Camagüey - A través de una publicación en su muro de Facebook, la actriz y reportera Iris Mariño junto a su esposo el director de teatro Mario Junquera anuncian que han decidido convertir la fachada de su casa, a pocas cuadras del corazón de la ciudad de Camagüey, en “objeto performático”, luego de que presuntamente agentes de la Seguridad del Estado la pintaran esta semana con carteles de sesgo político y ofensas personales.
“I love Iris”, “dicidente” (sic), “tarru” (sic), “opositor”, “mercenario”, son algunos de los carteles hechos con tiza o crayola que han aparecido en el frente de la vivienda de Mario e Iris, que viven el número 77 de la calle Padre Valencia, a dos cuadras de la concurrida Plaza de los Trabajadores y a 100 metros del Teatro Principal. Los primeros fueron escritos entre la noche del domingo 27 y la madrugada del lunes 28 de mayo pasados. Al parecer esa misma noche fueron arrancadas dos pegatinas con el logo de la campaña Cuba Decide, que los propietarios de la vivienda tenían puestas en su puerta principal desde hace algunos meses.
Esta es la cuarta vez que la vivienda del matrimonio ha sido vandalizada. En 2016 alguien arrancó la primera pegatina de Cuba Decide que Iris había colocado en su puerta. En dos ocasiones, en febrero y marzo, la puerta principal amaneció casi cubierta con abundante excremento animal, que incluso aparecía untado en otra pegatina de Cuba Decida, a casi dos metros de altura del suelo.
Mario Junquera dirige desde 1990 el grupo estatal Teatro del Espacio Interior, cuyas obras han sido toleradas por las autoridades pero suelen mostrar siempre mensajes críticos con la realidad social cubana. En esa misma década sufrió detenciones en Villa “María Luisa”, sede de la Seguridad del Estado en Camagüey. Recientemente, a raíz de la colaboración de su esposa, Iris Mariño, con la revista independiente La Hora de Cuba, ha recibido frecuentes visitas de agentes del Ministerio del Interior para exhortarlo a que detenga el trabajo periodístico de Iris, y finalmente para que se divorcie de ella. En 2014, Julián González, exministro de Cultura, le entregó la Distinción por la Cultura Nacional, un galardón que ese ministerio solo entrega a creadores y artistas de relevancia para el país.
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En la misma publicación en Facebook en la que Iris Mariño anuncia el performance, declara: “Los que pensamos diferente en Cuba hoy, somos los judíos alemanes de ayer”.
Iris Mariño es miembro del equipo de dirección de la revista independiente La Hora de Cuba, para la cual trabaja también como fotógrafa, camarógrafa, redactora y reportera. Por esta labor periodística, fue acusada en enero por la Seguridad del Estado de “usurpación de capacidad legal”, y aunque la acusación le fue “archivada provisionalmente” el 23 de marzo, se le impuso prohibición de salida del país. Recientemente fue detenida durante 4 horas por agentes del Ministerio del Interior cuando intentó fotografiar el desfile oficialista del 1ro de mayo. Además, ha sido seguida por policías en la vía pública, espiada en sus teléfonos, interrogada por agentes del MININT en más de 4 ocasiones, acosada sexualmente por varios agentes masculinos en al menos uno de esos interrogatorios, ciber-acosada en su perfil de Facebook. Además, ha sido registrado su domicilio, y cerrado su contrato como profesora de “Expresión Corporal” en la Escuela de Artes “Vicentina de la Torre”. Todo esto a partir de octubre de 2017.
Hasta el momento, varios artistas y activistas en Camagüey han manifestado su rechazo a los grafitis ofensivos, y han declarado que escribirán sus propios mensajes en el performance de la pared de Mario e Iris.
La declaración en el Facebook de Iris que, en entrevista con nosotros, Mario Junquera corrobora, termina diciendo: “No borraremos los grafitis. Convertiremos los grafitis en objeto performático, e invitamos a toda persona a escribir el grafiti que desee en nuestra fachada”.