Las autoridades sanitarias de la isla confirmaron esta semana el segundo caso de paludismo detectado en Cuba en lo que va de año y reconocieron la escasez de combustible, insecticidas y equipos para desarrollar las campañas habituales de fumigación.
Se trata de un paciente que arribó al país el 22 de febrero pasado procedente de Angola y el 10 de marzo tuvo manifestaciones clínicas. La persona, que no fue identificada, reside en Guantánamo y fue ingresada una semana después.
Un reporte del diario local Venceremos indica que desde el 18 de marzo se encuentra en el hospital Dr. Agostinho Neto de esa provincia.
“Esta patología es causada por Plasmodium, un parásito inoculado de un paciente a otro por el mosquito del género Anófeles, el cual infecta con malaria y tiene hábitos vespertinos, a diferencia del Aedes aegypti, de actividad matutina y transmisor de dengue y chikungunya”, explicó el doctor Leonel Heredia Carpintrú, epidemiólogo y subdirector de tal especialidad en el Centro provincial de Higiene, Epidemiología y Microbiología.
“Por esta razón, tras identificarse el paciente palúdico y proceder a la correspondiente atención médica, los trabajadores de Vectores han realizado tratamientos adulticidas (fumigación) intra y extradomiciliares en las zonas donde pernoctó (sur y centro de la ciudad) en horarios de la tarde-noche, cuando vuela el Anófeles transmisor”, dijo.
Heredia Carpintrú apuntó que aún cuando la presencia del mosquito trasmisor es alta, en el territorio no cuentan con los recursos necesarios para llevar a cabo la habitual campaña de fumigación.
“Se acerca la época de lluvias y de aumento de la temperatura, factores que favorecen al mosquito, cuya presencia hoy es alta, sobre todo, en los municipios de Guantánamo, Manuel Tames y Caimanera”, dijo y aclaró que “son deficitarios los recursos para las campañas antivectoriales. Carecemos de petróleo, gasolina, insecticidas, de los propios equipos de fumigación”.
Según el doctor, lo que sí tienen es la técnica “de la vigilancia para evitar las larvas y que el mosquito llegue a volar”.
A inicios de febrero el Instituto de Medicina Tropical Pedro Kourí (IPK) de La Habana confirmó el diagnóstico del primer caso importado de paludismo en la isla en 2024. También era un cubano, residente en el municipio espirituano de Jatibonico, que arribó procedente de Angola a finales de diciembre, aunque no fue hasta el 26 de enero que le diagnosticaron la enfermedad.
“Estuvo varios días en su vivienda y el 17 de enero comenzó con fiebre, malestar general, lesiones en la piel”, explicó en ese momento el doctor Carlos Ruiz Santos, director del Centro Provincial de Higiene, Epidemiología y Microbiología de Sancti Spíritus.
“El análisis complementario (gota gruesa) resultó positivo, y como está establecido en los protocolos, esa muestra se envió al IPK y el 26 de enero se confirmó un paludismo del tipo Vivax, enfermedad transmitida por el mosquito de la especie Anopheles”, precisó.
Ruiz Santos le dijo a la prensa local que había “razones para preocuparse porque el paludismo no es endémico de Cuba; en el país está erradicado hace muchos años”. La mayoría, aclaró, son “viajeros que provienen de Guyana, Brasil, Venezuela y Haití”.
Tras el diagnóstico, encontraron varios criaderos de mosquitos en un radio de 2 kilómetros alrededor de la vivienda del paciente.
“Hay variantes, tipos de paludismo, que sí pueden traer complicaciones importantes, sobre todo neurológicas; que si se extiende en el tiempo la sintomatología y el paciente no acude a tiempo, puede dar al traste con la vida", alertó el especialista.