Para el mayor del Ministerio del Interior de Cuba Ortelio Abrahantes la suerte está echada: más de 150 días de tenebroso encierro en un centro de retención provisional en Bahamas van quedando atrás.
El viernes último recibió la esperada noticia. “Me llamaron a la oficina y el Sr. La Roda, jefe del Departamento de Atención a Refugiados de Bahamas me informó que su gobierno aceptó el estatus de refugiado que había recomendado la Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados, ACNUR.
La reunión se produjo momentos después de que el embajador de Cuba en Bahamas, Ernesto Soberón, visitó el centro de detención Carmichael Road.
“Si todo marcha como se espera,-- agregó Abrahantes-- este mismo mes podría ser trasladado a un casa de la Cruz Roja y la Iglesia, en Nassau, que alberga a los protegidos de Naciones Unidas”.
Su abogado en EE.UU., David Álvarez, dijo que se había comunicado con el alto funcionario de inmigración.
“El Sr. La Roda me confirmó que efectivamente se reunió con mi cliente el viernes pasado en Carmichael Rd, pero que como yo ejercía en otro país, no podía entrar en detalles sobre lo conversado”.
Álvarez agregó que el funcionario lo remitió al Ministerio de Asuntos Exteriores e Inmigración.
Consultado por el diario local, The Tribune24, el canciller de Bahamas, Fred Mitchell, declinò comentar sobre el caso Abrahantes.
En 14 años como combatiente del MININT, Abrahantes se graduó de abogado, obtuvo vasta experiencia en el sistema operativo y de criminalística del órgano militar, y al momento de escapar de Cuba era jefe de la base provincial de transporte terrestre y marítimo del MININT, en Ciego de Avila.
“Estoy muy contento con esta noticia. Espero llegar a un país desde donde pueda a ayudar a mi familia y si Dios lo permite, ayudar a cambiar el actual sistema de gobierno en Cuba”.
Abhahantes dejó en Ciego a su compañera sentimental, Yadelis Rivera, y a sus dos hijas.
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