Bahamas pidió a las autoridades estadounidenses un cambio en las leyes migratorias que benefician a los cubanos, pues considera que, motivados por esta política, cada vez más los balseros se lanzan al mar y llegan a las costas de la isla caribeña en un número sin precedentes, un fenómeno que está haciendo estragos al presupuesto bahamés.
La reciente repatriación este jueves de un grupo de 43 cubanos detenidos por las autoridades migratorias de Bahamas le ha costado al gobierno de Nassau $20,000, aseguró en conferencia de prensa William Pratt , Director de Inmigración de la isla caribeña.
El funcionario dijo el viernes que se reunió con el vicecónsul de la embajada de Estados Unidos en Bahamas para valorar qué podría hacer Washington para eliminar la política de “pies secos, pies mojados” que otorga un beneficio migratorio a los cubanos que logren llegar a suelo estadounidense.
"Sería una gran ayuda para las Bahamas", expresó Pratt, quien asegura que el diplomático de EEUU le respondió luego por correo electrónico que se trata de una política legislativa cuya derogación requiere la aprobación del Congreso y el Senado, por lo que “no podría ser eliminada hasta después de las elecciones generales de noviembre”.
La repatriación de los 43 cubanos, se realizó a través de un vuelo chárter en el que viajaron además seis oficiales de seguridad, un proceso que costó $18,000 dólares, sin contar el hospedaje y la dieta para los custodios, explicó Pratt y adelantó que el próximo grupo de cubanos, entre 40 y 60, será repatriado el próximo viernes.
Bahamas debe mantener los recintos donde detienen a los cubanos, además de la alimentación, gastos de salud y la vigilancia de la Real Fuerza de Defensa de Bahamas, que en ocasiones necesita refuerzos para controlar los casos de fuga o peleas dentro del centro de detención.