El máximo ejecutivo de la compañía estadounidense Delta, Richard Anderson, manifestó sus deseos de que la aerolínea pronto empiece a operar vuelos a Cuba y recomendó a los gobernantes de la isla que adopten el dólar como moneda nacional para relanzar la maltrecha economía.
Sus palabras se deprenden de una entrevista concedida a Associated Press en la que analiza las perspectivas de futuro de esta aerolínea, junto a otros temas relevantes del sector como el precio de los combustibles, sus nuevos aviones o los mercados que piensan abrir.
Anderson se muestra en esta entrevista en tono escéptico sobre el crecimiento de Cuba y afirma que "todo el mundo cree que Cuba es la panacea y yo no lo veo", y añade que el país sólo "es el resultado de una planificación que ha salido mal. Quiero decir, Cuba no tiene ninguna infraestructura. No tiene una economía real", dice el CEO de Delta.
Por ese motivo argumenta que los planes de su compañía no pueden volcarse en Cuba todavía sin que esté preparada: "¿Cómo podemos pensar que así pueden llegar decenas y decenas de vuelos directos cada día?", asegura.
Para Anderson, Cuba tiene una fuerte competencia que le va a hacer las cosas más difíciles aún, y se refiere a Jamaica, Islas Caimán, México y otros destinos de playa que pueden robar los miles de turistas que el Gobierno de Castro desea atraer con la nueva etapa de relaciones con Estados Unidos y la flexibilización del embargo.
Para conseguirlo existe un remedio. Según sus palabras "si yo fuera ellos (el Gobierno cubano), haría dos cosas: Primero, instauraría rápidamente un sistema jurídico y bancario que respete la propiedad privada y el capital privado y, segundo, adoptaría el dólar como divisa".
Además de estas recomendaciones, su receta para Cuba también incluye "incentivos a las empresas para construir la infraestructura necesaria para el turismo a gran escala".