A continuación, presentamos la primera entrega, junto a una versión en español de un texto de Eugene Whong, periodista de Radio Asia Libre.
Cuando Cuba y Corea del Sur anunciaron en febrero de 2024 el establecimiento de relaciones diplomáticas, sorprendieron al vecino socialista, Corea del Norte. Desde 1960, Pyongyang se enorgullecía de su relación con lo que llamaba el único bastión socialista en las Américas, describiendo a los cubanos como “hermanos socialistas” y al líder revolucionario Fidel Castro como un “camarada en armas” del fundador nacional Kim Il-sung.
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Inicialmente, Corea del Norte no informó a su población sobre el nuevo vínculo amistoso entre Seúl y La Habana, e incluso dejó de cubrir los acontecimientos en Cuba poco después del anuncio. Sin embargo, las noticias se filtraron y se propagaron rápidamente boca en boca, sorprendiendo a muchos residentes que sentían que Pyongyang quedaba aún más aislado como consecuencia de esta decisión. La redefinición de la relación entre el cercano aliado y el principal rival de Pyongyang fue calificada como un “golpe político y psicológico” por la oficina presidencial surcoreana.
Cuando el equipo de Radio Asia Libre viajó a la Habana para evaluar las reacciones ante el establecimiento de los lazos entre Cuba y Corea del Sur, solo encontró rastros tenues de una relación de 60 años con Corea del Norte, como una escuela que lleva el nombre de Kim Il-sung, pero que no sigue sus enseñanzas.
Mientras tanto, muchos cubanos mostraron entusiasmo por los lazos más estrechos con Seúl y expresaron optimismo sobre las oportunidades y los intercambios culturales que podrían surgir como resultado de estos vínculos.