Termina reunión de ASCE con repaso de cuentapropismo

Conferencia 23 de ASCE en Miami

La economista Karina Gálvez presentó un análisis del cuentapropismo en Cuba con sus trabas, objetivos y oportunidades.
La vigésimo tercera Conferencia de la Asociación de Estudios de la Economía Cubana (ASCE) termino este sábado sus tres días de labores en el Hotel Hilton de Miami. Las últimas sesiones tuvieron cuatro temas a debate: la demografía, las redes sociales, diáspora y los empresarios (cuentapropistas) en Cuba.

El tema de las redes sociales lo presentó el actual presidente de ASCE, Ted Henken, profesor de Baruch College, en City University of New York. Como autor del blog El Yuma, Henken conoce personalmente a muchos de los blogueros cubanos, ha ayudado en Estados Unidos al conocimiento de la blogosfera cubana y estudiado su desarrollo. Destacó la existencia de diversos foros como Voces Cubanas, Havana Times, La Joven Cuba, etc. La doble moral existente en la Isla se extiende a la blogosfera, dijo Henken, y divide los grupos de blogueros en 1) disidentes 2) críticos 3) contenciosos 4) diáspora. Utiliza en la ponencia datos tanto aportados por la Oficina Nacional de Estadísticas de Cuba (ONE) como de Freedom House. Destacó el incremento de celulares en Cuba en los últimos años, pero no tan expansivo en comparación con otros países de la propia región e hizo hincapié en la contradicción en las cifras de acceso al Internet, y califico a los cibercafés cubano como centro donde “no hay café y tampoco Internet”. Expuso lo que califica de distintas categorías dentro de la blogosfera cubana, muchas veces demasiado estructurada o segmentada.

La censura o autocensura en las redes cubanas fue expuesto por Henken con el ejemplo de los meses de bloqueo a La Joven Cuba, el portal de jóvenes de la Universidad de Matanzas, que hasta una reunión con el vicepresidente de los Consejos de Estado y de Ministros, Miguel Díaz-Canel, no pudieron publicar. O la selección para participar en un encuentro de blogueros en esa misma ciudad, en abril pasado, donde otra bloguera cubana, Yasmin Portales, cuestiona quien hace el examen para ser revolucionario.

Sobre la domesticación tecnológica de la cultura en la esfera pública y la música popular diserto Nora Gámez, quien hizo un recuento rápido de los artistas cubanos, a veces contestatarios, otros críticos, que han dominado la tecnología en sus presentaciones. Hizo énfasis en las inexistentes regulaciones contra la piratería en Cuba y la legalización de este fenómeno con el “cuentapropismo” donde uno de los oficios permitidos se refiere al comprador/vendedor de discos, la mayoría de ellos de dudosa fabricación. Como ejemplo presentó el de Los Aldeanos y su canción La Naranja se Picó, que tienen más de dos millones de visitas en YouTube, y ellos afirman que no conocen nada de Internet, y cuando viajan al extranjero prefieren mirar los eventos deportivos. El festival de la Rotilla que desde 1999 hasta el 2011 se realizaba sin el control del Estado, y término siendo controlado por éste, fue otro ejemplo de la ponente.

Emily Parker hizo un análisis comparativo en el control del Internet en China y similitudes con Cuba. Expuso algunos de los mecanismos que los regímenes autoritarios utilizan para controlar las redes, y mencionó la llamada Muralla China, el “firewall” que las autoridades de Pekin utilizan, asi como filtros de palabras que no trasciende a la red, aunque el usuario haga el pedido, como pueden ser “Tianamen 1989” en el caso de China.

El panel dedicado a los empresarios en Cuba estuvo presidido por el ex profesor de la Universidad Internacional de la Florida (FIU), José Ramón de la Torre, quien comenzó la sesión exponiendo el concepto de empresarios. Henken volvió al podio para detallar una clasificación sobre los empresarios cubanos y las formas de control económico en los estados autoritarios. Afirmó que en Cuba no se utiliza el término de empresarios para referirse a los que laboran fuera del sistema estatal, sino simplemente “cuentapropistas”, incluso el sector privado es catalogado como “no estatal”.



