Juan Carlos Cremata Malberti (La Habana, 1961), un artista (cineasta y director de teatro) polémico y atrevido. Hace un año el régimen cubano le cerró la compañía El Ingenio, ya que el montaje de El rey se muere fue confundido con una alusión directa al mal estado de salud del exgobernante Fidel Castro.
Cuando aún gozaba de la anuencia del Gobierno de La Habana, Cremata dirigió los filmes Nada, (2001) y Viva Cuba, (2005), entre otros.
Después de nueve meses de censura en la isla, Cremata ha sido invitado al Festival mundial del PEN "Voces de la literatura internacional", que hace 12 años fundara el escritor perseguido Salman Rushdie. El evento tiene lugar en Nueva York, del 25 de abril al 1 de mayo.
El músico cubano exiliado Roberto Poveda, Cremata y el historiador Rafael Rojas conforman el panel "Cuba en dos actos", que se presentará el 29 de abril. Hablarán sobre las relaciones entre el poder y la intelectualidad a un año del inicio de las relaciones bilaterales EEUU-Cuba.
El sábado 30 de abril, Cremata junto a Poveda, tomará la palabra en la mesa "La censura y la creatividad: Una conversación sobre la música y el cine cubano".
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Me cansé de usar la metáfora
Antes de comenzar un recorrido que lo llevará por otras ciudades de Estados Unidos, Juan Carlos Cremata respondió a la llamada de Martí Noticias.
En tu participación en el festival hablarás sobre la censura en Cuba. ¿Es ese el camino que seguirás en lo adelante?
Por mi parte, personalmente me cansé de negociar y hacer el uso de la metáfora para hablar de todo lo que está pasando y necesité en un momento hablar de todo lo que se está diciendo, de todo lo que se está pensando. Creo que todos tenemos el derecho (a) decir lo que pensamos y lo que sentimos. Si la libertad de expresión es incuestionable, la libertad artística es intrínseca al arte también.
Tú puedes engañar a una persona una vez, pero no la puedes engañar 100 veces durante 50 años con lo mismo.
Yo, que estoy sufriendo la censura, en el sentido de que no me dejan trabajar, apañados en la situación económica. He visto que han acosado a mis colaboradores, a quienes están dispuestos a ayudarme sin necesidad de pago, simplemente por amor al arte, ya los están presionando como que pueden perder el trabajo, me están ahogando, yo pienso que es triste. Ninguna sociedad tiene realmente toda la libertad de expresión, pero ésta (la cubana) no tiene absolutamente ninguna.
Lo que están haciendo es poco a poco quitándome la vida, sin dejarme trabajar. Yo puedo o no estar en desacuerdo contigo, pero no por eso tengo que taparte la boca, obligarte a irte del lugar, negarte o humillarte.
Es el resultado de muchos años de militarismo castrense y castrante.
Hay quienes se atreven a espacios alternativos como la plástica, músicos como Porno para Ricardo, el Club de Escritores Independientes de Cuba…
Pero en el teatro y el cine es mucho más difícil, porque ellos son los dueños de todos los teatros, del cine. Claro, yo tengo "El Paquete", pero "El Paquete" está también infectado de agentes de la Seguridad (del Estado, G2).
Aquí hay mucho oportunismo, porque son gente que no cree realmente, pero tiene la oportunidad de ganarse un puesto. No creas que en "El Paquete" es una total libertad, pero bueno existe el espacio alternativo al Paquete, o el espacio alternativo que siempre existió del boca a boca. Tú puedes engañar a una persona una vez, pero no la puedes engañar 100 veces durante 50 años con lo mismo.
Incluso la venida de Obama ha abierto el debate popular de lo que es el discurso oficial, mentiroso, encartonado y lo que es el discurso real, el de la gente en la calle, el que vino a proponer Obama y el que todo el mundo necesita.
¿Tú crees que esas herramientas de las que te hablé puedan ayudar a dinamizar un poco la situación opresiva de la creación artística?
Por supuesto, pero también a veces a costa de vidas, de sueños, de frustraciones, de momentos de verdadera angustia. Porque trabajar así es casi imposible. Yo no tengo vocación de mártir, yo soy un artista y tengo la necesidad de expresarme e intentaré buscar todas las vías para hacerlo y eso es importante para mí para poder seguir vivo.
Sobre el llamado encuentro de las dos orillas, ¿crees que esto pueda ayudar a oxigenar el país hacia adentro?
Creo que no sólo los intelectuales, sino todos los cubanos tendremos que ponernos de acuerdo. Basta ya de una pelea creada, de una batalla de ideas y de hacernos enemigos. Basta ya de exigir culpas, porque de ambas partes se pueden exigir culpas y la culpa está repartida, lo que podemos arreglar es lo que va a pasar, lo que está pasando.
Basta ya de una pelea creada, de una batalla de ideas y de hacernos enemigos.
Empecemos también a sentir un poco de tolerancia hacia el respeto ajeno, sin que eso signifique desprecio, exilio, fusilamiento, sin que eso siga significando rencor y odio. Yo me siento súper honrado con poder poner una nota diferente, porque lo que me está pasando es precisamente que no me dejan poner mi nota diferente.
En el festival Voces del PEN va a haber mucha gente que está en la situación tuya, pero de otros países…
Sí, yo sé, me imagino. Pero nosotros somos el país que tenemos más cerca el exilio nuestro, y yo creo que sin la ayuda –que no quiere decir ayuda al gobierno castrense este–, sin la ayuda entre cubanos, no. Necesito el mismo apoyo que están teniendo los cuentapropistas, para crear esa diferencia que ya se ve entre las cafeterías y los restaurantes privados y las cafeterías y los restaurantes estatales, que están muertos y llenos de moscas.
¿Te das cuenta? Eso mismo puede pasar con el Arte, con el Teatro, con el Cine, eso mismo está pasando con la Literatura.
Cada día es menos posible ocultar la mentira que ellos tratan de establecer todavía.
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