La fiscalía en Luisiana informó que tres ciudadanos cubanos han admitido que acordaron junto a otros obtener números de tarjetas de crédito y débito que habían sido clonadas en las bombas de gasolina, informa Star Telegram.
Un comunicado de prensa de la Oficina del Fiscal de EE. UU afirma que Yusniel Hernández Pérez, de 31 años, Yadier Aluijas Fernández, de 31 años, y Henry David Martínez, de 23, se declararon culpables de conspiración para cometer fraude de dispositivos de acceso el jueves.
El informe asegura que los acusados, que habían estado residiendo en Texas antes de su arresto, viajaron a ciudades en Louisiana, donde previamente habían instalado los dispositivos para clonar tarjetas y regresaron a Texas.
El fraude a tarjetas de créditos es un delito que se ha hecho frecuente por parte de algunos cubanos pertenecientes a las más recientes olas migratorias.
Dos cubanos fueron detenidos a comienzos de año en el sur de la Florida cuando intentaban instalar un dispositivo en una bomba de gasolina para robar información de las tarjetas de crédito de los clientes del lugar.
Agentes de la Policía de Aventura, en el condado Miami-Dade, patrullaban la localidad cuando notaron la camioneta en que viajaban los sospechosos estacionada en la estación de gasolina Marathon, ubicada en 21055 Biscayne Boulevard.
Los dos hombres, identificados como Nelson Leonardo Fonseca, residente en Hialeah, y Luis Reyes, de Miami, fueron sorprendidos en pleno delito.
En octubre del año anterior una investigación de 16 meses conducida por la Oficina Federal de Investigaciones y el Servicio Secreto de Estados Unidos, en colaboración con varias agencias locales del orden en el estado de Colorado, resultó en acusaciones contra doce personas, en su mayoría cubanos de Miami, que se dedicaban a activar “coladores” electrónicos en bombas de gasolina para robar la información de tarjetas de crédito.
Aunque la causa fue radicada en el Condado de Boulder, Colorado, los malhechores operaban en la ciudad de Denver y también en otras grandes urbes del país como Cleveland, Ohio, y Chicago, Illinois, principalmente en suburbios de clase media alta, su sede era Miami, desde donde viajaban para colocar los dispositivos, casi siempre en bombas no visibles desde la tienda, y luego recoger la información sin exponerse, vía Bluetooth.
Posteriormente clonaban las tarjetas y hacían compras o transacciones fraudulentas con las cuentas bancarias de sus víctimas, que se estiman en unas 8.000. Las autoridades creen que los ladrones ingresaban unos 2,5 millones de dólares semanales.
Nueve de los 12 sospechosos se encuentran bajo custodia policial: Ranset Rodríguez Martínez, Yaniris Alfonso, José Edelberto Iglesias Hernández, Luis Enrique Jiménez González, Yadián Hernández, Lester Castañeda De La Torre, Eddy Pimentel Vila y Yonasky Rosa.