Congresistas urgen a eliminar "cáncer" de Ortega, Díaz-Canel y Maduro, y rechazan fin al TPS

Los congresistas Ileana Ros-Lehtinen y Mario Díaz-Balart junto a líderes de la comunidad nicaragüense en Miami.

Sobre el "nexo Cuba, Venezuela y Nicaragua" que denunciaron los líderes de la comunidad nicaragüense en Miami durante la reunión, Ros-Lehtinen aseguró que "son del mismo grupo, lo que quieren es control absoluto".

Los congresistas cubanoamericanos Ileana Ros-Lehtinen y Mario Díaz-Balart señalaron este martes que es un "error" la eliminación del TPS para nicaragüenses e instaron al Gobierno federal a hacer "más" para acabar con el "cáncer" que representa no sólo el Gobierno de Daniel Ortega en Nicaragua, sino a los de Miguel Díaz-Canel, en Cuba, y Nicolás Maduro, en Venezuela.

Tras una reunión en Miami con líderes de la comunidad nicaragüense, los congresistas instaron al Gobierno y al Congreso y a la comunidad internacional a movilizarse ante las "alarmantes" cifras de muertos y otras víctimas de la represión contra los opositores que protestan en Nicaragua desde abril pasado.

Entre 295 y 448 personas han muerto en el marco de las protestas contra el gobierno, según organizaciones humanitarias, que hablan también de miles de heridos y de más de un millar de secuestrados o desaparecidos.

"Ustedes son los héroes, las víctimas que nos pueden decir lo que está pasando; es increíble lo que está pasando a solo una horas de Miami", aseguró Ros-Lehtinen a los nicaragüenses que acudieron a la cita, entre ellos, víctimas y familiares de víctimas.

Ambos congresistas se hicieron eco de una lista de prioridades que presentaron estos líderes y activistas nicaragüenses, entre ellas la liberación de presos políticos y la clasificación oficial como "grupo terrorista" de los paramilitares en Nicaragua.

De igual forma urgieron a la aprobación en el Congresos de EEUU de la denominada ley "Nica", destinada a frenar los desembolsos internacionales a Nicaragua hasta que ese país celebre unas elecciones "libres, justas y transparentes".

En ese sentido, Ros-Lehtinen recordó que la "Ley Nica" ya fue aprobada en la cámara baja, pero el Senado por problemas de "calendario" no la ha tramitado, aunque cuenta con "mucho apoyo" bipartidista, de senadores como Marco Rubio y Bob Menendez.

Precisó que no busca negar fondos al pueblo de Nicaragua, sino al "régimen de Ortega. No perjudica al pueblo de Nicaragua".

Por otro lado, el ex cónsul Armando Arana, otro de los asistentes, señaló a Efe que se deben incluir a más funcionarios de Ortega en la llamada "Ley Global Magnitsky sobre Responsabilidad de Derechos Humanos".

En ese sentido Lehtinen dijo que esa ley, que entre otras autoriza a revocar o bloquear visados, "se debe "aplicar a muchísimos más que son parte del grupo mafioso de Ortega".

Ambos congresistas hicieron un llamado al Gobierno del presidente Donald Trump a "reconsiderar" la eliminación del Estatus de Protección Temporal (TPS) para inmigrantes de Nicaragua.

"Enviarlos a Nicaragua a sufrir es algo que para nosotros no es aceptable", manifestó Díaz-Balart.

"Como es que vamos a decir un lunes que hay atropellos, violencia asesinatos en Nicaragua y el martes vamos a deportar a los nicaragüenses a su país natal", se lamentó por su parte la congresista cubanoamericanos.

"No es posible, no tiene sentido", agregó.

Lehtinen, quien criticó el "silencio" de la comunidad internacional, indicó que ella y Díaz-Balart se unen al clamor del pueblo de Nicaragua que pide la "salida" de Ortega y de su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo.

Sobre el "nexo Cuba, Venezuela y Nicaragua" que denunciaron los nicaragüenses durante la reunión, la congresista dijo que no hay la menor duda.

"Son del mismo grupo, lo que quieren es control absoluto y no les importa nada del diálogo con la Iglesia, todo eso son maniobras para comprar tiempo y mantenerse en el poder", precisó Lehtinen.

La crisis política en Nicaragua comenzó el pasado 18 de abril con protestas contra una anunciada reforma de la seguridad social, que posteriormente el Gobierno nicaragüense retiró, pero las movilizaciones continuaron con la exigencia de la renuncia de Ortega y Murillo.

(EFE)