El espacio cultural “Escritores al bate”, que promueve y organiza el narrador y ensayista Pedro Armando Junco López en Camagüey fue suspendido definitivamente por las autoridades de la ciudad.
“Me dejé llevar por la utopía y me propuse realizar este evento cultural completamente al margen de opiniones políticas ni sociales… con el absoluto objetivo de promover talentos literarios desconocidos en el ámbito literario de la provincia”, explicó el autor en su perfil de Facebook.
El encuentro se había efectuado en dos ocasiones anteriores pero con muchos tropiezos, contó en un post.
Para la tercera edición de la peña, prevista para celebrarse el pasado viernes, la directora provincial de Cultura llamó a la cantante invitada y le “sugirió” que desechara la oferta. Junco invitó a otro artista y entonces ocurrió en el lugar, donde se celebraría la tertulia, un corto circuito.
“Ante mi insistencia en no claudicar, a menos de 24 horas del evento, me citaron y comunicaron, ya sin ambages y con toda franqueza, que la actividad no iba, porque no va”.
Junco había sido expulsado, a principios de agosto, de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC), tres meses después de publicar una carta abierta a Miguel Díaz-Canel en la que lo exhortaba a parar la segregación de la moneda nacional frente a las divisas extranjeras y a dar libertad económica a todos los productores de alimentos.
En ese momento el literato denunció que con esta sanción se había violado un derecho constitucional.
Junco, ganador en 2006 del premio de Ensayo que otorga la iglesia católica en Camagüey con la obra “La ética en la novela El Quijote” y del premio Escardó in Memoriam de la UNEAC en cuentos, con el cuaderno “Tertulia con los fantasmas”, considera que su carta al mandatario cubano fue redactada con respeto y “encierra el sentir de la mayoría del pueblo cubano”.
En referencia a la censura de su peña literaria, el autor escribió:
“Ahora espero que en cualquier momento arranquen con impotente ira el lienzo artístico con mi poema 'Delirio' que adorna la sala recibidor de la librería Ateneo; que bloqueen la reedición de mi exitoso libro 'Crónicas de un pueblo pequeño', ya aprobado por el Instituto Nacional del Libro y la Literatura; o que la mediocridad de estos bribones serviles ordene recoger mis obras en todas las bibliotecas de la provincia, conformen una pira con ellas y le prendan fuego, llevando a cabo otra Revolución Cultural a estilo Mao Zedong en pleno siglo XXI”, y agregó:
“Cuando los valientes y dispuestos sean mayoría frente a los dóciles y temerosos, llegará el cambio”.