Caridad de la comunidad evangélica sostiene a los cubanos varados en Nuevo Laredo

Medio centenar de migrantes cubanos han sido acogidos en el centro de rehabilitación "Barrios para Cristo" de Nuevo Laredo.

Todavía permanecen albergados 263 en iglesias y centros cristianos de la comunidad.

Muchos de los más de seiscientos migrantes cubanos que quedaron varados en Nuevo Laredo, México, cuando en enero pasado perdieron con la derogación de la política de pies secos / pies mojados la posibilidad legal de ser admitidos en Estados Unidos, recibieron ayuda, albergue y consuelo en 14 iglesias cristianas (evangélicas) de la localidad, reporta el diario local El Mañana.

Entrevistada por la publicación, Gloria Vega Barrera, directora de la filial para mujeres Oradel del Centro de Rehabilitación "Barrios para Cristo", relató que ellas han estado apoyando al pastor José Ángel González, director de la institución, desde que les hicieran un llamado para acoger a los cubanos que fueran llegando.

El pastor Francisco Bernardino, ‎coordinador de ministerios médicos de la Convención Regional de Iglesias Bautistas del Noreste de México, junto a los pastores Lorenzo Ortiz, de la iglesia local Ministerios del Río, y Dalila Martínez, de la metodista Holding Institute-Casa de Dios, en Laredo, Texas, se hicieron eco así de una apelación de Sergio Pérez, un empresario cubano de Las Vegas comprometido con ayudar con apoyo material y moral a sus compatriotas al otro lado de la frontera.

Lorenzo Ortiz (i) de Ministerios del Río, y Otilia Rivera del Ministerio Salvación, ayudan a los cubanos varados.

Tan solo en los centros de "Barrios Para Cristo" recibieron a 48 personas, de las cuales 12 eran mujeres. Ellas estuvieron alojadas durante semanas en la filial ubicada en la colonia Villas de Oradel.

Cristianos de todo Nuevo Laredo llevaban comida y otras vituallas para los migrantes.

“Algunos ya se fueron a su país, se entregaron a Migración; otros viajaron a Quintana Roo, y muy pocos llegaron a la conclusión de quedarse en la ciudad, solicitaron el permiso del Instituto Nacional de Migración para poder trabajar”, manifestó Vega Berrera.

Explicó que han vivido una gran experiencia, pues las costumbres y gastronomía de los cubanos son muy diferentes; no comen chile (ají picante), su dieta está basada en arroz blanco y frijoles negros, y la forma en que preparan sus alimentos es distinta.

“Muchos se fueron de Cuba en balsas, (corriendo) un gran riesgo en el mar, pero la mayor parte tienen familiares que los apoyan, llegaron bien vestidos, con ropa de marca y calzado bueno. Pero son porfiados, aún están esperando poder cruzar”, agregó.

Una minoría, entre ellos varios médicos, decidió quedarse en México, y abandonaron el albergue en el centro principal, Barrios Para Cristo, A.C., para alquilar habitaciones y poder independizarse y establecerse. La activista cristiana resalta que muchos de los cubanos son profesionales: maestros, arquitectos, artistas plásticos, bailarinas profesionales, terapeutas, médicos y hasta militares.

En la actualidad más de 260 permanecen en albergues habilitados por iglesias de varias denominaciones ubicadas en esa ciudad del estado de Tamaulipas.

Otros, lograron cruzar por el puente internacional 1 “Puerta de las Américas”, algo que antes no se les permitía, para entablar comunicación con las autoridades de Estados Unidos y asesorarse con abogados acerca de cómo podrían establecer una estancia legal.

Hoy en día sólo diez cubanos siguen albergados en los centros de rehabilitación de Barrios para Cristo. Los demás están distribuidos en templos situados en distintas colonias (barrios) de la ciudad : Iglesia Bautista Bethesda con siete personas; Iglesia Bautista el Salvador, seis; Iglesia Bautista Horeb, 25; y Casa del Migrante Amar, 15.

En la iglesia Bautista Nueva Vida se albergan 29 cubanos; Iglesia Buenas Nuevas (Asambleas de Dios), 11; Iglesia Bautista Emmanuel, 32,; Una Voz del Cielo, 32; Iglesia Bautista Getsemaní, 36; e iglesia Monte Horeb, 60.

Otros 110 isleños se encuentran en dos hoteles, Alameda (40) y Don Antonio (70) y seis en la colonia El Progreso.

“Su trayecto no ha sido fácil; el pastor González y yo estamos para apoyarlos, y seguir con los que aún están albergados en iglesias cristianas, y los que lo soliciten”, finalizó.

(Tomado de El Mañana)