Rancés Barthelemy se impuso el domingo por decisión unánime a Antonio DeMarco, para conservar su condición invicta.
Barthelemy, un cubano que desertó de la isla y reside en Las Vegas, ganó los 10 asaltos del combate, de acuerdo con los jueces, pese a que el réferi Kenny Bayless le descontó un punto por un golpe bajo en el noveno episodio.
Fue la segunda vez que Barthelemy (23-0) peleó en la división de los superligeros (140 libras o 63.5 kg), luego de conquistar el título de la Federación Internacional de Boxeo (FIB) en la categoría de los superplumas (126 libras o 57.1 kilos).
Durante la pelea, cambió de guardia zurda a diestra y derribó al mexicano DeMarco mediante un potente zurdazo en el cuarto round. "Mi izquierda me ayudó mucho", dijo Barthelemy. "Seguí apegado a la escuela del boxeo cubano y, cuando vi un hueco, tiré la otra mano para obligarlo a que adivinara".
DeMarco (31-5-1), quien cayó en noviembre ante el estadounidense Jessie Vargas en un combate por el cetro de los superligeros por la Asociación Mundial de Boxeo (AMB), recibió numerosos puñetazos de su oponente y no pudo armar buenos ataques. "Hice mi pelea, con mi estilo", comentó DeMarco. "Hay que saber perder. Él fue el mejor hoy".