Todos los casos detectados de Oropouche en Florida implican viajes a Cuba, según datos de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC por sus siglas en inglés) que sitúan a Miami-Dade como el condado con mayor número de pacientes que han tenido la enfermedad en lo que va de año.
Hasta la fecha hay un total de 74 casos reportados en cinco estados del país. De los 70 pertenecientes a Florida, 41 son de Miami-Dade, según el Departamento de Salud del estado. La última actualización hacía referencia a poco más de 20.
El virus del Oropouche no es de notificación obligatoria a nivel nacional, pero a mediados de agosto los CDC emitieron una alerta sobre el aumento de casos importados y alentaron a las jurisdicciones a informar voluntariamente a sus sistemas de vigilancia.
La doctora Dadilia Garcés, especialista en Epidemiología, dijo a Martí Noticias que si bien “el Oropouche no va a producir una pandemia inmediatamente, las autoridades y los médicos deben estar preocupados para prevenir que en el futuro ocurra”.
"Las altas temperaturas son ideales para la reproducción de insectos y por eso estamos viendo tantos tipos de infecciones transitivas. El calentamiento global también ha reducido la capacidad de los seres humanos a responder contra las infecciones", indicó.
La especialista aclaró que aunque en las próximas semanas podría verse una disminución de casos por el fin del verano, “en las zonas donde hay calor, como Cuba, la tendencia no necesariamente se modificará tan pronto”.
Las autoridades sanitarias de la isla aseguran que el virus del Oropouche está en todas las provincias pero hasta la fecha registran 506 casos en el país, mientras especialistas advierten que el número podría ser mayor.
"No sabemos los recursos que tiene o no tiene Cuba para poder hacer el análisis en todas las personas que tienen síntomas. Tampoco sabemos si quieren decir la verdad. Hay muchas razones por la que los números pueden ser diferentes a los que ellos dan", dijo.
Lee también Científico cubano: deterioro de la economía ha creado un entorno ideal para el dengue y el OropoucheGarcés destacó que aunque "se podría suponer que los casos en Cuba son mucho más que los que están informando, incluso cuando un país quiere dar el reporte correcto, siempre existen casos que no detectan".
Alrededor del 60% de las personas infectadas con el Oropouche presentan síntomas y muchas ellas ni siquiera van a un médico. El virus se detecta mediante un examen de sangre, dijo la epidemióloga.
“En Miami-Dade tenemos que estar preocupados porque pueden estar llegando personas infectadas que no detectamos simplemente porque no hacemos la prueba. Los síntomas del Oropouche se parecen a los del dengue y el Chikungunya, lo que hace muy difícil hacer la diferenciación entre esas enfermedades mirando a un paciente clínicamente".
"No existe vacuna y tampoco hay ningún antiviral específico que pueda curar esta infección por eso es muy importante saber exactamente donde puede haber un brote para utilizar los recursos necesarios en reducir las poblaciones de esos insectos que transmiten el virus", comentó.
La doctora hizo referencia a las manifestaciones graves. En el caso de Estados Unidos, los CDC han notificado hasta el momento un caso de la forma neuroinvasiva de la enfermedad. "En la región de las Américas, comentó, hay mujeres jóvenes con síntomas neurológicos y hemorrágicos y embarazadas que han transmitido el virus a los bebés. Hemos visto complicaciones similares a las del zika".
"Esa es la razón por la que los CDC le han dicho a las embarazadas que si no es por una emergencia, no vayan a Cuba por ahora", advirtió.
CDC mantiene a Cuba en alerta de nivel 2, en una escala de 4, por el brote del Oropouche en la isla y recomiendan a los viajeros tomar medidas reforzadas para evitar contraer la enfermedad. "Existe un riesgo continuo", señalan las autoridades.
La Habana confirmó a finales de mayo los primeros casos del virus en dos municipios de Santiago de Cuba pero este se extendió rápidamente al resto del país en medio de una crisis epidemiológica marcada por la escasez de medicamentos e insumos para tratar a los pacientes.