Alfonso Guerra, fue invitado por Manuel Piñeiro a cenar en su casa, junto a su esposa Marta Harnecker, en la comida también participó monseñor Carlos Manuel de Céspedes.
Apenas siete meses después que Mig’s cubanos derribaran en aguas internacionales a dos avionetas de Hermanos al Rescate matando a sus cuatro tripulantes el entorno en la Casa Blanca del entonces presidente Bill Clinton ya buscaba negociar con Fidel Castro.
Al frente de esa iniciativa secreta, desconocida hasta hoy, estuvo el ex senador y candidato presidencial demócrata Gary Hart, quien buscó el apoyo del vicepresidente del gobierno socialista español, Alfonso Guerra, como intermediario.
“Lo recibí en mi despecho de Ferraz, sede del partido, el 30 de septiembre de 1996”, afirma Guerra en sus memorias tituladas Una página difícil de arrancar, publicadas el pasado mes de mayo por la editorial Planeta.
Guerra cuenta que quiso saber si aquella era una iniciativa de la Administración Clinton. Dice que Hart le aseguro que no, “que obedecía a unos grupos muy cercano al entorno de Clinton, pero sin que la presidencia estuviera involucrada”.
La narración detalla las gestiones de Guerra antes de viajar a La Habana el 9 de enero de 1997. Esa misma noche se reunió con Castro en una cena en el Palacio de la Revolución para comunicarle el mensaje que llevaba de Washington.
“Que digan fecha para iniciar los contactos”, fue la respuesta inmediata de Castro.
Durante su breve estancia en La Habana, Alfonso Guerra, fue invitado por Manuel Piñeiro -jefe del entonces Departamento América del PCC-, a cenar en su casa, junto a su esposa Marta Harnecker. Guerra confiesa que, para su sorpresa, en la comida también participó monseñor Carlos Manuel de Céspedes (a quien erróneamente califica de obispo).
“Miraba a mi alrededor y veía en animada charla al jefe de la guerrilla, a la marxista oficial y al obispo católico, y acudía a mi socorro ante aquella extravagancia una buena explicación: estamos en Cuba”, afirma.
Con la ayuda de España, Hart viajó a La Habana de incognito, desde México, en abril de 1997, acompañado por “su esposa” una joven dirigente del PSOE que más tarde se convirtió en ministra de Asuntos Exteriores: Trinidad Jiménez. Hizo un segundo viaje en noviembre de 1997, en idénticas condiciones.
Al final de varias reuniones entre negociadores de La Habana y Washington, dice Guerra, “el norteamericano creía terminada la mediación por la escasa predisposición de los cubanos para comenzar un deshielo con concesiones mutuas”.
Al principio de ese capítulo de sus memorias, titulado Cuba en el corazón, Guerra dice que cuando le informó al presidente del gobierno y del PSOE, Felipe González, la iniciativa de Washington éste le respondió: yo tengo un intermediario major, el Papa.
La respuesta de González, que puede o no ser cierta, sirve para que podamos reflexionar qué sucedía en esos momentos en el escenario cubano. En el contexto de esa iniciativa de Washington, en la aceptación inicial de Castro para comprar tiempo, y en las líneas de comunicación que La Habana tendía en varias direcciones hay una enseñanza política: A veces vivimos un presente político cuya importancia o consecuencias no entedemos hasta que se convierte en pasado.
Aquí van algunos sucesos de aquellos días. Le corresponde al lector sacar sus conclusiones.
1.- El cónsul de España en Miami, Carlos Abella y Ramallo, con amplio conocimiento del exilio cubano, es nombrado Embajador en El Vaticano en el verano de 1996, justo cuando Felipe González asegura que el Papa, servirá de mediador entre EE.UU y Cuba.
2.- Fidel Castro viaja a Roma y es recibido el 20 de noviembre de 1996 por el Papa Juan Pablo II. Ese día, acompañado sólo por un chofer, entró en un auto blanco por la puerta del ala izquierda de la Basílica de San Pedro, conocida como el Arco de las Campanas a las 11: 30 A.M.
3.- En enero de 1997, mientras Alfonso Guerra se reúne con Castro en La Habana, en El Vaticano celebraban un almuerzo de trabajo con el Papa Juan Pablo II, el cardenal cubano Jaime Ortega Alamino y el Arzobispo de Santiago de Cuba, monseñor Pedro Meurice.
4.- Esa misma semana, el 21 de enero, el activista de derechos humanos, Elizardo Sánchez Santa Cruz, quien se encontraba de gira por América Latina y Europa, fue recibido en El Vaticano por su ministro de Relaciones Exteriores, cardenal Jean-Louis Tauran.
5.- En noviembre de 1997 mientras el ex senador y vicepresidente Gary Hart celebraba su última negociación en La Habana, fallecía en Miami, Jorge Mas Canosa, líder de la Fundación Nacional Cubano Americana.
