Medio centenar de arrestos, una disculpa pública del Comité Nacional Demócrata y prolongadas ovaciones provocó Bernie Sanders en el primer día de la Convención Nacional Demócrata celebrada en Filadelfia la noche del lunes.
El senador por Vermont, fue el orador elegido para cerrar la noche, en la que también se escucharon discursos de estrellas del partido demócrata como Elizabeth Warren y la primera dama Michelle Obama.
Para tratar de calmar los ánimos exaltados tras la filtración de cerca de 20 mil correos electrónicos que evidencian que los dirigentes del partido favorecieron a Clinton durante las elecciones primarias, Sanders, admitió que nadie está más decepcionado que él de que no haya ganado la candidatura presidencial demócrata pero exhortó a sus partidarios a sentirse orgullosos por la revolución política que lanzaron para transformar al país.
“Juntos hemos empezado una revolución política para transformar América. Y esta revolución continúa", dijo Bernie Sanders.
"Necesitamos un liderazgo que nos una y nos haga más fuertes, no un liderazgo que insulta a los latinos, a los mexicanos, a los musulmanes, a las mujeres, a los afroamericanos, a los veteranos y enfermos para dividirnos. Por eso, Clinton debe ser la presidenta de EEUU".
El principal rival de Clinton insistió en su discurso en votar por un gobierno que se base en los principios de justicia económica, social, racial y ambiental y beneficie a la clase trabajadora.
Al final de su presentación el senador declaró que Clinton sería una presidenta sobresaliente y afirmó que se sentía muy orgulloso de apoyarla.