La más esperada de las disertaciones de la jornada final fue la de Karina Gálvez Chiú, profesora de economía del Instituto Politécnico de Economía Rafael Ferro, en Pinar del Rio. Sin dudas fue la estrella de la jornada sabatina, pues además de la actualidad del tema traía la joven economista la vivencia interna de la Isla, la experiencia profesoral y el trabajo de años en el estudio de la realidad cubana. Con la experiencia de la docencia y el apoyo del PowePoint, la ponencia atrajo la atención de un salón a lleno total, donde estaban sentados empresarios, economistas de academias, profesores del tema cubano, periodistas, entre otros. En cuanto comenzó la disertación la sala se fue llenando, y entre los asistentes estaban Rene Gómez Manzano y Antonio Rodiles, quienes viajaron desde Cuba para la conferencia de ASCE, también Alexis Jardines, Maria Werlau, Jorge Sanguinetty, Darsi Ferret, Vaclav Maly y Antonio Galloso, entre otros.

La economista presento una ponencia dedicada al trabajo por cuenta propia en la Isla, con sus oportunidades, trabas y algunas sugerencias. Entre las trabas que Karina presento están: el no reconocimiento del derecho de propiedad privada, las limitaciones legales en cuanto a oficios, que no alcanza a los profesionales, la ausencia de un mercado mayorista (aunque aprobado, pero no funciona), la burocracia, la falta de mercado y los altos impuestos (con la posibilidad real de evadirlos). En cuanto a las oportunidades la joven economista las ve en el entrenamiento al espíritu emprendedor de los cubanos, la libertad innata del sector privado, la ineficiencia crónica de las empresas estatales, la posibilidad de viajes (fue enfática al decir – posibilidad), imposibilidad de controlar ingresos y gastos, acceso a créditos, no se paga impuestos en los tres primeros meses (el cubano trabaja tres meses y cierra el negocio, abriendo otro, reconoció Karina Gálvez), la posibilidad de contratar mano de obra y el cambio de mentalidad en cuanto al trabajo privado o por cuenta propia.

A la interrogante de ¿qué hacer?, la respuesta de la profesora de Pinar del Rio estuvo dedicada al apoyo de esos empresarios por cuenta propia. Ayuda tanto dentro de Cuba como desde el exterior, pues ve en el trabajo por cuenta propia una manera de que los cubanos logre una independencia real del Estado. Además considera que es un espacio económico popular, de libertad y ve a estos incipientes negocios como las pequeñas y medianas empresas del futuro económico de Cuba. Karina Gálvez pidió a los cubanos de la Isla comprar los productos de esas empresas, estimular al cuantapropista con calidad y originalidad, utilizar los servicios de los particulares. Para los que viven en el extranjero pidio que apoyen a ese sector con cursos, intercambios, publicaciones, todo eso conlleva a la diversificación de los negocios. El apoyo financiero, dijo la economista, no puede ser con remesas (pues estas sólo crean dependencia), sino con microcréditos e inversiones. No faltó lo anecdótico picaresco en relación a las interpretaciones “pinareñas” de las directivas de La Habana y la implantación en esa provincia de la prohibición para vender ropa usada.



Otro ponente, Felipe Manteiga, fue enfatico al decir que Cuba está en “free fall” (caída libre), ya en el precipicio, no al borde, como dijera el economista Oscar Espinosa Chepe. No recomienda ver en el empresario a un superhéroe, y fue crítico con las microempresas, las que califico como instrumentos para mantener la pobreza con dignidad. No es optimistas en la transformación de las pequeñas empresas en medianas o grandes empresas, y aseguró que no son un elevador para escalar. El ejemplo de la India en esos casos no lo recomienda, y en Vietnam afirma que fue la élite gobernante la que puso freno a los desafueros de la burocracia nacional. No buscó ejemplos de éxito en otras latitudes, y recomendó el estudio de Miami, que pasó a ser de una ciudad cuasi-rural en los años cincuenta del siglo XX a una pujante urbe financiera y empresarial en el siglo XXI.

Jorge A. Sanguinetty, ex presidente de ASCE y CEO de la empresa DevTech Systems, dijo que le complacía ver la similitud de criterios y perspectivas con la descripción de la economista cubana y los planes y estudios que se realizan en la diáspora.

En otro de los paneles de discusión, presidida por Maria Werlau, se presentaron ponencias relativas a la pobreza y sus efectos en el control social, la tradición de cuidados en el sistema de salud de Cuba, y las interacciones demográficas en la Isla. Los panelistas, con décadas de estudio como Enrique Pumar o Sergio Diaz-Braquet, tuvieron como miembros de la mesa al profesor Jorge Duany y al doctor Darsi Ferret.