Los cadáveres de dos balseros cubanos muertos durante una travesía de tres semanas que acabó en los mares cercanos a Yucatán, México, podrían acabar en una fosa común una vez que se venza el plazo para que el Consulado de Cuba los reconozca o reclame.
La Fiscalía General del Estado de Yucatán (FGE) informó que los cadáveres permanecen en el cuarto frío del Servicio Médico Forense (Semefo), pero la reglamentación prescribe que sólo pueden mantenerse un mes en ese lugar.
De acuerdo con información del Instituto Nacional de Migración, hasta el momento ningún familiar, ni tampoco el consulado cubano, ha reclamado los cuerpos, por lo que en dos semanas serían trasladados a la fosa común del cementerio de Xoclán en Mérida.
La Fiscalía indicó que a esa parte del camposanto llevan a los cadáveres que no fueron reclamados, pero aclaró que de ninguna manera se tratan de bóvedas indignas.
Por lo pronto, permanecen en “calidad de desconocidos”, y según marcan los protocolos, de no ser demandados por la autoridad internacional, se procedería a la sepultura en 15 días.
Los cuerpos son los de Héctor Alejandro Bazán de la Paz, de 16 años de edad, quien murió en la balsa a causa de una fuerte deshidratación; y Carlos Manuel Pardo, de 22 años, quien falleció poco después de haber ingresado a un hospital.
El delegado en Yucatán del Instituto Nacional de Migración (INM), Oswaldo Ortiz Matú, indicó al diario La Verdad que el consulado cubano aún no ha reconocido ni a los muertos ni a los otros balseros de ese grupo, de los cuales 14 fueron trasladados a Chetumal, capital del estado vecino de Quintana Roo. Una mujer continuaba hospitalizada.