Unos 1.200 centros educacionales en Cuba todavía presentan afectaciones tras el paso del huracán Irma, informó este martes a la prensa la viceministra de Educación Cira Piñeira Alonso.
“Lo que se siente cuando uno oye eso es indignación”, dijo a Martí Noticias el avileño Roberto Valdivia, quien no pude evitar hacer comparaciones con la rapidez que el gobierno acomete la recuperación de las instalaciones turísticas dañadas por el ciclón.
“Hay una prioridad total hacia el turismo por encima de, no solamente de escuelas, por encima de poblaciones, de viviendas, de casas, de todo”, comentó Valdivia.
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El profesor universitario Amador Blanco, residente en Caibarién, una de las comunidades más afectadas por el huracán, apuntó que debido a los destrozos numerosas instituciones no han podido abrir sus puertas a los estudiantes, y han movido sus actividades hacia otros lugares.
“Y hay instituciones escolares (que) se han tomado como refugio para las personas damnificadas”, añadió.
Las autoridades informaron que 15 escuelas en cinco provincias aún funcionan como albergues para las personas que perdieron sus hogares por el impacto de Irma, incluidas aquellas viviendas que ya antes padecían un lamentable estado constructivo.
“Desde un inicio, cuando fue a comenzar el curso escolar, no se habían hecho todavía los arreglos que le iban a hacer (a estas escuelas), considero que ahora deben estar mucho más desbaratadas y eso tiene que afectar grandemente”, dijo el pedagogo matancero Roberto Arsenio.
Por su parte, el maestro independiente habanero Leonardo Hernandez Camejo se mostró más preocupado por las afectaciones en el rendimiento académico y la calidad de las clases que traerá esta situación.
“El cúmulo de estudio que tienen que dar de corre-corre va a ser muy grande y no van a poder fijar esos conocimientos como se debe. Ya las tareas, no se deja una, se dejan varias tareas para un día”, advirtió.
Tras el paso del huracán Irma, las autoridades de la isla reportaron más de 1.700 escuelas de las enseñanzas primaria, secundaria y preuniversitaria afectadas por las lluvias y los fuertes vientos, de ellas alrededor de 500 en la capital.
La ministra de Educación, Ena Elsa Velázquez, declaró a medios oficiales, a solo días del paso del huracán, que las escuelas más dañadas se encontraban en las provincias de La Habana, Matanzas, Villa Clara; mientras que las mayores afectaciones se registraron en Ciego de Ávila y Camagüey, en techos, averías de puertas y ventanas, y cisternas contaminadas.
Las acciones de recuperación iniciales en estos centros educaciones se centraron en labores de limpieza. La ministra dispuso en ese entonces que los estudiantes de las escuelas con graves averías serían reubicados en otras instalaciones o casas de familias para continuar las clases.
Cuatro universidades del centro y el oriente de Cuba sufrieron daños por el azote directo de los fuertes vientos, informó el 14 de septiembre el Ministerio de Educación Superior, José Saborido.
En esa ocasión, Saborido aseguró que las universidades Martha Abreu, de Villa Clara; José Martí, de Sancti Spíritus; Máximo Gómez Báez, de Ciego de Ávila, e Ignacio Agramonte, de Camagüey, recibirían recursos para reparar los daños según el nivel de deterioro.
(Redacción Lizandra Díaz Blanco, con reporte de Adriel Reyes y archivo Martí Noticias)