Bulgaria acusa a la agrupación libanesa Hezbolá de ser la autora del atentado, mientras la UE la sigue considerando un partido político.
Era Bulgaria, un tranquilo país eslavo, que en tiempos del socialismo quiso ser república soviética, donde planeaban asesinar a sus disidentes en Londres o cumplir con la orden del Kremlin de matar a Juan Pablo II.
Ahora, se pone a prueba la Unión Europea, cuando se conocen las conclusiones de una investigación por el atentado en julio del 2012 en el balneario de Burgas en el que un suicida cobró la vida a 5 turistas israelíes que viajaban en un autobús, a un búlgaro que lo conducía y en el que 35 personas resultaron heridas.
No pocos países de Europa han sentido en su suelo los planes de islamistas que culpan a Israel y Occidente de todos sus males. Fueron ellos los autores de los atentados en Estambul en el 2003, en Madrid en el 2011, en Moscú en 2004 y en Londres en 2005.
A raíz del atentado de Burgas, el entonces canciller israelí, Avigdor Lieberman, acusó a Teherán y a Hezbolá, de estar detrás del ataque. Los milicianos libaneses negaron las acusaciones y los búlgaros iniciaron, con ayuda de la Europol, su propia averiguación.
Ahora, el presidente, el canciller y el ministro del interior de Bulgaria, dieron detalles del atentado y de sus autores, tras una reunión del consejo de seguridad. El dedo acusador apunta a la milicia de Hezbolá.
Las autoridades canadienses, confirmaron las acusaciones de Sofía, pues uno de los implicados en el atentado, tenía la nacionalidad canadiense.
El gobierno del Líbano ha prometido una cooperación total, pues afirma la procuraduría búlgara que no han concluido las investigaciones del todo y los australianos pusieron empeño en ayudar en la identificación de las pistas, pues uno de los sospechosos de la autoría usaba pasaporte de Australia.
Los socialistas búlgaros, en la oposición, culparon al gobierno por tomar “decisiones políticas” al señalar hacia Hezbolá.
Estados Unidos alabó la actitud de Bulgaria, y ha pedido a la Unión Europea que se pronuncie al respecto.
En La Haya, donde Europol tiene su sede, emitieron un comunicado, afirmando que ayudaron en la investigación con la base de datos, el estudio del sistema de bomba, forenses, etc. y avalan las declaraciones búlgaras.
Con los datos que aporta Europol y la denuncia de Bulgaria, la Unión Europea está a prueba, pues a diferencia de los Estados Unidos, no consideran a Hezbolá una organización terrorista.
La UE no tiene a esa organización en su lista de organizaciones terroristas donde están Sendero Luminoso, ETA, FARC, ELN, AUC, Fatah, FPLP o Al Qaeda. Siempre se alega que no hay consenso entre los 27 miembros de la organización, y que varias naciones europeas consideran a Hezbolá como un partido político, que tiene una amplia red de servicios sociales y un ala armada, encargada de esas tareas internacionales.
En Europa, sólo el Reino Unido y los Países Bajos consideran a Hezbolá como un grupo terrorista, al igual que Canadá, Australia, Israel y Argentina. Aunque el llamado Partido de Dios tiene en la actualidad 13 parlamentarios en el legislativo del Líbano, su brazo armado ha utilizado numerosos nombres para ejecutar los atentados en todo el mundo.
En numerosas ocasiones la posición oficial de la UE ha sido afirmar que carecen de la información adecuada y no quieren socavar el proceso de paz entre Israel y la Autoridad Palestina. Con el atentado en Bulgaria, confirmada la participación de Hezbolá por la Europol, es hora de que la UE incluya al grupo donde pertenece, en la lista de los terroristas.
Ahora, se pone a prueba la Unión Europea, cuando se conocen las conclusiones de una investigación por el atentado en julio del 2012 en el balneario de Burgas en el que un suicida cobró la vida a 5 turistas israelíes que viajaban en un autobús, a un búlgaro que lo conducía y en el que 35 personas resultaron heridas.
No pocos países de Europa han sentido en su suelo los planes de islamistas que culpan a Israel y Occidente de todos sus males. Fueron ellos los autores de los atentados en Estambul en el 2003, en Madrid en el 2011, en Moscú en 2004 y en Londres en 2005.
A raíz del atentado de Burgas, el entonces canciller israelí, Avigdor Lieberman, acusó a Teherán y a Hezbolá, de estar detrás del ataque. Los milicianos libaneses negaron las acusaciones y los búlgaros iniciaron, con ayuda de la Europol, su propia averiguación.
Ahora, el presidente, el canciller y el ministro del interior de Bulgaria, dieron detalles del atentado y de sus autores, tras una reunión del consejo de seguridad. El dedo acusador apunta a la milicia de Hezbolá.
Las autoridades canadienses, confirmaron las acusaciones de Sofía, pues uno de los implicados en el atentado, tenía la nacionalidad canadiense.
El gobierno del Líbano ha prometido una cooperación total, pues afirma la procuraduría búlgara que no han concluido las investigaciones del todo y los australianos pusieron empeño en ayudar en la identificación de las pistas, pues uno de los sospechosos de la autoría usaba pasaporte de Australia.
Los socialistas búlgaros, en la oposición, culparon al gobierno por tomar “decisiones políticas” al señalar hacia Hezbolá.
Estados Unidos alabó la actitud de Bulgaria, y ha pedido a la Unión Europea que se pronuncie al respecto.
En La Haya, donde Europol tiene su sede, emitieron un comunicado, afirmando que ayudaron en la investigación con la base de datos, el estudio del sistema de bomba, forenses, etc. y avalan las declaraciones búlgaras.
Con los datos que aporta Europol y la denuncia de Bulgaria, la Unión Europea está a prueba, pues a diferencia de los Estados Unidos, no consideran a Hezbolá una organización terrorista.
La UE no tiene a esa organización en su lista de organizaciones terroristas donde están Sendero Luminoso, ETA, FARC, ELN, AUC, Fatah, FPLP o Al Qaeda. Siempre se alega que no hay consenso entre los 27 miembros de la organización, y que varias naciones europeas consideran a Hezbolá como un partido político, que tiene una amplia red de servicios sociales y un ala armada, encargada de esas tareas internacionales.
En Europa, sólo el Reino Unido y los Países Bajos consideran a Hezbolá como un grupo terrorista, al igual que Canadá, Australia, Israel y Argentina. Aunque el llamado Partido de Dios tiene en la actualidad 13 parlamentarios en el legislativo del Líbano, su brazo armado ha utilizado numerosos nombres para ejecutar los atentados en todo el mundo.
En numerosas ocasiones la posición oficial de la UE ha sido afirmar que carecen de la información adecuada y no quieren socavar el proceso de paz entre Israel y la Autoridad Palestina. Con el atentado en Bulgaria, confirmada la participación de Hezbolá por la Europol, es hora de que la UE incluya al grupo donde pertenece, en la lista de los terroristas.