Cosas curiosas de la política y su contexto . ¿Verdad?
Publicado en El Timbeke el 9 de junio del 2013
Al frente de esa iniciativa secreta, desconocida hasta hoy, estuvo el ex senador y candidato presidencial demócrata Gary Hart, quien buscó el apoyo del vicepresidente del gobierno socialista español, Alfonso Guerra, como intermediario.
“Lo recibí en mi despecho de Ferraz, sede del partido, el 30 de septiembre de 1996”, afirma Guerra en sus memorias tituladas Una página difícil de arrancar, publicadas el pasado mes de mayo por la editorial Planeta.
Guerra cuenta que quiso saber si aquella era una iniciativa de la Administración Clinton. Dice que Hart le aseguro que no, “que obedecía a unos grupos muy cercano al entorno de Clinton, pero sin que la presidencia estuviera involucrada”.
La narración detalla las gestiones de Guerra antes de viajar a La Habana el 9 de enero de 1997. Esa misma noche se reunió con Castro en una cena en el Palacio de la Revolución para comunicarle el mensaje que llevaba de Washington.
“Que digan fecha para iniciar los contactos”, fue la respuesta inmediata de Castro.
Durante su breve estancia en La Habana, Alfonso Guerra, fue invitado por Manuel Piñeiro -jefe del entonces Departamento América del PCC-, a cenar en su casa, junto a su esposa Marta Harnecker. Guerra confiesa que, para su sorpresa, en la comida también participó monseñor Carlos Manuel de Céspedes (a quien erróneamente califica de obispo).
“Miraba a mi alrededor y veía en animada charla al jefe de la guerrilla, a la marxista oficial y al obispo católico, y acudía a mi socorro ante aquella extravagancia una buena explicación: estamos en Cuba”, afirma.
Con la ayuda de España, Hart viajó a La Habana de incognito, desde México, en abril de 1997, acompañado por “su esposa” una joven dirigente del PSOE que más tarde se convirtió en ministra de Asuntos Exteriores: Trinidad Jiménez. Hizo un segundo viaje en noviembre de 1997, en idénticas condiciones.
Al final de varias reuniones entre negociadores de La Habana y Washington, dice Guerra, “el norteamericano creía terminada la mediación por la escasa predisposición de los cubanos para comenzar un deshielo con concesiones mutuas”.
Al principio de ese capítulo de sus memorias, titulado Cuba en el corazón, Guerra dice que cuando le informó al presidente del gobierno y del PSOE, Felipe González, la iniciativa de Washington éste le respondió: yo tengo un intermediario major, el Papa.
La respuesta de González, que puede o no ser cierta, sirve para que podamos reflexionar qué sucedía en esos momentos en el escenario cubano. En el contexto de esa iniciativa de Washington, en la aceptación inicial de Castro para comprar tiempo, y en las líneas de comunicación que La Habana tendía en varias direcciones hay una enseñanza política: A veces vivimos un presente político cuya importancia o consecuencias no entedemos hasta que se convierte en pasado.
Aquí van algunos sucesos de aquellos días. Le corresponde al lector sacar sus conclusiones.
1.- El cónsul de España en Miami, Carlos Abella y Ramallo, con amplio conocimiento del exilio cubano, es nombrado Embajador en El Vaticano en el verano de 1996, justo cuando Felipe González asegura que el Papa, servirá de mediador entre EE.UU y Cuba.
2.- Fidel Castro viaja a Roma y es recibido el 20 de noviembre de 1996 por el Papa Juan Pablo II. Ese día, acompañado sólo por un chofer, entró en un auto blanco por la puerta del ala izquierda de la Basílica de San Pedro, conocida como el Arco de las Campanas a las 11: 30 A.M.
3.- En enero de 1997, mientras Alfonso Guerra se reúne con Castro en La Habana, en El Vaticano celebraban un almuerzo de trabajo con el Papa Juan Pablo II, el cardenal cubano Jaime Ortega Alamino y el Arzobispo de Santiago de Cuba, monseñor Pedro Meurice.
4.- Esa misma semana, el 21 de enero, el activista de derechos humanos, Elizardo Sánchez Santa Cruz, quien se encontraba de gira por América Latina y Europa, fue recibido en El Vaticano por su ministro de Relaciones Exteriores, cardenal Jean-Louis Tauran.
5.- En noviembre de 1997 mientras el ex senador y vicepresidente Gary Hart celebraba su última negociación en La Habana, fallecía en Miami, Jorge Mas Canosa, líder de la Fundación Nacional Cubano Americana.
Cosas curiosas de la política y su contexto . ¿Verdad?
Publicado en El Timbeke el 9 de junio del 2013