El envío incesante de cubanos a estudiar a Rusia reverdece las conexiones entre las estructuras educacionales de Cuba y el país excomunista, y responde a una intención política tendiente a la revalidación de la polarización internacional, inducida y sufragada por Vladimir Putin, señala el Observatorio de Libertad Académica (OLA).
En una nota publicada este lunes, la organización agrega que “este plan inserta a los alumnos cubanos en una trama política que escala en conflictividad, tanto al exterior como a lo interno de la sociedad rusa”.
“Tenemos que precisar que Rusia no es un país que destaque por sus logros democráticos, sino que es un estado autoritario que ahora mismo ejerce una actitud de invasor sobre Ucrania, proceso en el cual hemos visto que han sido vinculados cubanos en calidad de mercenarios”, subrayó el Máster en Ciencias Históricas, Leonardo Fernández Otaño, investigador del OLA.
El gobierno cubano informó a finales de 2023 que desmanteló un grupo de al menos 17 involucrados que traficaba personas para integrarlas a las Fuerzas Armadas de Moscú.
Hace pocos días, 11 cubanos llegaron a la capital rusa para formarse en áreas relacionadas con el sector ferroviario. Con este grupo, ya son más de 80 los profesionales de ese sector que estudian en la nación eslava respondiendo a la cooperación entre Rusia y Cuba, informó en Facebook el ministro de Transporte Eduardo Rodríguez Dávila.
En 2023, en la Universidad de La Habana se inauguró el Centro Lomonósov, mientras en la Universidad de Moscú funciona la Cátedra José Martí.
La “colaboración” en la educación superior entre Cuba y Rusia ha experimentado un importante crecimiento en los últimos años, en una “reedición” de sus relaciones científicas canceladas con la desaparición de la Unión Soviética en 1991, apuntó el Observatorio.
Al respecto, Fernández Otaño precisó que es preocupante que este sea el punto de inicio para formar a los médicos cubanos también con recursos de inteligencia, como suele hacer Rusia.
"Tenemos que volver y mirar a la memoria histórica en un contexto donde hubo una estrecha relación de cooperación y espionaje entre la Unión Soviética y Cuba, y que sabemos que los dispositivos de los cuerpos de Seguridad del Estado añoran y miran con nostalgia ese pasado de cooperación en materia de espionaje y de represión”, dijo el académico.
“Rusia se ha encargado de promover las ‘ventajas’ de su línea formativa, siendo Cuba uno de sus principales objetivos. Para cumplirlo, el pasado año organizó el Programa Integral de Pasantías para cubanos, apoyado por el Ministerio de Educación Superior (MES) en la Isla”, indicó la entidad de defensa de la libertad de cátedra.
A principios de septiembre, el medio independiente CiberCuba alertó sobre las condiciones inadecuadas en las que residían los estudiantes cubanos en Rusia, pasando “hambre, frío”, hacinados en los albergues y vigilados por funcionarios de Inteligencia de la Embajada de La Habana en Moscú.
Los becados deben costear la renta, la alimentación y cualquier atención médica que no sea "primaria", pero los estipendios del gobierno cubano se atrasan constantemente.
Muchos de ellos eligieron a Rusia como una vía posible para marcharse de Cuba. En este sentido, el Observatorio advierte que emigrar a través de Rusia conlleva un alto riesgo para la vida, sin contar que los títulos emitidos por instituciones rusas “no poseen ninguna eficacia fuera de esas fronteras”.
“Estos renovados intentos de rusificación de la sociedad cubana se sustentan en criterios de orden político, no responden a las necesidades reales del país y definen una actitud de sumisión colonial que desvirtúa el encargo social de estas instituciones”, recalcó el OLA.