La escritora cubana Isabel Parera Rodríguez aborda en su libro “Cinco años y un día” testimonios de presas políticas cubanas, a partir de la experiencia de su madre.
En su primera prosa, la autora nacida en Santiago de Cuba en 1952 y exiliada desde 1970, se destaca Cuba y su compromiso con los derechos humanos.
Con la doctora en Filosofía y Letras del Centro de Estudios Avanzados de Puerto Rico y el Caribe, afincada en Puerto Rico desde 1986 conversamos en ArtExpress.
“Mi primer amor fue la poesía, desde niña improvisaba, recitaba, me interesaba la poesía, más adelante comencé a escribir. Estoy trabajando ahora en una antología donde Cuba está muy presente, la paz y la mujer porque yo siempre incluyo lo femenino desde la perspectiva de lo que escribo, porque también escribo siempre cosas muy personales”.
Escribió los poemarios “Palabra de mujer” en el 2000 y “Espacio compartido” en el 2012, donde sobresalen sus aspiraciones: "Por ello trabajo. No he perdido esa esperanza, aunque me doy cuenta de que la civilización da un paso adelante y dos hacia atrás pero no puedo perder la esperanza de que de alguna manera yo pongo mi grano de arena para un mundo mejor”.
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Sobre el libro “Cinco años y un día” la autora nos dice: “Lo que motivó escribir el libro es que mi madre fue presa política por cinco años en Cuba, básicamente son sus memorias, enriquecidas con las memorias de otras presas, son datos históricos, no hay inventos en esos testimonios, solo le doy una forma literaria, cierto balance para que se pueda leer el libro”.
“Aparecen algunos chistes, anécdotas, una nota graciosa porque así somos en el Caribe, que no importa lo que estemos pasando, parte de nuestra resiliencia es enfrentar el dolor y la adversidad con un poco de humor”, nos cuenta la profesora universitaria.
Los lectores han acogido el libro muy bien: “Estoy muy contenta con los resultados de esta obra, yo vivo aquí en Puerto Rico, no estoy en el ambiente de la Florida donde los escritores cubanos tienen varias oportunidades o en New York, donde viví y es el mismo ambiente cultural. En Puerto Rico es distinto, pero después de la pandemia se han incentivado las opciones culturales, pertenezco a un grupo, donde la mayoría son jóvenes, que lleva el nombre de “100 por 35” que son las medidas del territorio. Llegamos a los pueblos de toda la Isla para presentar y leer libros".
"Mi última presentación fue en la Parroquia Estela Maris del Condado, donde hay muchos feligreses cubanos y puertorriqueños donde para mi sorpresa tuve una venta exitosa", cuenta con mucha alegría la escritora.
“En cualquier lugar que me invitan a presentar el libro o a un conversatorio, no me gusta contar todo, pero sí explicar en qué se basa, cuál fue la experiencia de estas presas dentro de la cárcel, cómo llegaron allí, su vida en prisión y cómo se vieron obligadas a salir de Cuba”, explica.
“Cuba está en mi corazón, no importan los años que hayan pasado ni los años de exilio. Cuba está en mis oraciones, los cubanos de las dos orillas, porque sé que nos han tocado pruebas difíciles. Ahora con tantos jóvenes presos, por eso he presentado el libro para hablar de todo, el libro tiene su vigencia, Damas de Blanco perseguidas que no pueden ir a la iglesia a rezar, tantas mujeres y madres presas, artistas, muchachos que participaron en las protestas del 11 J, con altas condenas, es lamentable la represión que hay en Cuba. Al escribir el libro “Cinco años y un día”, no solo quise denunciar las violaciones de los derechos humanos y en las cárceles cubanas, también quise dejar claro que en Cuba hubo una resistencia, que sufrió prisión y hasta paredón, muchas veces se piensa que los abandonamos, pero no es así, o por lo menos mi familia no fue así, sufrimos persecución y tuvimos que emigrar y empezar una nueva vida”, enfatiza la autora.