Desde el principio el autor lo deja claro: su patria está cautiva. Y es literal. No es una apreciación, es un hecho. Y es terrible, aunque todavía algunos no comprendan lo que esta situación significa para los bolivianos, ni perciban sus gravísimos efectos extraterritoriales, ambos desenfoques son muy peligrosos.
Justamente por ello el politólogo y abogado Carlos Sánchez Berzaín ha publicado Bolivia, la patria está cautiva (Interamerican Institute for Democracy, IID, 2018). Un mapa de breves ensayos y denuncias donde se detalla la realidad del país sudamericano durante esta década y media que marcha bajo la dictadura del socialismo del siglo XXI (SSXXI), etiqueta finisecular que sirve para renombrar el intervensionismo —imperialismo deberíamos decir— neocastrista en Latinoamérica. O lo que es lo mismo: la exportación del modelo del régimen cubano.
Venezuela, Nicaragua y Bolivia aún están atrapados en su telaraña. Antes cayeron Ecuador, Brasil, Argentina. Aunque quedan menos naciones cautivas, han sido 20 largos y perjudiciales años para la región. Y sus desastres no cesan. De ahí que Berzaín nos entregue un libro sobre Bolivia y a la vez sobre el SSXXI.
Con maestrías en ciencias políticas y sociología, este autor, varias veces ministro de Estado y miembro fundador del Ateneo Jurídico, es uno de los más sagaces analistas de estos “Estados infames”, y uno de sus más férreos opositores. Precisamente se convirtió en exiliado cuando Evo Morales secuestró su nación y le persiguió a él y a otros disidentes. Desde Estados Unidos ha continuado demostrando la ineficacia e ilícita permanencia en el poder de Morales.
Los dictadores, bien lo sabemos, se sienten amenazados por quienes evidencian que en vez de gobernantes legítimos son delincuentes disfrazados de demócratas, de Robin Hood del siglo XXI. No en balde el corrupto sindicalista cocalero teme a las palabras de Berzaín, a su desmontaje del SSXXI: la peor organización narcoterrorista de la historia de las Américas, cuya cabeza sigue estando en La Habana, y que, no olvidemos, luego de la caída del bloque comunista de Europa oriental, emergiera en el hoy herido Foro de Sao Paulo, con el Partido de Los Trabajadores (del sentenciado Lula da Silva), recién vencido por Jair Bolsonaro (Partido Social Liberal). La más reciente derrota del SSXXI.
Con ojos esperanzados y perspicacia geopolítica, Berzaín ve en Bolsonaro la posibilidad de “un aporte vital a la democracia en Brasil y en las Américas”. Por su parte, Morales mira a Bolsonaro con los mismos ojos —y los mismos miedos— que al catedrático boliviano, para quien la ley y la democracia son sagradas.
En Bolivia, la patria está cautiva se lee cómo después de 15 años de demagogia y atropellos, son pocos los indígenas, no solo de Bolivia, sino de toda América Latina, que creen que Morales es su cándido defensor. Sus acciones han demostrado que es su peor enemigo. Su charlatán carcelero. En este libro se explica y denuncia todo esto con tesis auténticas.
Un libro, imperioso para todo boliviano, que desde el título define con claridad la realidad de su pueblo, malviviendo el cautiverio del SSXXI. Un cóctel letal de burdo populismo, corrupción, terrorismo, narcotráfico, manipulación ideológica, asalto a las instituciones públicas, destrucción de la sociedad y la consciencia civiles.
El escritor cubano Armando Valladares, exembajador de Estados Unidos ante la Comisión de Derechos Humanos de la ONU, afirma que Bolivia, la patria está cautiva es “la historia documentada de la resistencia y lucha desde el exilio contra la dictadura de Evo Morales”. Valladares, preso político durante 22 años y quien conoce muy bien las maniobras del comunismo, elogia las propuestas de este conjunto de ensayos para sacar a Bolivia de las dictaduras del SSXXI, y avizora que su autor será un actor vital en la construcción del futuro de los bolivianos. Yo también lo creo.
Sánchez Berzaín, autor de este libro, y de la Doctrina de las leyes infames, no solo denuncia y analiza los problemas fundamentales de su tierra, sino que también expone las amenazas del modelo implantado y —algo que es vital— propone vías clarísimas para la reconstrucción nacional.
Además, hay que elogiar aquí la labor analítica, académica e historiográfica de este experto en asuntos latinoamericanos, que antes produjera otros títulos, igualmente impulsados por la lamentable realidad continental: Dictaduras del crimen organizado en las Américas (2018), Las dos Américas: democracia y dictadura (2017), La dictadura del siglo XXI en Bolivia (2013), El presidencialismo de Bolivia previo al socialismo del siglo XXI (2013), son algunos de ellos.
Uno de los trabajos intelectuales y de activismo cívico de Berzaín que más teme y aborrece Morales y los demás jefes de los narcoestados, es su columna semanal, que aparece en varios diarios de Estados Unidos y Latinoamérica, en la cual ha insistido, sin pelos en la lengua y con ese detector de inmundicias del que hablaba Hemingway, en la necesidad de derrocar a las dictaduras del SSXXI,
Otra de las actividades que hay que agradecerle a Berzaín es la dirección ejecutiva del IID, del cual es su más activo miembro. Con base en Miami y un fondo editorial con más de medio centenar de títulos en español e inglés, este tanque de pensamiento es de obligada consulta para quienes se interesen en el monitoreo y estudio de fenómenos sociopolíticos, libertades, democracia y derechos humanos en las Américas, incluidos los efectos y amenazas geopolíticas del SSXXI para la estabilidad democrática de Estados Unidos, a los que no es inmune. De ahí las últimas reacciones de la administración Trump ante esta pandemia seudopolítica, desestabilizadora, culpable de todo tipo de miserias.
Berzaín revela todo esto y mucho más en Bolivia, la patria está cautiva, un manual que disecciona los males de la suplantación de la República de Bolivia por un narcoestado, basado en el modelo castrochavista, que ha hecho retroceder a sus ciudadanos en todos los índices fundamentales, y ha encadenado y eliminado a sus oponentes tal como ocurre en Cuba, Venezuela y Nicaragua. Algo que el mundo democrático tendría que condenar con acciones efectivas.
Insisto: la confluencia de denuncias, esclarecimientos y alertas que constituye este libro es cardinal. Si a usted le interesa el presente y futuro de Latinoamérica, no puede dejar de leerlo. Y si, además, su patria es Bolivia, pues no debería faltar entre sus libros de cabecera.