Agencias del Gobierno cubano fueron contratadas por cuatro compañías de cruceros estadounidenses para servicios turísticos, según publica este lunes el diario miamense El Nuevo Herald. Las ganancias, para ambos bandos, fueron millonarias.
Las compañías señaladas son Carnival, Royal Caribbean, Norwegian y MSC Cruise.
Según el reporte del Herald, la compañía Havana Docks acusó ante la corte federal de Miami a estas empresas de utilizar sin autorización sus tres muelles en el puerto de La Habana.
Violando los decretos el embargo económico estadounidense a la dictadura cubana, “Carnival registró una subsidiaria en la Cámara de Comercio de Cuba en 2018 … Y firmó un memorando de entendimiento con una empresa de turismo llamada Gaviota, propiedad de las fuerzas armadas de Cuba…”, afirma el diario miamense.
"Pueblo a pueblo"
Los estadounidenses tienen prohibido hacer turismo en Cuba, pero pueden viajar a la isla si cumplen con algunas de las 12 categorías permitidas como son: visitas gubernamentales, actividades de medios de comunicación o centros de investigación, proyectos educativos, religiosos y médicos, entre otros.
El acercamiento impulsado en 2014 por el entonces presidente Barack Obama con el exgobernante cubano Raúl Castro, permitió flexibilizar ese tipo de excepciones, y favoreció la categoría de viajes de intercambio, educativos y culturales, más conocidos como "people to people" (en español, "pueblo a pueblo").
En concreto, Obama permitió que los estadounidenses se "autocertificaran" sin muchas explicaciones como participantes en una de las 12 categorías permitidas, lo que facilitó el negocio a las aerolíneas y cruceros que comenzaron a hacer trayectos comerciales a la isla en una especie de limbo legal.
Según el reporte, Royal Caribbean se benefició de la reventa de “visas de turista” cubanas a pasajeros con un margen de beneficio del 50 por ciento e intentó gestionar permisos para abrir y operar casinos en Cuba.
Norwegian está acusada de firmar contratos con la agencia de viajes Havanatur, para que ofertara servicios turísticos a sus pasajeros.
MSC Cruceros, por su parte, firmó contratos para excursiones a playas y cabarets con la agencia Cubanacán. Todo esto, a pesar de que estas compañías recibieron avisos del Departamento del Tesoro de EEUU de que estaban violando la ley.
Cambios bajo la administración Trump
El Gobierno de Estados Unidos bajo el presidente Donald Trump evaluó en abril de 2019 acabar con algunas de las 12 categorías que permiten a los estadounidenses viajar a Cuba, lo que, obviamente, afectaría a las aerolíneas y cruceros que aceleraron su actividad tras el deshielo iniciado en 2014.
La entonces subsecretaria adjunta para Cuba y Venezuela del Departamento de Estado, Carrie Filipetti, explicó en su momento a la prensa que la administración Trump reconsideraba si debía autorizarse cualquier viaje a Cuba que no fuera "por motivos familiares, porque quiere evitarse que el dinero de los viajeros vaya a parar a las manos del régimen cubano".
Estados Unidos anunció así, en junio de 2019, nuevas restricciones a los viajes a Cuba, incluidas las visitas a través de embarcaciones de pasajeros y recreativas como cruceros, yates, y aeronaves privadas, y la modalidad conocida como “people to people”, o pueblo a pueblo.
Las 12 categorías permitidas quedaron en 11 con la eliminación de los contactos educativos pueblo a pueblo. Además, las licencias generales, en 10 de esas 11 categorías, con la excepción de proyectos humanitarios,fueron enmendadas para prohibir las transacciones financieras con entidades que el gobierno de EEUU incluyó en una lista negra, llamada Lista Restringida de Cuba, por estar bajo control de, o por vincularse con, las Fuerzas Armadas y el Ministerio del Interior.
El 6 de junio, las aerolíneas estadounidenses autorizadas a volar a Cuba dejaron de aceptar reservas de ciudadanos estadounidenses que volaban bajo esa categoría.
Con la entrada en vigor de las nuevas medidas, los buques de pasajeros y recreativos y los aviones privados y corporativos no serían elegibles para una excepción de licencia de OFAC. "Estados Unidos ya no permitirá visitas a Cuba a través de embarcaciones de pasajeros y recreativas, incluidos cruceros y yates", dijo entonces el Departamento de Estado en un comunicado.
Ganancias millonarias
Según publica ahora el Herald, estas violaciones a la ley estadounidense permitieron obtener a estas cuatro empresas “al menos, $1.1 mil millones en ingresos por viajes a La Habana, entre 2016 y 2019. Por su parte, el régimen cubano se benefició con poco más de $138 millones”.
El Nuevo Herald dice que la jueza federal del “Distrito Sur de Florida, Beth Bloom, decidirá si las demandas irán a juicio luego de analizar los datos aportados por Havana Docks”.