Correos dirigidos a Orlando González Esteva por oyentes del programa “Entre Nosotros”, que se transmite por Radio Martí de 11 a.m. a 12 y de 10 p.m. a 11 p.m., de lunes a viernes.
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"Queridos amigos, he estado ausente pero no ha sido por dejadez, pues es éste un programa al cual privilegio entre todos. Ayer hubo "elecciones": sólo un cubano cree lo que ocurre en este país cada dos años. Nadie en el mundo puede comprender esta mezcla de hombre nuevo y de una servidumbre sin complejos. Nuestra anemia cívica justifica todos nuestros pasos hacia todo aquello que apuntala al régimen.
Voto por la guagua ausente,
voto por el apagón,
voto por la represión,
que me ha nublado la mente.
Voto por el dependiente
que no me da lo que es mío, y voto por el hastío
del hombre que, marginado,
se siente desesperado.
Voto por no ser ni mío.
Camajuaní, Villa Clara
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“Querido Orlando. Deseo decirte que antes de escucharlos, hará como 2 años, tenía una imagen distorsionada de José Martí. Para mí era un comunista más. Gracias por aclarar mis dudas. Te cuento que soy un Ministro del Evangelio de nuestro Señor Jesucristo y trabajo arduamente porque mi amada patria conozca la bendición que es conocer al Señor y obedecerlo.
Las cosas no andan bien y estamos cansados de tantos dimes y diretes y politiquerías. Te pido que, si conoces algún Ministerio Cristiano que esté solidarizado con nuestra causa, por favor, me pongas en contacto con ellos. De esta carta haz público lo que estimes conveniente. Estaré orando por ustedes y por todos los que quieren el bien para mi País. Salúdame a Mara, a Patricia y a todo ese maravilloso colectivo. Sin más, saludos y bendiciones desde el Oriente cubano".
Songo la Maya
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“No todo no puede ser lamentación y Apocalipsis. Mira hasta qué punto el Señor es generoso, que uno de mis sueños es tener un carro: yo no pido el del año, yo siempre le pido a Dios, el que Él pueda enviarme. Y siempre me gustaron los que no tienen techo. Pero creo que no enfoqué bien mi plegaria, porque lo que tengo sin techo ahora es la casa”.
Ciego de Ávila
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“Saludos, Orlando y todo el colectivo del programa Entre Nosotros. Cuando veo las fotos de las calles de La Habana de los años 40, y las veo ahora, me da mucha pena verlas destruidas. Yo nací, adoctrinado, en 1973, y desde que nací me dijeron que todo estaba prohibido. Que nada se puede decir. Que tengo que hablar bajito y que eso no se puede decir. Mis padres me prohibieron muchas cosas y cuando ya tenía como 17 años me di cuenta de que mi país no estaba bien.
Mire la edad que tengo: estamos casi terminando el 2017 y entrando en el 2018, y me doy cuenta de que mi país sigue igual. Qué pena. Cuando era niño me prohibieron entrar en la iglesia. No podía ponerme sandalias rusas y tenía que entrar casi a escondidas a los hoteles para que un extranjero nos pudiera comprar un ventilador. Mucho me prohibieron y me siguen prohibiendo.
Recuerdo qué trabajo pasaba con mi papá para poder merendar en un hotel de La Habana. Escuchaba que nos decían: primero los extranjeros... Muchas veces merendaba, cuando era niño, junto con mi padre, cuando salía de trabajar del ICR, en las cafeterías del hotel Capri y del Habana Libre, y recuerdo que era difícil, porque algunas veces nos negaban la entrada.
Nací en 1973, en el pueblo de San Antonio Abad de los Baños, fundado por un gran conde, según relata su fundación. Muchos jóvenes como yo nacimos bajo los gritos de los mítines de repudio, prohibiciones y falta de libertad religiosa. Fui adoctrinado escuchando la palabra silencio. Silencio, silencio, silencio”.
La Habana
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“Ante todo mis saludos y respetos para usted y ese magnífico colectivo. Quisiera me sumaran a la lista de los que necesitamos un radio para así poder seguir escuchándolos. Mil gracias por atender a mi pedido. Sólo me resta desearles mucha salud y que sigan teniendo tanto éxito con sus transmisiones, que tanto nos ayudan a seguir viviendo dentro de esta larga penumbra que no acaba. Un gran abrazo para todos.
Artemisa