"Esto no se trata de ideología de izquierda", dijo a Reuters un asesor de Rousseff. "Al invertir en la Cuba post (Fidel) Castro, Brasil se está posicionando estratégicamente".
Brasil reforzó su presencia comercial en Cuba con la inauguración el lunes de la primera etapa de la Terminal de Contenedores del Puerto de Mariel en el contexto de la II Cumbre de la CELAC, durante la cual ambos países acordaron más negocios conjuntos en la Zona Especial de Desarrollo Mariel (ZEDM).
El gigante empresarial brasileño Odebrecht continuó escalando posiciones en la economía cubana con la firma de un proyecto de su Compañía de Obras Industriales, con el Grupo Empesarial de la Industria Ligera de Cuba para establecer en la ZEDM un polígono de plásticos.
Al mismo tiempo el gigante tabacalero sudamericano Souza Cruz firmó un acuerdo con el Grupo Empresarial Tabacuba para evaluar la factibilidad de una planta industrial que producirá cigarrillos, dirigidos al mercado nacional y a la exportación.
Sendos memorándums de entendimiento fueron firmados por las partes, en presencia de Fernando Pimentel, ministro brasileño de Industria y Comercio, y Rodrigo Malmierca, titular del Comercio Exterior y la Inversión Extranjera.
De concretarse dichos proyectos, serían los primeros en instalarse en la ZEDM, que el Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social de Brasil (BNDES), ha financiado con un crédito de $957 millones al gobierno cubano, según confirmó la presidenta brasileña Dilma Rousseff durante sus palabras en la ceremonia de inauguración.
“En la segunda etapa financiaremos 290 millones de dólares en la implantación de la Zona, que se convertirá en la llave para la promoción del desarrollo económico cubano”, anunció Rousseff.
Ninguna de las partes ha revelado cuáles son las condiciones de ese crédito, sus intereses, ni su período de amortización. Tampoco se conoce por qué el gobierno brasilero le otorgó a Odebrecht la ejecución de esas millonarias inversiones.
La ZEDM es apenas el primero de una serie de proyectos de la gigantesca empresa transnacional brasileña en Cuba.
El gobierno de Rousseff el año pasado autorizó 176 millones de dólares para que Odebrecht modernice los aeropuertos de La Habana y otras ciudades de Cuba y su cartera de proyectos incluye también autopistas, vías férreas, centrales azucareros, y la industria biofarmacéutica.
"El embargo no va a durar para siempre", dijo una fuente del gobierno brasileño citada por la agencia Reuters, aludiendo a la sanciones económicas impuestas desde hace medio siglo por Estados Unidos al régimen castrista. "Y cuando caiga, Cuba va a ser estratégica para las empresas brasileñas por su posición geográfica", añadió.
Funcionarios brasileños insisten en que no están financiando al Gobierno de Castro sino a empresas como Odebrecht, dijo Reuters.
El dinero del BNDES, explican, es para exportar servicios de ingeniería y bienes de capital de empresas brasileñas.
"Esto no se trata de ideología de izquierda", dijo a Reuters un asesor de Rousseff. "Al invertir en la Cuba post (Fidel) Castro, Brasil se está posicionando estratégicamente".
El gigante empresarial brasileño Odebrecht continuó escalando posiciones en la economía cubana con la firma de un proyecto de su Compañía de Obras Industriales, con el Grupo Empesarial de la Industria Ligera de Cuba para establecer en la ZEDM un polígono de plásticos.
Al mismo tiempo el gigante tabacalero sudamericano Souza Cruz firmó un acuerdo con el Grupo Empresarial Tabacuba para evaluar la factibilidad de una planta industrial que producirá cigarrillos, dirigidos al mercado nacional y a la exportación.
Sendos memorándums de entendimiento fueron firmados por las partes, en presencia de Fernando Pimentel, ministro brasileño de Industria y Comercio, y Rodrigo Malmierca, titular del Comercio Exterior y la Inversión Extranjera.
De concretarse dichos proyectos, serían los primeros en instalarse en la ZEDM, que el Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social de Brasil (BNDES), ha financiado con un crédito de $957 millones al gobierno cubano, según confirmó la presidenta brasileña Dilma Rousseff durante sus palabras en la ceremonia de inauguración.
“En la segunda etapa financiaremos 290 millones de dólares en la implantación de la Zona, que se convertirá en la llave para la promoción del desarrollo económico cubano”, anunció Rousseff.
Ninguna de las partes ha revelado cuáles son las condiciones de ese crédito, sus intereses, ni su período de amortización. Tampoco se conoce por qué el gobierno brasilero le otorgó a Odebrecht la ejecución de esas millonarias inversiones.
La ZEDM es apenas el primero de una serie de proyectos de la gigantesca empresa transnacional brasileña en Cuba.
El gobierno de Rousseff el año pasado autorizó 176 millones de dólares para que Odebrecht modernice los aeropuertos de La Habana y otras ciudades de Cuba y su cartera de proyectos incluye también autopistas, vías férreas, centrales azucareros, y la industria biofarmacéutica.
"El embargo no va a durar para siempre", dijo una fuente del gobierno brasileño citada por la agencia Reuters, aludiendo a la sanciones económicas impuestas desde hace medio siglo por Estados Unidos al régimen castrista. "Y cuando caiga, Cuba va a ser estratégica para las empresas brasileñas por su posición geográfica", añadió.
Funcionarios brasileños insisten en que no están financiando al Gobierno de Castro sino a empresas como Odebrecht, dijo Reuters.
El dinero del BNDES, explican, es para exportar servicios de ingeniería y bienes de capital de empresas brasileñas.
"Esto no se trata de ideología de izquierda", dijo a Reuters un asesor de Rousseff. "Al invertir en la Cuba post (Fidel) Castro, Brasil se está posicionando estratégicamente".