La Comisión Interamericana de Derechos Humanos y el periódico más antiguo de Estados Unidos dedicado a defender los derechos de la comunidad LGBT, Washington Blade, se sumaron a las condenas al régimen de La Habana por impedir arbitrariamente la salida al extranjero de activistas y periodistas independientes cubanos.
A los casos recientes de la reportera del diario 14 y Medio, Luz Escobar, que se disponía a viajar a Argentina, y del integrante del equipo de la revista Convivencia, Javier Valdés, con boleto a España, se agregan los del periodista de Diario de Cuba Manuel Alejandro León Velázquez (también a España) y del activista de la comunidad LGTB Leandro Rodríguez, cuyo destino era Washington D.C., con escala en Miami.
Así, el régimen cubano multiplica las violaciones a la Constitución de Cuba, a pesar de haber eliminado en enero de 2013 el represivo permiso de salida del país, la llamada “tarjeta blanca”, que ahora aplica selectivamente.
Rodríguez, invitado a la capital federal por el Centro Washington para Internados y Seminarios Académicos (The Washington Center for Internships and Academic Seminars), recién había regresado a La Habana desde Trinidad y Tobago, adonde las autoridades de la isla no le prohibieron el viaje cuando fue a solicitar la visa de entrada a Estados Unidos.
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El jueves de la semana pasada, en el Aeropuerto Internacional José Martí de La Habana, cuando ya le habían estampado el cuño en su pasaporte y estaba en la sala de espera a punto de abordar el vuelo, un funcionario de Inmigración se le acercó, le retiró sus documentos y le pidió que lo acompañara a la oficina.
“Antes de salir de la sala de espera, delante de esas personas, me destruye el boleto aéreo Habana-Miami de American Airlines; a esa acción le sumó palabras ofensivas, no le bastó esa humillación y en el recorrido […] fue diciendo comentarios inapropiados hacia mi persona en alta voz”, escribió el activista en su cuenta de Facebook.
Tuvo que esperar hora y media para que le devolvieran el equipaje, y al revisarlo se dio cuenta de que habían violentado los candados y le habían hecho un registro que jamás le notificaron, añade Rodríguez.
El atropello contra el periodista de Diario de Cuba ocurrió en el Aeropuerto Internacional Frank País, de Holguín. Allí le comunicaron que debía esperar a un funcionario de Inmigración, quien llegó 15 minutos después y le notificó que no podía viajar.
“No estás regulado, lo que tienes es una limitante”, le aseguró el funcionario. “Y me pareció raro que lo llamaran limitante”, le contó León Velázquez al periodista de Radio Martí Tomás Cardoso.
“Acudí a la Oficina de Inmigración y Extranjería, [que] no me tiene en el sistema como regulado; no tengo ningún impedimento de viaje”, explicó el periodista. “Me enviaron desde allí a la Oficina de Trámites del Ministerio del Interior, y ahí fue donde entonces me notificaron que estaba regulado. No era una limitante: estoy regulado por el Ministerio del Interior”.
Michael K. Lavers, editor de noticias internacionales de Washington Blade, denunció en su cuenta de Twitter y en un artículo sobre el caso publicado en el periódico, el abuso contra Rodríguez.
En carta al canciller cubano, Bruno Rodríguez Parrilla, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) le ha pedido que explique las violaciones de los derechos de León Velázquez, y también de otros periodistas de Diario de Cuba: Adriana Zamora, Osmel Ramírez y Ernesto Carralero.
Entre julio y agosto la policía política del régimen prohibió la salida a los pastores evangélicos Josué Legrá, Alida León Báez, Moisés Praga, Adrián del Sol, Alaín Toledano y Dariel Yáñez. Actualmente se calcula que el número de “regulados” en el país alcanza la cifra de 130.