Yanetsi Azahares es una joven cubana que nada lo deja al azar, con sólo 28 años tiene claro lo que quiere. Su madre era repostera, vivía cerca de la heladería Alondra y su vida se resumía a reunir algo de dinero para comprarse una paletica. Hoy, después de mucho trabajo, cuenta con el privilegio de tener la mejor y más concurrida heladería de La Habana.
Frente al hotel Copacabana, Gelato es una cremería italiana con su propia producción: tiene 5 empleados y una oferta con un poco más de 16 sabores, todos elaborados artesanalmente a base de frutas y combinaciones tradicionales, exóticas y extravagantes.
Todas las semanas Gelato estrena un nuevo placer, su propietaria nos cuenta: “Tenemos 2 o 3 sabores de reserva para ir sustituyendo los que se acaban. Los miércoles es el día del sabor incógnito. Siempre estamos innovando. Hemos hecho helado de sabores inimaginables: de remolacha, aguacate, trigo, higo, mamey, guanábana, boniato, cerveza, mojito".
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"Hacemos además helados sin leche y sin grasa para los que padecen intolerancia a la lactosa y las personas que cuidan la línea. Pero, de todos los sabores, los más vendidos son vainilla chip, almendra, y vainilla con cereza”, detalla.
Tiene 5 empleados y una oferta con un poco más de 16 sabores, todos elaborados artesanalmente a base de frutas y combinaciones tradicionales, exóticas y extravagantes.
En el año 2009, Yanetsi se casa con un italiano, vive en Italia, prueba el gelato (variante regional del helado) y se dice: “Esto es lo que falta en Cuba”. Se prepara para un sueño: pasa el curso de gelatería en la Universidad del Gelato, aprende a usar las materias primas cubanas en técnica y máquinas italianas, y el 3 de agosto de 2014, Gelato se convierte en la primera gelatería italiana que abre sus puertas en Cuba.
“Los habaneros prefieren Gelato porque es un producto italiano, artesanal, y porque entienden que el helado de Coppelia es industrial, tiene otro precio, otra calidad y otro público”, comenta la emprendedora.
No ha sido una tarea fácil. En las tiendas de la isla, compra la leche, el azúcar, las frutas y todo lo que les puede ayudar del mercado nacional; pero lo que no encuentra en Cuba, como el chocolate o la pasta de pistacho o de avellanas, las compra en el exterior y lo importa con cuentagotas, como artículo personal, porque aún la ley cubana no permite a un cuentapropista importar su propia materia prima.
Sueña con montar nuevas gelaterías por La Habana, después Varadero, Trinidad y otros lugares turísticos
Los precios de Gelato van desde un barquillo que vale $1,50 CUC; a copas de $2, $3, $4 y $5 CUC cada una, hasta llegar a 1 kg. de helado, que se vende en un envase térmico para llevar, a un precio de $16 CUC.
En estos momentos, la propietaria de Gelato amplía el negocio y sueña con montar nuevas gelaterías por La Habana, después Varadero, Trinidad y otros lugares turísticos. A pesar de su triunfo, la joven heladera dice un poco en broma y un poco en serio: “En Cuba hay que estar listo para todo. Hay que usar la imaginación y adaptarse”.