Cerca de 600 migrantes cubanos irregulares permanecen en albergues humanitarios en Panamá como parte de un programa que busca su salida ordenada del país con rumbo hacia el norte del continente, informó este lunes el ministro panameño de Seguridad Pública, Jonattan Del Rosario.
Del Rosario detalló a los periodistas que en este momento se mantienen unos 300 migrantes cubanos en el albergue que se ha habilitado en la localidad de Gualaca, en la provincia occidental de Chiriquí, fronteriza con Costa Rica.
Otros 300 cubanos se encuentran en un albergue de la comunidad costera caribeña de Puerto Obaldía, en la zona fronteriza con Colombia.
Las autoridades de Panamá han reconocido que en la segunda semana de este mes llegó al país una oleada de migrantes irregulares, la mayoría cubanos y el resto de países como Haitíí, Camerún, Ghana, Eritrea y Etiopía, que entraron por los límites con Colombia y buscan pasar por la frontera de Costa Rica para seguir rumbo al norte del continente americano.
El titular de Seguridad resaltó este lunes que el compromiso adquirido por Panamá con Costa Rica es que estos migrantes "vayan abandonando nuestro territorio nacional de manera gradual".
Del Rosario aclaró que el destino de estos migrantes "no es Panamá", y señaló que "no califican para ningún estatus legal en el país debido a la manera en que ingresaron al territorio" nacional.
"Lo que nos corresponde, como hemos venido haciendo en la actual Administración del presidente Juan Carlos Varela, es garantizar la aplicación de estrictos controles en salud, seguridad y por supuesto la aplicación de nuestra ley migratoria que ordena el abandono del territorio nacional de toda persona que ingresa de manera irregular", sostuvo el ministro.
Del Rosario remarcó igualmente que gracias a la reunión de jefes de Estado y de autoridades de seguridad, defensa y migración de Panamá y Costa Rica, sostenida la semana pasada en la localidad panameña Boquete, "Panamá ha restablecido el flujo (migratorio) controlado por nuestro territorio".
Expresó que esto se hace de una manera que se garanticen de los derechos humanos, "sacando de nuestro territorio, de una manera ordenada, aquellos migrantes irregulares, principalmente de Cuba, que ingresaron al territorio nacional".
El pasado 20 de febrero, en Boquete, el presidente Varela y su colega de Costa Rica, Carlos Alvarado, acordaron reforzar el programa bilateral Flujo Controlado con el objetivo de garantizar la atención humanitaria al migrante sin descuidar temas inherentes a la lucha contra el tráfico de seres humanos.
En ese encuentro, Varela explicó que los migrantes que reciben son conducidos a un pequeño albergue en Puerto Obaldía o en Yaviza en la provincia de Darién, fronteriza con Colombia; luego son llevados a Costa Rica de manera ordenada y previamente fichados con su identificación y huellas dactilares.
(EFE)