El Relator Especial para la Libertad de Expresión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (adscrita a la OEA), Edison Lanza, alertó el sábado en un twit que en Cuba las autoridades utilizan el COVID-19 para intimidar a los periodistas que trabajan para medios independientes.
Al respecto, el comunicador habanero Yoe Suárez declaró a Radio Televisión Martí lo reconfortante que resulta saber que organismos garantes de los derechos fundamentales estén siguiendo “esta escalada de agresiones”.
“Agradezco por fijarse en lo que está ocurriendo con el periodismo independiente cubano”, señaló, y más adelante agregó que el gesto de Lanza se suma al de otras organizaciones las cuales “han estado abogando porque el régimen lo deje en paz a él y a su familia”.
“Entre ellas, Aeropago Protestante, una entidad jurídica y mediática española y el Instituto Prensa y Sociedad, con sede en Lima, Perú”, dijo el comunicador.
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También Lázaro Bruzón Batista, Gran Maestro de ajedrez cubano, residente en los Estados Unidos, le envió un mensaje por Facebook al periodista, resaltando “su respeto y admiración”.
Suárez fue citado dos veces en una semana a la unidad de Siboney en Playa: “Lo han hecho dos veces contra mí y dos contra mi madre. El capitán Jorge, de la Contrainteligencia, insistió que mi trabajo como reportero en Diario de Cuba es pernicioso y antiético; sin embargo no ha leído mis textos”.
Durante la “entrevista” el oficial del MININT aseguró no importarle si un periodista trabaja para el medio que sea, “siempre que lo haga bajo la cobertura de la Seguridad del Estado” y advirtió que “tiene el poder de hacerme quedar como un agente”, relató Suárez.
“Luego mencionó nombres de personas que conozco, pasó de denigrarlos como consumidores de drogas, bajo nivel escolar o simples envidiosos, a sugerir que eran informantes. Cuando le dije que un signo de hombría me parecía no hablar de quien no está presente, perdió la compostura”, dijo Suárez.
Por otra parte, un miembro de la policía política amenazó el sábado durante un interrogatorio en la estación de Aguilera, municipio Diez de Octubre en La Habana, al ensayista y periodista Waldo Fernández Cuenca con procesarlo por no estar "vinculado laboralmente", en una alusión velada a la Ley de Peligrosidad Social Predelictiva con la que han amenazado a otros informadores.
“El agente Alex me dijo que mi trabajo es ilegal, que estoy haciendo la labor del enemigo, que no tengo vinculación laboral, que eso es un delito y fue muy categórico cuando afirmó que yo voy a continuar regulado y no me van a dejar viajar al exterior a recibir talleres de entrenamiento”, señaló Fernández Cuenca.
La policía política ya había “conversado” antes con el hermano del reportero, quien “no tiene vínculos con la oposición, ni con la prensa independiente”, aseguró Fernández Cuenca.
El autor del libro “La Imposición del Silencio” se refirió además al papel fundamental de las organizaciones internacionales de defensa de los derechos humanos.
“Son una barrera de contención de mayor represión hacia nosotros, que hacemos nuestra tarea en unas condiciones muy difíciles. Toda solidaridad siempre será poca contra el régimen”, concluyó.
A pesar de que las autoridades de salud de la isla han instado a la población a no salir a la calle y a evadir los grupos, la Seguridad del Estado no ha cesado sus citaciones a estaciones policiales a comunicadores independientes y opositores.
Entretanto, el viernes pasado, Amnistía Internacional pidió al régimen cubano la libertad de Roberto Quiñones, periodista independiente que escribe para Cubanet.