El plan de emergencia en curso en La Habana por el colapso de una de las principales líneas de abasto que ha dejado sin agua a cerca de un millón de habaneros, disparó otra vez la alarma sobre los graves problemas de infraestructura que enfrenta el gobierno de Raúl Castro.
En un discurso en el 2007, Castro esbozó sus prioridades y parte del plan para “satisfacer todas las necesidades” de los cubanos. Advirtió que no sería fácil, pero por lo visto dejará la presidencia del país el próximo año sin cumplir buena parte de la promesa de mejorar la vida de la gente.
En cuanto al abasto de agua, no ha rendido frutos su programa paulatino de rehabilitación y modernización de la red de acueductos y alcantarillados en todo el país.
Crisis cíclicas en el abasto en varias provincias dan fe de la ineficacia del plan. Ni las tuberías, ni los embalses, están en mejores condiciones una década después.
Los habaneros han sido testigos en la última semana de lo que significa, por ejemplo, la pérdida de 3.000 litros de agua por segundo en la red, tras la rotura en la conductora Cuenca Sur de La Habana.
“Ahora con esta situación se agrava la cosa más todavía, no hay agua. La gente está protestando, por lo menos yo llevo dos días sin bañarme”, dijo el periodista independiente Lázaro Yuri Valle, al reportero Adriel Reyes, de Radio Martí.
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“Estamos a base de cubitos y las necesidades (hay que) hacerlas en otro lugar, y yo vivo en Nuevo Vedado”, agregó, aludiendo a que su barrio es uno de los mejores de La Habana. “Imagínate tú La Habana Vieja, San Miguel del Padrón (…) La Habana está llena del mal olor”, expresó.
Funcionarios locales catalogaron la avería como la "más grave" de los últimos 20 años y dijeron a comienzos de esta semana que el restablecimiento del servicio podría tardar entre cinco y siete días.
Pero la crisis actual podría ser incluso más grave de lo que han dicho. Funcionarios dijeron que existen otros puntos con serias dificultades. Ellos mismos han admitido que estos problemas deberán ser atendidos a corto plazo para evitar otra rotura de grandes proporciones.
Hasta el turismo se lo está sintiendo. Los hoteles más importantes están concentrados en La Habana Vieja y Plaza de la Revolución, dos de los más afectados.
Medios independientes como 14ymedio han reportado riñas callejeras, acoso de inspectores estatales a los dueños de cafeterías y restaurantes privados y recortes de horarios en las escuelas por la falta de agua.
Compleja avería
Funcionarios han dicho a la televisión estatal que la avería es muy compleja. Otros detalles sobre el calendario de reparación no han sido revelados.
Medios dijeron el lunes que estaban en el 50 por ciento del cronograma previsto a tres días de iniciadas las labores intensivas de reparación de la roturada reportada el 25 de mayo.
La avería se suma a la sequía, el deterioro de las redes y la incapacidad del gobierno de resolverlo pese a millonarias inversiones.
Cifras oficiales indican que más de la mitad del agua que se bombea no llega a las casas porque se fuga por los salideros a la vista de todos.
La solución temporal ha sido el envío de pipas de agua a las zonas más afectadas. En teoría el servicio es gratis, pero en la práctica las pipas son vendidas a altos precios en divisas. Acceden primero los cuentapropistas, interesados como están en mantener sus negocios privados funcionando.
"Debido a la avería en la conductora Cuenca Sur, se mantienen las afectaciones en los ciclos de los servicios de abasto en la capital", dijo el periódico local Tribuna de La Habana, en una nota en que publicó los horarios de distribución por barrios este jueves.
Los reportes de la prensa cubana indican que las brigadas de la dirección provincial de Recursos Hidráulicos de La Habana han trabajado de forma "ininterrumpida".
Hasta ayer reportaban la colocación de 500 metros de dos nuevas líneas de un kilómetro de largo, de cuatro dañados. Pero el malestar crece.
“Una gran parte de la población se queda sin recibir agua”, dijo a Radio Martí Julia Herrera, del grupo Damas de Blanco. “Van distribuyendo pero hay tremendo caos con el agua (…) una amiga que vive en el mismo centro de La Habana y dice que estuvo toda la noche sin dormir para cargar agua”, explicó esta semana.
María López, de La Habana, dijo que es “crítica” la situación y exigió más apoyo del Gobierno.
“Esto cogió a todo el mundo por sorpresa. Toma las medidas, saca un poco de galones de agua que tú tienes ahí en la shopping (tiendas en divisas) y repárteselas al pueblo, no sé si por edificios o más barata”, comentó, aludiendo al Gobierno.
Un pomo de agua de 1 ½ litros puede costar entre 0.60 centavos de dólar hasta 3.00 dólares en zonas turísticas. Los cubanos, cuyo salario promedio es de unos 24 dólares, suelen hervir el agua para beber.
López lo resumió así: “El que la pueda comprar, bien, que la compre, el que no que se fastidia”.
[Con información de Radio Martí, Efe, 14ymedio y Tribuna de La Habana]