Habana funcionaba hasta hace días como entidad estatal y este martes abrió sus puertas convertido en cooperativa y como único centro de su tipo en la capital cubana que brindará servicios de gimnasio, peluquería, cera y masajes.
La antigua empresa estatal que gestionaba el instituto, ubicado en una antigua casona del céntrico barrio de El Vedado, ofreció facilidades de un año para el alquiler del inmueble y otros beneficios temporales para comprar o alquilar equipos y productos.
Aún así, muchos de los antiguos trabajadores del centro, ahora convertidos en socios, tienen dudas sobre su futuro.
"No estamos acostumbrados a llevar la responsabilidad de ser empresa, que todo el peso y la responsabilidad caiga sobre nosotros, es algo nuevo que comienza y hay que avanzar y esperar a que pase el tiempo y ver qué es lo que pasa", dijo a Efe Adriana Cervantes, presidenta y administradora de Bella II.
Durante la última reunión del Consejo de Ministros en septiembre, las autoridades insistieron en que las nuevas cooperativas pueden operar en las dos monedas que circulan en Cuba, tienen beneficios tributarios para sus inicios, pueden acceder a créditos bancarios y sus precios se regirán por oferta y demanda en la mayoría de los casos.
"Se mantiene el principio de que el Estado continúa siendo dueño de los medios fundamentales de producción, al tiempo que se libera de las actividades que no son fundamentales en el desarrollo económico del país", indicó el vicepresidente del Consejo de Ministros, Marino Murillo.