A 18 años de una de las olas represivas más grandes del gobierno cubano contra periodistas y activistas de la oposición, algunas de las victimas que aún permanecen en la isla coinciden en que la represión de ahora es igual o quizás peor que en el 2003.
La "Primavera Negra de 2003", así quedó plasmada en la historia de Cuba la fecha del 18 de marzo de ese año, cuando 75 activistas de la oposición pacífica (muchos de ellos afiliados al Movimiento Cristiano Liberación) y periodistas independientes fueron llevados a prisión y condenados a largas penas de cárcel bajo la Ley 88 o "Ley mordaza", como también quedó registrada en la historia la llamada Ley de la Protección de la Independencia Nacional y la Economía de Cuba.
El encarcelamiento masivo fue denunciado por intelectuales y grupos civilistas del mundo entero. Desde Noam Chomsky y Ariel Dorfman a Carlos Alberto Montaner, así como Amnistía Internacional, Human Rights Watch, el gobierno de Estados Unidos y la Unión Europea, denunciaron la ola represiva desatada por Fidel Castro.
Han pasado 18 años, y la política represiva está intacta, afirmó desde La Habana Martha Beatriz Roque Cabello, la única mujer del “Grupo de los 75” que fue condenada a 20 años de cárcel.
“En Cuba las cosas no cambian, la represión tiene el significado de la impotencia del régimen”, asegura la economista Roque Cabello. “El régimen es impotente para producir, impotente para dar servicio, impotente para todo”.
Las condenas impuestas oscilaron entre los 6 y los 28 años de cárcel. Pero hay un caso en el que la detención se produjo meses antes del inicio de la ola represiva, y fue del doctor Oscar Elías Biscet, que estando en la cárcel fue juzgado como parte del Grupo de los 75.
El médico, que fuera condenado a 25 años, decidió vivir en Cuba y hoy dice desde La Habana que la injusticia del 2003 es igual que la del 2021. “Esta injusticia se sigue manifestando en Cuba, en donde muchas personas siguen yendo a prisión por el simple hecho de hablar".
Mucho se ha comentado en Cuba sobre la posibilidad de que el gobierno repita otra Primavera Negra.
Según el Dr. Biscet, “ellos se están cuidando, aunque han hecho pequeñas ‘Primaveras Negras’, han puesto en prisión a mucha juventud, incluso, muchas personas están presas porque les han enmascarado los delitos políticos con delitos sociales.
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En 2011 una negociación del general Raúl Castro con el gobierno español y la Iglesia Católica cubana apoyada por el Vaticano, produjo la excarcelación de los 75. La mayoría viajó con su familia a España; fue un destierro. Una docena decidió quedarse en Cuba. Los dos últimos en salir de prisión fueron Félix Navarro y José Daniel Ferrer García. Este último dijo desde Santiago de Cuba 18 años después:
“El castro-comunismo impone a la nación, a todo el pueblo cubano, primaveras, veranos, otoños e inviernos negros”.
Ferrer coincide en que la represión es ahora más cruda. “En los últimos años, la dictadura ha estado protagonizando una permanente oleada represiva, lo que lo ha hecho de manera mucho más astuta que cómo lo hizo en 2003 con la intención de evitar fuertes y enérgicas condenas internacionales".
A ninguno de los 75 disidentes se le conmutó la condena. Todos salieron bajo una licencia extrapenal que para algunos ya terminó, otros la tienen aún vigente.
Marcelo Cano, condenado a 18 años de prisión, considera que “sigue en un limbo jurídico y despiadado” al no poder regresar a su país. “Nos dijeron que nuestros familiares podían regresar de España a Cuba cuando desearan, pero en el caso nuestro teníamos que pedirle permiso (al Estado). Cuando revisamos los documentos que nos entregaron, no encontramos la carta de libertad y el papel donde se registraron los antecedentes penales no estaba correctamente escrito”, detalló Cano a Radio Martí.
Por su parte, el poeta Regis Iglesias, también preso de la Primavera Negra que salió de la cárcel rumbo a España, señala que el proceso no ha concluido porque sigue sin poder volver a su país. “Definitivamente, hasta que en primer lugar los derechos que reclamábamos y convocábamos al pueblo cubano a reclamar y defender no se conquisten, entonces el proceso de la Primavera Negra de Cuba no habrá concluido”.
Una diferencia entre el 2003 y 2018 es que con la llegada de los servicios de Internet y telefonía móvil a Cuba, a pesar de las dificultades de las conexiones, el flujo de información de entrada y de salida ha creado la posibilidad de que prácticamente cualquier ciudadano sea un potencial reportero, lo cual ha creado un dilema para el régimen dado el crecimiento exponencial de la sociedad civil y con ella, la eclosión de medios y periodistas independientes.
Estas condiciones han acelerado el proceso informativo, con lo cual las organizaciones Human Rights Watch, Amnistía Internacional, Article 19, Prisoners Defenders, la Sociedad Internacional de Prensa y el Observatorio Cubano de Derechos Humanos, entre otras, han contado con material fresco, de primera mano, para denunciar al mundo la grave situación represiva dentro de Cuba.