En 1995 mi compañía G-T Sports fue el suplidor principal de equipos e instalaciones para los Juegos Panamericanos que se celebraron por segunda vez en Argentina, en esta ocasión teniendo como sede la ciudad de Mar del Plata.
En uno de los numerosos viajes a Buenos Aires que tuve que realizar ese año, al pasar por frente al estadio de béisbol cercano al aeropuerto de Izeiza pensé que al fin podían tener los argentinos un torneo serio en esa instalación ya que Argentina había clasificado en béisbol por ser sede.
La única otra vez que clasificó fue en 1951 por la misma razón. Por cierto, es inolvidable la reacción típica argentina al ganar el primer partido de los Juegos la cual reseñó la primera página del diario Clarín, “de aquí, a las Grandes Ligas”.
Cuando pensábamos en deporte argentino en aquella época pensábamos en Firpo, Fangio, Maradona, Monsón, Vilas, Sabatini y el ausente Di’Stéfano pero no en béisbol. Sin embargo, en este año 2018, este deporte está cumpliendo 130 años en esa nación sudamericana.
A pesar de la centenaria y casi desconocida historia de la pelota en Argentina, nunca el béisbol ha estado mejor que en este momento. En este próximo 1o. de septiembre comienza la segunda campaña de la Liga Argentina de Béisbol (LAB). La liga consta de seis equipos: tres son de la ciudad de Córdoba (Falcons, Cóndores y Pumas) y los otros tres son de la norteña ciudad de Salta (Pampas, Aguilas e Infernales). Es interesante que los salteños tengan un club con el nombre de Pampas, región ésta distante de la pampa.
Aunque el objetivo es profesionalizar absolutamente la liga, en este momento solo los jugadores importados perciben salario pero la meta es que eventualmente todos cobren.
En Argentina este proyecto requiere el apoyo de patrocinadores lo cual es de difícil obtención ya que no hay tradición beisbolera y las empresas prefieren poner su dinero en deportes más populares en el país como el fútbol, el rugby y el tenis.
La prioridad de La LAB es la importación de lanzadores para que los jugadores se acostumbren a un picheo de más calidad. Los Pumas de Córdoba contrataron al serpentinero venezolano Carlos Parra recién llegado de Barranquilla donde dejó sin carreras durante seis innings a la selección de Cuba.
Por su parte, el Pampas de Salta tiene a Ely Izturraga, lanzador venezolano que fue el jugador más valioso de la primera temporada y para esta temporada tendrán al receptor puertorriqueño Omar Prieto que viene de batear 381 en la liga colegial NCAA de Estados Unidos.
Pero ya comienzan a destacarse jugadores nativos y Argentina clasificó a los póximos PanAm en Lima, esta vez por derecho propio al derrotar al favorito Brasil.
LAB hizo el anuncio que su campeón de este año participará en la edición de la Serie Latinoamericana que tendrá lugar en Barranquilla en el nuevo flamante estadio Edgar Rentería en el 2019. Allí se la tendrán que ver con las ligas profesionales fundadoras del torneo representando a Nicaragua, Panamá, Colombia y la Veracruzana de Méjico además de la reciente incorporada en 2018 la de Curazao.
Pero los argentinos no están desarrollando el béisbol solamente de arriba hacia abajo con la importación de talento, de más importancia es lo que están construyendo desde abajo hacia arriba y eso se debe mayormente a la Fundación Rumi Sports, una ONG (sin fines de lucro) que promueve el desarrollo del deporte del bate y la pelota en Argentina.
Rumi comenzó un proyecto en 2017 para añadir el béisbol en las escuelas públicas de Buenos Aires comenzando con tres colegios, llevándolos a diez en 2018 y planean tener 20 planteles en el programa para el próximo año.
Hoy hay 1,200 niños que practican gratuitamente en las diferentes categorías infantiles. La liguita es similar a la que había en Cuba con los Cubanitos, más tarde los Criollitos en Venezuela y la conocida Little League en Estados Unidos.
Explica el director ejecutivo de Rumi Sports, Roberto Braccini: “ Encontramos una idea de llevar el béisbol a las escuelas, específicamente a los chicos de cuarto, quinto, sexto y séptimo grado, charlamos con el Ministerio de Educación durante año y medio, tiempo de trabajo intenso para pulir detalles y nos autorizaron a entrar en las escuelas estatales para poder darle curso al programa”.
La idea de Rumi es crear una base amplia de peloteritos para el crecimiento del béisbol sostenible y a largo plazo.
Omar Vizquel, jugador Estrella de Grandes Ligas, con 11 Guantes de Oro en su palmarés, se sintió atraído por el proyecto y funge como embajador de buena voluntad de Rumi.
Declara finalmente Braccini: “Para nosotros es un placer tener en nuestras filas una leyenda como Vizquel. Pensamos en él porque queremos desarroyar un programa que se llamará Rumi Internacional, para darle la oportunidad a los hijos de venezolanos que residen en Argentina, a que puedan seguir practicando el deporte”.