Año tras año, persisten y se agudizan las dificultades para tener cubiertas las plazas de maestros en las aulas de Cuba. Aunque la supuesta calidad y facilidad de acceso a la educación en la isla ha sido parte de la propaganda gubernamental durante décadas, la situación se ha deteriorado al punto de que algunos reportes de la prensa oficial y declaraciones de funcionarios advierten sobre un problema que las autoridades no logran resolver.
En septiembre, inicia el calendario escolar 2024-2025 en el país y el sistema no cuenta con todos los docentes necesarios para impartir las distintas asignaturas. En la provincia de Sancti Spíritus, por ejemplo, hay un déficit de más de 1,740 maestros, una carencia mayor que la reportada para el periodo anterior (2023-2024), cuando faltaban unos 1,500 profesores, según un reporte del periódico estatal Escambray.
A nivel nacional se estima una necesidad de al menos 24.000 docentes para cubrir la demanda, según declaró la ministra de Educación, Naima Ariatne Trujillo Barreto, previo al inicio del próximo curso escolar. En los últimos años se ha reducido considerablemente el número de docentes disponibles en el país.
El 2 de septiembre deben ingresar a las aulas los alumnos de las enseñanzas Primaria y Secundaria; el 16 de septiembre se incorporan a la Educación Superior los estudiantes de primer año, mientras los continuantes lo harán a mediados de octubre. Más de 1,6 millones estudiantes de la Educación General volverán a las aulas.
A pesar de que Cuba registra el éxodo migratorio más grande en la historia del país, según las cifras oficiales, en los últimos tres años la matrícula general en la enseñanza educativa se ha mantenido similar.
¿Cuál es la situación a nivel nacional?
Autoridades del Ministerio de Educación (MINED) reconocieron que el curso escolar 2023-2024 inició con un déficit de más de 17.000 profesores en todo el país, informó la televisión estatal a finales de octubre del pasado año. El reporte señaló que la Secundaria Básica era la enseñanza más afectada, donde se habían dejado de impartir en los primeros meses del periodo lectivo varias asignaturas por la falta de maestros.
Según Marlén Triana, directora general de Educación Básica, “el curso escolar [anterior] comenzó con un 88.9 % del completamiento”. La titular del sector precisó que este año “la mayor complejidad se encuentra en las Secundarias Básicas y en los Institutos Preuniversitarios Vocacionales de Ciencias Exactas (Ipvce)”.
Las enseñanzas más perjudicadas son Primera Infancia, Primaria, Secundaria Básica, Preuniversitario, Técnica y Profesional y Especial, según los datos oficiales.
En la ciudad de Sancti Spíritus, capital de la provincia homónima, una escuela cerró en 2023 por falta de maestros, según comentó a Martí Noticias Yorsiquelín Sánchez, una madre residente allí.
“Hay un déficit terrible de maestros, no solamente en la escuela de la niña [su hija], (...) e incluso hay una escuela que está cerrada, que se llama Wilson Rojas, es una secundaria básica en Sancti Spíritus, porque nada más quedó un director, dos profesores y un jefe de ciclo”, dijo Sánchez.
La falta de maestros obliga a “apelar a todas las alternativas posibles para garantizar un docente frente a cada aula”, ha admitido la ministra de Educación, Naima Ariatne Trujillo.
En el curso anterior, el Ministerio de Educación anunció como “solución temporal” ante el déficit de profesionales, que implementaría “alternativas como los contratos por horas y la presencia de estudiantes universitarios que integran el contingente Educando por Amor”.
Sobre este tipo de medidas paliativas, el exprofesor de Enseñanza Secundaria y preso político Pedro Albert Sánchez, señaló: “Hemos tenido, una y otra vez, que poner a dar clases a jóvenes que no son profesores (...). Lógicamente, hay una mala calidad en lo que se está haciendo en las escuelas y los padres hacen reclamos de formas inadecuadas, y eso ha influido para que, a muchos maestros, la balanza se les incline a que es mejor retirarse del sistema”.
El Observatorio de Libertad Académica (OLA) ha denunciado "la falta de alternativas reales que permitan reducir el déficit de educadores en el país". La ONG exigió al MINED “adoptar medidas drásticas, como la suspensión de las misiones educativas que se llevan a cabo en varios países del mundo”.
De acuerdo con OLA, por la exportación de servicios profesionales “el Estado totalitario cubano devenga ganancias, las cuales, evidentemente, no se reinvierten en garantías educacionales en el ámbito nacional”.
Según la Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI), el salario promedio en el sector educativo es de 4,005 pesos cubanos (unos 12 dólares al mes, de acuerdo con la tasa de referencia del mercado informal publicada por el medio independiente elTOQUE. Es uno de los sectores peor pagados en Cuba.