La Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos y el Centro para la Democracia en las Américas realizaron este viernes una conferencia virtual sobre la crisis en la economía cubana.
Los expertos coincidieron en que, aunque el gobierno de Cuba ha buscado estimular el crecimiento económico en los últimos años reduciendo el sector estatal, alentando una mayor inversión extranjera y expandiendo el sector privado, la implementación lenta y la naturaleza contraproducente de estas medidas y la crisis en curso, han cobrado un precio profundo en la calidad de vida del pueblo cubano.
Ricardo Torres, investigador en el Centro de América Latina y Estudios Latinos en American University, hizo un contraste entre crisis económicas pasadas y la actual. Opinó que los remedios que el gobierno cubano ha aplicado en el pasado no funcionarion debido a un sector estatal demasiado grande, la baja competitividad y un enfoque anticuado hacia la inversión extranjera.
“Hay varias cosas que son diferentes hoy en comparación con los años 90. Lo primero es que la confianza general en la capacidad del gobierno para llevar a cabo sus propias reformas se ha erosionado. En estos días se ven prioridades contrapuestas. A pesar de la desaceleración económica que comenzó en el 2016, en realidad la inversión ha seguido aumentando en los últimos años. Hoteles de lujo, la expansión de su infraestructura en la Zona del Mariel, todos coexisten con recursos insuficientes”, dijo Torres.
Denisse Delgado, candidato a Doctorado en Políticas Públicas en la Universidad de Massachusetts, señaló que las remesas juegan un papel importante en la economía cubana, ya que son la segunda mayor fuente de ingresos extranjeros después de los servicios médicos, y que esto es relevante “porque las remesas tienen la capacidad de apoyar el consumo en la isla y reducir la pobreza”.
“Durante la pandemia y también por la crisis económica, las remesas han ido disminuyendo en la isla en los últimos años y esta caída no solo está afectando a la economía cubana sino especialmente a las familias que las reciben”, declaró Delgado.
Asimismo, dijo que un reporte del 2016 informó que “un 94 por ciento de las remesas apoyaban el consumo familiar, especialmente la compra de alimentos, pero también apoyaban la educación, el transporte y la salud, ademas de apoyar iniciativas privadas” y que los límites a las remesas han tenido un impacto en la capacidad de los migrantes cubanos para apoyar las mismas.
Desde La Habana participó Óscar Fernández, economista y empresario cubano, quien opinó que en Cuba muchas cosas están cambiando muy rápidamente debido a lo que denominó una situación compleja.
“Hay una crisis muy profunda de oferta y escasez de casi todo. Entonces, si se desea crear un negocio de producción de cualquier cosa, se tendrá oportunidades porque la demanda apunta a comprar cualquier cosa que pueda suministrar. Si se tiene una idea de producir algo, probablemente encontrará un mercado. Probablemente no encontrará competencia porque no se está produciendo nada en este momento. Por otro lado, el estado tienen una crisis de liquidez, y escasez de divisas”, dijo Fernández.
Los panelistas también señalaron que las familias de bajos ingresos, los afrocubanos y las mujeres son los más afectados en esta crisis económica, ya que no todos tienen el mismo acceso a las divisas extranjeras.