Especialistas del Instituto Internacional de Investigaciones para la Paz en Estocolmo analizan por qué una gran parte del armamento oculto en el carguero norcoreano Chong Chon Gang no podía ser "para ser reparado y devuelto" a Cuba, como afirmó el MINREX.
El reporte elaborado por Hugh Griffiths y Roope Siiritola observa que si bien al principio las informaciones de la prensa sugerían que lo capturado se limitaba a unos cuantos contenedores con componentes de misiles antiaéreos, dos aviones cazas y motores para estos, se han encontrado hasta ahora 25 contenedores y seis vehículos militares.
La nota del MINREX, afirman Griffiths y Siiritola, es cuando menos diversionista, pues el carguero transportaba además una variedad de armas pequeñas y ligeras con sus municiones, y también munición de artillería convencional para cañones antitanques y obuses, así como generadores, baterías y equipo de visión nocturna, entre otros artículos. Los dos expertos se inclinan a pensar que el equipo militar iba dirigido a reforzar el armamento convencional de Corea del Norte.
Destacan que las granadas autopropulsadas (RPG) y las municiones para artillería convencional, muchas en excelentes condiciones, estaban sin usar y en gran parte en su embalaje original, quedando claro que no eran “para ser reparadas y devueltas” a Cuba.
Se han documentado en ese sentido diligencias norcoreanas para comprar 20 de estas aeronaves a Mongolia; una venta de 32 aparatos detenida por un estado miembro de la ONU, por sospechas de que su destino era Corea del Norte; y la adquisición en 1999 de 40 de estos aviones a reacción en la ex república soviética de Kazajstán.
En apoyo de esta conclusión Griffiths y Siiritola citan la importancia que concede Corea del Norte a su flota de MiG-21, un avión muy maniobrable y que "incluso para los estándares del siglo XXI resulta veloz con un máximo de MACH 2 [dos veces la velocidad del sonido]. Esto le hace comparable al KF-16, versión surcoreana del F-16 estadounidense, que compone la mayor parte de la fuerza aérea de Seúl".
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Pero “la atención a los detalles es clave”. aseveran Griffith y Siiritola, y a modo de ilustración citan una placa atornillada a uno de los sistemas de misiles antiaéreos encontrados en el barco bajo toneladas de azúcar cubano. La tarja presenta un mapa de Angola sobre el cual se dibujan MiGs y tanques de la era soviética, una gran V de victoria y las iniciales “RPA Cuba”. RPA son las iniciales de la entonces República Popular de Angola.
“Aunque los recuerdos de las fraternales victorias socialistas se han desvanecido tras el derrumbe de la Unión Soviética, todavía hoy pueden hallarse ecos del pasado, ocultos bajo las cargas ilegales norcoreanas”, concluye diciendo el informe del SIPRI.
El estudio está prolijamente ilustrado con fotografías; entre otras, de las granadas autopropulsadas, los proyectiles antitanque, el equipo de visión nocturna y el manifiesto del barco, que identifica como punto de partida del viaje a Puerto Padre, en la provincia cubana de Las Tunas.
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